Señoras y Señores,

Bienvenidos a Circus Day

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Hola,

Soy Caty y dirijo este circo

Foodie, diseñadora gráfica, cuentacuentos y aficionada a la fotografía es un resumen de lo que encontrarás aquí, un circo lleno de recetas, historias y espectáculo. Señoras y señores, mesdames et messieurs, ladies and gentlemen, bienvenidos a Circus day, espero que te guste el show.

Hi, I'm Caty and I lead this circus.

Foodie, graphic designer, storyteller and photography amateur is a summary of what you will find here, a circus full of recipes, stories and spectacle. Señoras y señores, mesdames et messieurs, ladies and gentlemen, welcome to Circus day, I hope you like the show.

The Show

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Albóndigas de mi abuela

Ella vivía a un par de casas de la de él. En una pequeña casa de color blanco con persianas verdes y un pequeño jardín en el interior con grandes ventanas que hacían que toda la luz del día entrara en casa. Él le decía que por la mañana, cuando hacía café, el aroma se olía desde su casa, y eso le hacía sonreír, sabía que ella ya se había levantado. ¿Y ella?, ella se emocionaba cuando se lo contaba, su cara se teñía de rosa y bajaba ligeramente los párpados un poco avergonzada, ¿Y él?, a él le parecía lo más maravilloso del mundo, aún tenía un poco de galán a pesar que la enfermedad se alojara en una parte de su cuerpo.

Al mediodía, cuando él sabía que la cocina de ella estaría en funcionamiento se la imaginaba con el delantal puesto, las manos boleando albóndigas y cantando una antigua canción con su voz ronca por la emoción. Imaginaba estar sentado en la mesa de la cocina, escuchándola y mirándola con amor, como siempre hacía cuando la veía pasar delante de su casa para ir al mercado. Imaginaba ayudándola a hacer las albóndigas de pan que tan bien sabían, imaginaba estar junto a ella. Y aunque solo fuera por imaginar, la sentía cerca, a un par de casas de la de él.



Hace una semana nos escribió Inés, ella tiene un blog de cocina de mercado, ella a través de un amigo de trabajo conoció una historia. La historia es la vida de Jontxu, un niño de 8 años con una enfermedad poco común, Leucodistrofia. Su familia creó el proyecto The Walk on Project, y ella para aportar su pequeño granito me ha sugerido si quería participar con una receta por una buena causa. Una receta, sencilla, que nos arrancara una sonrisa, que nos llevara a nuestra niñez, sin ingredientes de lujo, para publicar en el blog el día 29 de febrero, un día que solo tenemos cada cuatro años, un día especial, para una receta especial, para un niño especial.

Y yo participo con una fácil, sencilla y familiar receta, una receta que mi madre nos hacía de pequeños y que siempre nos ha gustado mucho.  Esta receta es mi única herencia de mi abuela paterna, una gran mujer (Conquense) que yo no conocí pero que mis hermanos hablan maravillas de ella, una mujer ciega que atendía a un marido y a dos hijos. Mi madre aprendió a hacer estas albóndigas de pan según la receta de mi abuela y ella me enseñó a mi. Espero que guste mi pequeña aportación.

"Nota: por los visto estas albóndigas se les llama huevos tontos, una receta básica del recetario español, pero en casa siempre fue albóndigas de pan, . ¡Ah! y en Extremadura las llaman repápalos.

· ALBÓNDIGAS DE PAN DE MI ABUELA ·

Ingredientes
  • 100 gr. pan pagés (mejor pan que tenga un día o dos)
  • 3 cdas. agua
  • 2 huevos M
  • 3 ajos picados
  • 1 cucharada de perejil picado
  • Sal
  • Aceite para freír
Elaboración
Quitar la corteza del pan. Desmenuzar la miga de pan con el agua, mezclar con los huevos, el ajo picado, el perejil, mezclar bien y salpimentar. Formar bolitas con dos cucharas y freír en aceite caliente hasta que se doren. Servir con salsa de tomate o también para añadir a guisos.




Relato, receta y fotografías @catypol - Circus day.

Cocas de cebolla

Queda poco para que llegue el día, tengo su regalo envuelto entre colores dentro de mi mesita de noche, metí toda mi ilusión de niña traviesa dentro, para que cuando lo abra se impregne de él y vuelva a cogerme entre sus brazos me eleve hacia el cielo y vuelva a sonreír como cuando se acordaba, cuando me recordaba, como cuando no tenía que decirle nada, cuando con solo mirarnos sentía el revolotear de las mariposas en su estómago y en el mío.

No creáis que esté divagando, no penséis que todo esto es absurdo, me lo prometió, me dijo que el amor, aún cuando se pierde en el pensamiento, deja marca en el corazón, y si al verme, sus ojos brillan es la señal para darme por enterada que todavía habito dentro de él, para darme paso a sentirlo, a abrazarlo y a decirle lo mucho que le quiero.

Dedicado a todos aquellos con demencia senil o alzheimer y a sus familias. ♥️



Los últimos 8 años de vida de mi abuela los pasó con demencia senil. Empieza poco a poco, con detalles a veces sorprendentes de su conducta para que poco a poco su memoria se vaya borrando y con ella todos los demás. Fue duro, siempre lo es, esa mujer fuerte, luchadora y rebelde se convirtió en un cuerpo más que nada, aún así vivió hasta los 95 años. Ella fue una mujer importante en mi vida, nacida en 1903, vivió partes importantes de la historia española, y su historia me la contaba sentada en una silla baja de cuerdas, seguramente cordada por ella, junto al fuego de la chimenea. Siempre pensé que demostraba el amor luchando por lo suyo o por los suyos, no era demostrativa en besos, abrazos o incluso palabras, pero sus ojos decían mucho. Se llamaba María, y seguramente veréis pinceladas de su vida en mis relatos mallorquines, algunas inventadas y otras reales. Un dato que si era real, le encantaban las cocas, saladas o dulces, y aunque en casa las hacíamos en ocasiones especiales, y esta receta no es la tradicional, siempre había un buen trozo para ella. 

Abuela, yo sé que con el abuelo fue: "contigo, pan y cebolla". ¡Va por vosotros!.

· COCAS DE CEBOLLA ·
· Sin gluten

Ingredientes 
  • 1 plancha de hojaldre sin gluten
  • 1 cebolla roja
  • Aceite de oliva virgen extra
  • 1 huevo
  • Sal
  • Pimienta negra molida
Elaboración
Precalentamos el horno a 200º C.
Cortamos la cebolla en juliana pequeña y fina. Mezclamos en un bol, la cebolla cortada, una cucharada de AOVE, sal y pimienta. Mezclar. Añadir el huevo y volver a mezclar.

Puedes usar toda la plancha de hojaldre o puedes hacer corazones com he hecho yo. De todas maneras, pinchar la masa con un tenedor y pincelarla de AOVE.

Ponemos la cebolla encima de la masa y horneamos hasta que se dore. Sacar del horno y dejar reposar antes de comer.





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Zongzi

Se acercaba el día de la conmemoración y yo no había avisado a la familia de mi llegada, esperaba sorprenderles y llegar a tiempo para ayudarles a preparar todo. Me gustaba levantarme temprano y entrar en la cocina la primera, aunque nunca fué así, siempre se levantaban todas antes que yo y a mi me daba la sensación de llegar tarde y me entristecía, por mucho que dijeran que ellas acaban de entrar en la cocina no lo parecía viendo las ollas echar humo encima de los fogones cociendo arroz para alguna preparación.

Mi abuela me abrazaba y me ofrecía té antes de ponerme un delantal y contarme que este ritual nunca debe perderse, mi madre ponía los ojos en blanco como si entendiera que las nuevas generaciones no lo respetaríamos, a mi me dolía un poco el corazón, sabía que no siempre estaríamos todas. Mi hermana suele empezar las mañanas con café, para ella el té no la espabilaba y la abuela, aunque también se lo preparaba, no le entusiasmaba, cosa que hacía que ella también pusiera los ojos en blanco como mamá, e hiciera que me diera cuenta que se parecían mucho las dos, eso me hacía sonreír.

También se reunía con nosotras la hermana de papá, solo nos tenía a nosotros y no nos gustaba que estuviera sola, así que también se apuntaba a todos los eventos, mi mamá y ella congeniaban muy bien y se la pasaban hablando sobre tal o cual persona, cuando pasaba eso, papá siempre huía, sabía demasiado sobre las batallitas de ellas en el pasado y aunque él no ponía los ojos en blanco, sus muecas eran muy graciosas.

Así que cuando llegué a casa, no quise entrar con mi llave, toqué el timbre y esperé ansiosa ver sus cara de alegría, hacía mucho que no estaba en casa y lo echaba de menos. Se oían pasos hacía la puerta, y me preparé para gritar ¡sorpresaaaaa! y abrir mis brazos en señal de regalo por volver al hogar.



En el quinto día del mes lunar, es el Festival del Bote del Dragón, zongzi, o pastel de arroz glutinoso envuelto en hojas de caña es el alimento conmemorativo. Esta costumbre es común en todas partes de China. El Festival del Bote del Dragón ha tenido más de 2000 años de la historia en China. Por tradición, la gente coloca los retratos de Zhong Kui y cuelga hojas de artemisa en las puertas y las paredes de sus casas.  Los adultos disfrutan de vino amarillo, mientras que los niños juegan con "bolsas de fragancia", como amuletos de protección. Zongzi existe tanto en el sur como en el norte, sólo con diferentes sabores y formas. Los chinos del norte, usan azufaifas, pasta de judías azucarada, frutas en conserva y otros dulces como el relleno, cubierto con una gruesa capa de arroz glutinoso y usan hojas de caña para envolverlo en una forma triangular. En el sur, también hay zongzi cuadrado y plano. Los rellenos en el sur son más abundantes, con huevos y carnes.

Aunque es una receta cetogénica y no era mi intención hacerla, ya que me encanta el arroz, por un tiempo no puedo comerlo. Cuando visité el supermercado chino y vi las hojas de bambú para hacer zongzi me emocioné, pensé de cuántas maneras podría rellenarlo y no pensé que no podía comer arroz, tampoco el glutinoso que es el que lleva normalmente esta preparación, entonces las compré y me las llevé a casa. Cuando recordé que no podía hacer el relleno con arroz me decepcioné, sí, un rato, luego recordé que sustituía el arroz por coliflor y hasta el momento me había gustado, ¿por qué no probarlo con esta receta?¿verdad?.

Para que la coliflor quede "glutinoso" parecido al arroz le añadí psyllium en la cocción del colirroz y así quedar pegajoso, me gustó el resultado aunque no quede tan pegajoso como con arroz. Mi relleno es un poco particular usando, cerdo, champiñón y manzana, nada que ver con el tradicional. Aunque parezca muy laborioso o difícil es una receta fácil, lee la receta antes para no liarte con los pasos, no debes olvidar que las hojas si son secas deben estar en remojo toda la noche, así ganaran elasticidad, los cordeles basta remojarlos en el momento de la preparación. Por supuesto sobra decir que mi destreza en hacer los paquetitos es de novata total, pero por ser mi primera vez estoy satisfecha.

· ZONGZI de colirroz ·

· Sin gluten

Ingredientes 

Preparación de las hojas:
  • 40 hojas de bambú secas (cada zongzi lleva 4 hojas)
  • 1 cucharada de aceite de oliva
  • Agua

Preparación de la colirroz:
  • 1/2 cebolla picada
  • 2 ajos picados
  • 1 coliflor pequeña
  • 50 gramos de psyllium
  • Sal y pimienta
  • Aceite de oliva virgen extra

Preparación del relleno:
  • AOVE
  • 150 gramos de cerdo (carne de la costilla), cortada a cuadritos
  • 100 gramos de champiñones, cortados pequeños
  • 1 manzana, pelada y sin corazón, cortada a cuadritos pequeños
  • 3 cdas. salsa hoisin

Elaboración

Primero ponemos los cordeles a remojo para cuando tengamos que formar los zongzi no se rompan.

Preparación de las hojas:
Enjuagar y frotar las hojas muy suavemente para limpiarlas. Ponerlas dentro de una olla profunda y agregar agua para cubrir las hojas. Agregar una cucharada de aceite de oliva al agua. Hará que las hojas sean más flexibles y menos propensas a romperse. Poner la tapa de la olla y calentar la olla a fuego alto hasta que hierva, luego apagar el fuego inmediatamente. Mantener la tapa puesta y dejar que las hojas se empapen durante la noche.

Preparación de la colirroz:
Cortar las coliflores en pequeños floretes. Picar los tallos y las hojas en trozos más pequeños. Enjuagar con agua corriente. Escurrir y secar con papel de cocina. Poner los trozos de coliflor en un procesador de alimentos o licuadora. Pulse hasta que tengan el tamaño de un arroz. Colocar el arroz de coliflor en un recipiente grande y reservar. Picar los dientes de ajo y los cebolla al tamaño de arroz o más pequeños. Calentar una cucharada de aceite de oliva virgen extra en una sartén grande a fuego medio alto. Saltear el ajo y la cebolla, luego  y agregar el arroz de coliflor para saltear durante unos 3 minutos. Sazonar con sal y pimienta. Espolvorear la cáscara de psyllium sobre el arroz de manera uniforme. Saltear hasta que se mezclen y el arroz se pegue entre si, no a la sartén. Reservar.

Preparación del relleno:
Saltear el cerdo en una sartén con aceite de oliva virgen extra, cuando esté dorado añadir los champiñones y la manzana, saltear hasta que los champiñones reduzcan y la manzana esté pochada. Añadir la salsa y mezclar. Reservar.

Formar los zongzi:
Hemos sacado las hojas de la olla y las hemos secado con papel de cocina.

Necesitamos 4 hojas para cada zongzi. Primero colocamos dos hojas en forma de cruz. Doblar la parte superpuesta para formar un cono. Rellenar con colirroz el cono de las hojas. Agregar encima el relleno de cerdo. Encima del relleno cubrir con más colirroz. Colocar dos hojas más, una a cada lado del cono. Usar una mano para cerrar el paquete y doblar por completo el paquete. Apretar la bola de masa con un hilo y cerrar con el cordel. Corta la parte sobrante de las hojas. Repetir con las demás hojas.

Cocinar los zongzi:
En una olla, hervir abundantemente agua, colocar encima una vaporera con los zongzis y tapar. Cocinar durante 15 minutos. Sacar los zongzi y servir. Cortar el cordel y desdoblar las hojas para comer.

Conservación:
Puedes guardarlos tapados en el frigorífico por 5 días o congelarlos en una bolsa zip. Dejar descongelar antes de consumir y cocinar al vapor durante 15 minutos.





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Tortitas saladas

Siempre que llegaba al final de un año no lo sentía así. Sí, se decía, de acuerdo, es lo que piensa la mayoría pero en realidad, pensaba ella, mi año se acaba un día antes de mi cumpleaños. El año, el que se acaba para todos no es especial, ni el primer día del año es diferente sino una continuación de lo mismo. En cambio, el mío, comienza con un beso de mi familia, un __¡levántate que hoy es tú día!__, un desayuno especial con tortitas, una fiesta con los míos, soplando velas, cantando feliz y regalándome sonrisas todo el día, hasta que me vuelvo a la cama y guardo como un tesoro ese día, con fotos, con dibujos, con recuerdos que aunque pasen los días siempre me hace sonreír. Ese, ese es mi principio de año, el que no lleva etiquetas, ni propósitos de dietas ni el año que viene será mejor, el que celebro con más amor. Y para ti ¿cuándo empieza tú año?.



Se acabó, se acabó el año, las vacaciones, se acaban las pelis de dibujos comiendo palomitas e intentando enterarme del diálogo al mismo tiempo que mi hijo intenta explicarme su versión de la peli, o cocinar su comida favorita casi todos los días por que no hay cole y es lo que "toca", se acabó, se acabó el tiempo permitido para volver a ser niños y no desentonar, de re-encuentros, de brindis, de deseos y buenos propósitos.

Estas tortitas saladas de espinacas son el acompañamiento perfecto para lo que quieras, sobre todo quedan muy bien con el salmón, bueno y con unas gambitas también, jeje. Son mi versión sin gluten y saben maravillosamente bien. También las puedes acompañar de queso y otras verduritas, a elección de cada uno. 

· TORTITAS SALADAS DE ESPINACAS ·

· Sin gluten

Ingredientes
  • 240 ml. leche
  • 2 porciones de espinacas congeladas
  • 1 huevo
  • 180 gramos de harina de garbanzo
  • 1 cdta. de levadura en polvo
  • 1/2 cdta. de bicarbonato 
  • 1/2 cdta. de sal
  • 2 cucharadas de Aceite de oliva virgen extra

Elaboración
Poner la leche y las espinacas en una batidora, yo lo he batido en la Thermomix. Batir hasta formar una masa líquida sin grumos. Añadir los demás ingredientes y volver a batir hasta convertir la masa más espesa y también sin grumos.
Poner una sartén al fuego y añadir un poco de aceite. Cuando esté caliente, verter un cucharón de masa, cuidado aquí de no calentar demasiado o no quedarán las tortitas verdes sino marrones cuando estén hechas. Hacemos las tortitas, una a una, dándoles las vuelta unos minutos. Servir con lo que más te guste.


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Pollo Korma

Un cuento muy pero que muy particular...
Una vez encontré una lámpara, y yo pensé, maravillosa, así que froté y froté y aparte de sacarle brillo nada más de ella saqué. Le preguntaré al espejito, pensé, y entonces hasta el me trasladé, __espejito, espejito, dime tú ¿por qué de la lámpara nada salió?__, y por más cara de súplica que puse ni el espejito me sonrió. Pataditas sobre la alfombra dí, pero ni un centímetro moverla conseguí, ¡aarrgh! que debo hacer para que nadie me ignore, ¿quizás correr detrás de los 40 ladrones?.

Mejor iré a palacio, me vestiré de princesa, y haré una fiesta, invitaré al sultán, para que no trame ningún plan, y le contaré un cuento, porque si no lo hago, reviento, o mejor le cocinaré pollo y no tendré que soltarle el rollo, lo cocinaré con pistachos que les gusta mucho a estos ricachos, también llevará yogur muy apropiado y con mucho glamour, para terminar descansando y desaparecer volando.



Korma se originó al sur de Asia y tiene raíces en la cocina de Mongolia. El término inglés Korma se deriva de la palabra urdu "qorma" que significa estofar. Básicamente, korma es un plato en el que la carne se cuece en grasas como la manteca, aceite y yogur. Basado en esta técnica de estofado, hay muchísimas versiones en los países del sur de Asia, elaborados con especias, nueces, semillas, yogur y coco. 

· POLLO KORMA ·
 
Ingredientes 
  • 40 gr. de pistachos (o nueces o anacardos)
  • 750 gr. pollo, troceado
  • 1 yogur natural de coco sin azúcar (o un yogur natural)
  • 1 cda. jengibre fresco, rallado
  • 2 ajos, picados
  • 1 cdta. cúrcuma en polvo
  • 1/2 cdta. cayena en polvo
  • 1 cdta. garam masala
  • 1/2 cdta. sal
  • Aceite de oliva virgen extra
  • 100 gr. cebolla picada
  • 1 cdta. cardamomo en polvo
  • 1 cdta. canela de Ceylan en polvo
  • 1 cdta. comino en polvo
  • 1 o 2 hojas de laurel
  • 1 lata de leche de coco
  • Cilantro fresco picado
Acompañar con arroz o roti, naan o paratha.

Elaboración
Colocar los pistachos en un bol y cubrir con agua hirviendo. Dejar reposar durante al menos media hora para que se ablanden.

En un bol, mezclar el pollo con la mitad del yogur de coco, el jengibre, el ajo, la cúrcuma, la cayena, el garam masala y la sal. Tapar y dejar macerar una hora.

Mientras, en una sartén con aceite, pochamos la cebolla. Apagar el fuego y mezclar, el cardamomo, la canela, el comino y los pistachos. Añadir la leche de coco y licuar todo hasta obtener una pasta.

En una sartén con un poco de aceite, saltear a fuego medio el pollo marinado. Agregar la pasta de la cebolla y la hoja de laurel. Mezclar y cocinar hasta que el pollo esté listo.

Añadir el cilantro fresco picado al servir.




Con esta receta participo en el concurso recetas con yogur en Canal Cocina (2011).

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Empanada de brócoli

La noche que me sucedió, había comido empanada hasta empacharme, por estar de vacaciones me daban permiso para leer antes de dormir, y elegí un libro de tapas muy bonitas que había en la biblioteca, uno que no había visto antes y que llevaba como título, soñar está permitido, pensé que era un libro de autoayuda de esos que gustan a los mayores, pero era tan bonito que ni me lo pensé.

¡oh! sorpresa cuando abrí el libro, de repente, salió un bello ratoncito con tirantes por la habitación, no cabía en mí de asombro pues detrás de él iba una nave espacial, una casita blanca y una muñeca vestida de azul y amarillo con un espejito. Yo estaba con la boca abierta, y más se me abrió, cuando de repente un señor con un monóculo me preguntaba __ ¿has visto mi sombrero de copa? __ no lo encuentro por ninguna parte__ siguió diciendo. Antes de que pudiera contestarle que lo llevaba puesto encima de su cabeza, el señor desapareció dentro del libro y apareció una niña con un tarro de mermelada mientras se escuchaba muy bajito la canción we are the champions . Yo estaba tan, pero tan confundida que cerré el libro de golpe y lo solté encima de la cama, salte de ella y corrí hacía la puerta asustada. 

Mis padres seguían en el salón viendo la televisión y hablando bajito sobre no sé que cosa del efecto Mandela, yo entré casi chillando y les dije lo que había visto y en qué libro, ellos se miraron de soslayo y tranquilizándome diciéndome que mañana solo serían recuerdos que no habían sucedido y me llevaron otra vez a la cama. En ella ya no vi el libro que había soltado precipitadamente y tampoco ninguno de los personajes que había visto, así que creí que la cena me había sentado un poco mal y todo era fruto de mi imaginación, si alguien me dice que con los libros no se viaja es que no ha leído con la barriga llena.



A todos (o casi) nos gusta viajar, y aunque no podemos hacerlo siempre podemos viajar leyendo,  maravillosas aventuras se puede vivir con un libro, tengas el estómago lleno o no, aunque también se puede pasar las vacaciones cocinando ¿no crees?. Con esta empanada de brócoli, sin gluten para mi, que improvisé un día que no tenía ganas de cocinar pero sí de leer, y por supuesto de viajar, ¿lejos?, no sé, ¡dónde sea!, ¿y tú?.

· EMPANADA DE BRÓCOLI ·
 
· Sin gluten

Ingredientes
  • 1 láminas de masa de hojaldre sin gluten
  • 1/2 cebolla picada y 1 ajo picado
  • 1/2 brócoli pequeño
  • 50 gr. champiñones limpios y troceados
  • 1 bolsa de cuatro quesos 
  • Sal
  • 1 huevo para dar color a la masa
Elaboración
Primero cocinaremos el brócoli, o bien lo hervimos o lo cocinamos al microondas si es en bolsa, a parte en una sartén con un poco de AOVE sofreímos la cebolla, el ajo y los champiñones. Cocinado todo lo mezclamos en un cuenco (podemos cortar el brócoli  a trocitos más pequeños) salpimentamos y añadimos la bolsa de los cuatro quesos rallados.
Precalentamos el horno a 180º C. Sobre la mitad de una lámina de masa esparcimos la mezcla preparada y cerramos con la otra mitad con un tenedor, pintamos la masa con huevo batido y horneamos durante 30 minutos o hasta que la masa esté dorada.

Comer caliente, cuando el queso está completamente fundido.



Relato/receta/vídeo/fotografías @catypol - Circus day.

Kaiserschmarrn

La historia del Kaiserschmarrn está envuelta en leyendas y no se explica claramente. Hay muchos mitos que circulan sobre el origen exacto. Todos tienen una cosa en común que al emperador de Austria Francisco José I (1830-1916) le gustaba mucho este dulce.

Una leyenda es que al emperador le encantaban las tortitas de postre. El chef, sin embargo, no lo hizo bien, eran demasiado gruesas y desgarradas. En su angustia, preparó el plato con mucha azúcar glas y pasas. 

Otra leyenda dice que el percance le pasó al chef con la tortita partida. Estaba tan enojado por eso que puso una campana de servir encima y salió de la cocina. El ayuda de cámara pensó que el plato estaba listo y se lo sirvió al Emperador. Al ver el plato hecho jirones, el emperador preguntó: "Dígame, ¿qué tipo de Schmarrn es ese?" A lo que el ingenioso sirviente respondió: "¡Su Majestad, ese es Kaiserschmarrn!"

La leyenda dice que el chef creó originalmente el plato para la emperatriz Sissi, consciente de su figura. Este panqueque dividido con ciruelas asadas era demasiado rico para ella, por lo que ella se negó a comerlo y en cambio le encantó al emperador

Y otra leyenda dice que una humilde familia campesina recibió inesperadamente la visita del emperador. El emperador se había perdido mientras cazaba y fue sorprendido por el mal tiempo. La esposa del granjero apenas tenía para comer en casa excepto huevos, leche, harina y fruta. A partir de esto, se dice que conjuró el primer Kaiserschmarrn sobre la mesa. El emperador estaba encantado y elogió el plato. Ella respondió: "Oh, eso es una tontería". Ante lo cual Franz Josef dijo divertido: "Sí, es un verdadero Kaiserschmarrn". 

¿Cuál eliges tú? 



Sobre el postre del emperador de Austria, casi es más fácil hacerlo que decirlo (se pronuncia "caiser marren"), es un postre para tomarse sentado y moverse después durante un largo rato para que nos baje un poco ya que es un dulce que llena mucho, o como hacen los austríacos que lo comen después de una larga caminata en los Alpes.

Es una densa tortita "imperial", rota en la sartén, aderezada de azúcar glas, se come bien caliente y en la misma sartén, para compartir, también se acompaña con una compota de fruta, pasas al ron, almendras laminadas y se consume como postre o almuerzo.

Nota: Esta es una receta sin gluten, pero si quieres hacerla con harina de trigo, puedes hacerla sin problema con 60 gramos de harina y quitando el psyllium de la receta sin gluten.


· KAISERSCHMARRN ·
Sin gluten

Ingredientes
  • 2 huevos
  • 40 g de harina de arroz
  • 20 g de fécula de maíz
  • 1 pizca de sal
  • 1 cdta. de psyllium
  • 125 ml leche
  • 30 g de azúcar
  • Mantequilla para la sartén
  • Azúcar glas para espolvorear
  • Arándanos para acompañar
Elaboración
Separar las claras de las yemas de los huevos y montar las claras a punto de nieve. Reservar. Tamizar las harinas, la sal y el psyllium. Agregar la leche y batir con las varillas durante un par de minutos. Añadir el azúcar y las yemas, batir unos minutos más. Mezclar las claras poco a poco con movimientos envolventes.
Derretir la mantequilla en una sartén y verter la masa. Dorar por ambos lados, dándole la vuelta como si hiciéramos una tortilla española.
Cocinar durante dos minutos y espolvorear por encima una o dos cucharadas de azúcar glasé. 
Romper la tortita en trozos en la misma sartén. Servir caliente y espolvorear un poco de azúcar glasé por encima. 
Acompañar con arándanos.

*Mi versión de este dulce no lleva pasas ni ron, tampoco lo he servido con compota pues creo que eso es añadirle más dulce al dulce que ya de por sí tiene, por eso he preferido los arándanos.
 

Y esta tarde taller de galletas con mis chicas blogueras y buenas noticias ;)


Fotografías, receta y vídeo @catypol - Circus day.

Puerros en vinagreta

Historias de sobremesa (¡qué bonita palabra!). Una mesa grande de mucha cabida, sillas, ahora vacías, para cada comensal, una suave música que no moleste cuando las conversaciones sean las protagonistas. Mantel blanco sobre la mesa y jarrón con flores mientras no estorbe. Ventanas abiertas ya que todavía hace buen tiempo para poder tenerlas y un suave aroma sale de la cocina advirtiendo que ya está todo casi a punto para salir.

Los comensales empiezan a venir, se sienten los primeros besos, uno a cada lado, las miradas divertidas, de reconocimiento, de amistad. Las palabras salen según sienten los corazones, los abrazos auténticos, las conversaciones ligeras y las presentaciones entre los desconocidos.

El corazón de la cocina está latiendo fuerte, la casa está iluminada y sabe a mar por la cercanía de él. Se auguran buenas historias, risas y carcajadas, muchos ¡mmmm! saboreando los platos, con ese mar y montaña, también huerto, ¿por qué no?, esos puerros vestidos de fiesta, el postre "hoy me salto la dieta", la foto finish de todos los presentes, el brindis con los nuevos deseos, o quizá alguno viejo que no se haya cumplido, las ganas de volver a vivir la velada, otro día, otro lugar, ¿con más gente?, siempre.



De izq. a dcha. José Antonio, Cristina, María, Teresa, Koldo, Mercedes, Lucía, Macu, Caty y Juana

Quizás pienses que los blogueros de Mallorca no necesitamos ninguna excusa para reunirnos, y tienes razón, nos gusta quedar, salir a cenar, conocer a los que no conocíamos pues no habían podido venir con anterioridad y tomarnos algo. Esta vez tuvimos la oportunidad de conocer un poco más a Koldo Royo, él mismo nos recibió, encantador, bromista, y buen cocinero, las tapas que degustamos nos encantaron a todos, una grata experiencia culinaria.

Y ¿de qué se habla en una cena con bloggers de cocina? ¿de cocina?, no, en realidad no, la cocina la "tocamos" poquito, alguna referencia sí hacemos, pero nada más, la verdad que de estas comidas surgen otros proyectos, talleres, ideas, citas nuevas para quedar, recomendaciones sobre otros blogs, viajes, y reír, reír muchísimo.



· PUERROS EN VINAGRETA ·


Ingredientes

  • 3 puerros

vinagreta:
  • 1/2 cebolla, picada
  • 1/2 pimiento rojo, picado
  • 1/2 pimiento verde, picado
  • 2 cucharadas de vinagre de manzana
  • 4 cucharadas de aceite extra virgen de oliva
  • 1 dta. de sal
  • 1 puerro pequeño, picado (opcional)
  • 1 cdta. mostaza encurtida (opcional)
  • 1 huevo cocido (opcional)

Elaboración
Lavar los puerros retirando la parte más verde y la piel más externa, eliminar toda la tierra. Hervir agua y cocer los puerros durante 20 minutos, córtalos por la mitad o en 3 partes si no te caben en la olla. Colar y enfriar para cortar la ebullición. Si no los has cortado y están enteros, córtalos para que sea más fácil a la hora de emplatar y comer.
Mientras se hace los puerros hacemos la vinagreta. Picar todos los ingredientes, y cocer el huevo si vamos a usarlo.
Mezclar toda la verdura y añadir el vinagre, el aceite, la sal y la mostaza.
Poner los puerros en un recipiente y verter la vinagreta por encima. Decorar con huevo rallado.
Dejar macerar unas horas, si lo preparas por la mañana déjalo hasta la noche así tendrá más sabor.


Relato, vídeo y fotografías @catypol - Circus day.

Croffles

¡Quién nos entienda, que nos compre!. Eso piensa o dice la mayoría de gente que tiene a su alrededor a un blogger cocinero, ¿cómo es posible que fotografiemos comida?, que la comamos incluso fría, que nos subamos a todas las sillas/taburetes/encimeras/cualquiera cosa que esté elevada para fotografiar ¿qué?, ¿la comida que vamos a "colgar" en el blog, para que se vea bonita? pero si se va a comer y en un plis ya no hay.

Nosotros, reímos, nos hacemos los sordos, y seguimos como si nada, miramos desde que ángulo nos quedará bonita, fotografiamos la comida que hemos preparado como si de un modelo se tratara, compramos utensilios en unidad para decorar, así tenemos 2 tazas de aquel modelo, 1 cuchara de otro, servilletas y manteles a mil, trozos de madera decorada, cartulinas... hablamos de que hoy no había mucha luz, como me gustan esos tonos, que linda composición...usamos la reflex que vale un "pastón" como los profesionales, filtros, zooms, trípode... casi usamos tantos "cacharros" como los que usamos para preparar el plato que "colgaremos" en el blog.

Sí, somos así, mi proceso empieza en el momento que empiezo a buscar qué cocinaré para el blog, encontrar la receta que me guste ya es todo un reto, comprar los ingredientes, organizarme para el día que voy a cocinarla, cocinarla, fotografiarla, ponerla bonita con el Photoshop (es importante ya que mi cámara, en estos momentos, todavía es una compacta) y subirla, todo este tiempo voy en "programa blog", y me da igual si no soy entendida, me da igual si tengo que volver a calentar la comida pues en la sesión de fotos se enfrió, me da igual subirme al "andamio", y que se acaben la comida en un abrir y cerrar de ojos, que como dice la frase tan popular en España, ¡Qué me quiten lo bailao!.

Esta entrada es para cada una de las personas que estáis detrás de un blog, que hacéis todo lo explicado antes y más.




Hojaldrados , mantecosos , con la cantidad justa de dulzura, los croffles son uno de los nuevos alimentos más populares. Con un interior suave y masticable y un exterior crujiente , los croffles son un híbrido entre croissants y waffles. Se pueden disfrutar en el desayuno o como un tentempié dulce durante el día. Solo necesitas un ingrediente y una gofrera para hacer croffles en casa. Sírvelos solos o con tus toppings favoritos . Este delicioso plato fue inventado por una pastelera irlandesa llamada Louise Lennox, y se ha vuelto muy popular y fotografiado en todo el mundo. Se hace cocinando masa de croissant en una plancha para gofres hasta que se dore maravillosamente.



· CROFFLES ·
 
Ingredientes
  • Croissants sin hornear (los venden en los congelados de supermercados, mira el vídeo) (pero también puedes hacerlos tú con masa de hojaldre, quizás no se hinchen tanto pero salen bien también)

Utensilio:
  • Gofrera

Decoración:
  • azúcar glas
  • nata montada
  • yogur
  • fresas
  • arándanos
  • chocolate
  • etc...

Elaboración
Es así de fácil, descongela los croissants, deben estar totalmente descongelados. Abre la gofrera y pincela con aceite de oliva, pon un croissant dentro y cierra. Cocina unos minutos, ves mirando para que no se queme. Sirve y decora como más te guste. 








Texto, vídeos y fotografías @catypol - Circus day.

Lasaña en sartén

Septiembre, mes de vino, de vendimia y de fiesta, como no podía ser de otra manera. Por la mañana cuando todavía el sol no ha aparecido con su luz pero si con claridad, íbamos todos desperezándonos y bostezando hasta llegar a los viñedos, el desayuno se sirve muy temprano, casi casi dormidos, poca charla y mucho dolor de huesos de esos días llenos de nervios para saber que buena uva tenemos, la recogida no es fácil cuando se hace mano a mano, como antes de que se encargaran las máquinas de la recolección.

Cuando los primeros rayos de sol asoman sobre nosotros, ya estamos bien despiertos y a toda faena para terminar antes del mediodía, sonreímos pues es el último día de recogida y después todo será fiesta y jolgorio, vino y risas, es tradición cuando se acaba la recogida que nos vistamos bonitos y hagamos una gran fiesta. Septiembre es nuestro mes, mes del vino y la alegría, pues todo indica que este año será una buena cosecha y al final quien brinde con nuestro vino notará sus notas perfectas para acompañar a una buena lasaña ¿de carne, de pescado, de verduras?  ¡qué más da! si es en buena compañía, ¿no crees?.



Hace años trabajé en un tienda de vinos, pequeña y muy selecta, o eso pensaba yo. Empecé allí sirviendo cava en Navidad y allí me quedé un tiempo más. Gustarme el vino, pues no, no soy una gran bebedora, quizás más de blanco que de tinto, puede que sí, pero no a lo grande y no en todos los platos. Y eso, cuando se trabaja en una tienda de vinos pues ¡mmmm! mola poco, decía el jefe. Pero, me leí todos los libros, me sabía todas las mejores añadas, sabía de vinos y recomendaciones para poder aconsejar, así que sí, por gusto, en catas no era la mejor pero para vender, lo vendía todo, todo, todo. ¡Ah! y decir que me gustó mucho trabajar en ello, ese silencio de la tienda es tan único y cautivador, nada parecido a una celebración entre amigos, aunque a veces igual de placentera.

De la mezcla de diferentes tipos de uva y un buen enólogo, para que engañarnos, surgen deliciosos caldos que suelen acompañar nuestras más ricas recetas, esta en concreto es un poco como el vino, una receta que tenía de lasaña, y o ¡sorpresa! está hecha en una sartén, así salió y lo probaron en casa unos comensales muy especiales, que además de vino tomaron mojito (era una excusa para hacerlo y beberlo con ellos), pero no con la lasaña ;) 

· LASAÑA DE POLLO A LA SARTÉN ·

Ingredientes 
  • 1 paquete de placas de canelones o lasaña de cocción rápida.
  • Pollo cocido desmenuzado (como medio pollo)
  • 1/2 cebolla picada
  • 1 ajo picado
  • Un manojo de espinacas (pueden ser congeladas)
  • Salsa de tomate frito
  • Orégano seco
  • Sal y pimienta negra
  • Mozzarella rallada y 1 en bola
  • 2 cucharadas de AOVE

Elaboración
Poner las placas de canelones o lasaña en agua muy caliente, dejar que se ablanden durante la elaboración del plato.
En una sartén con unas cucharadas de AOVE (aceite de oliva virgen extra) pochar la cebolla y el ajo. A fuego bajo, añadir las espinacas (si son congeladas bien escurridas), remover. Añadir el pollo desmenuzado o cortado en trocitos. Mezclar todo. Añadir una cucharada de orégano y sal y pimienta al gusto. Echar la salsa de tomate y remover todo. Apartar más de la mitad de la mezcla de la sartén. Pues la vamos a usar para hacer las capas de la lasaña. 

Dejar una parte del pollo en la sartén, y siempre a fuego bajo, cubrir esa parte con las placas, poner encima otra parte del pollo y añadir mozzarella rallada. Cubrir con más placas. Añadir la última parte del pollo más mozzarella y cubrir con más placas. Como es la última capa de placas poner encima la mozzarella en bola cortada a trozos y más mozzarella rallada.

Cubrir la sartén y dejar cocinar a fuego bajo durante 10 minutos. Apagar el fuego y servir.

Nota: se pueden usar placas de canelones o lasaña de las que hay que hervir antes, sí, se puede usar, primero las hierves según dice el fabricante y luego las usas como dice la receta.



Relato y fotografías @catypol - Circus day.

Curry de sandía

Había viajado a tantos lugares casi como años tenía, por trabajo, por placer, por familia y siempre volvía al mismo lugar, su casa, o lo que ella consideraba su hogar. Tantas veces le atrajo quedarse en otro diferente, pero cuando se paraba a pensar su hogar solo era aquí y eso la hacía volver. ¿Podía decir que ya nada le asombraba?¡mmmm!, no, todavía tenía curiosidad, todavía se sentía sorprendida cuando algo le llegaba al corazón, como aquella vez, en la India, una chica, casi niña, servía en un pequeño restaurante familiar, y le aconsejó que tomara un curry de sandía, que según ella era famoso por la zona, aunque no viera demasiada gente allí sentada para tomarlo, y sí, sabía bueno, era especiado y sencillo como debía ser. Ese día, fue toda una sorpresa, por el descubrimiento de comer sandía en curry, sí, pero también por la belleza del lugar y de la chica.

Y cuando llegaba a casa, intentaba acordarse de todos los detalles del viaje, de los aromas, la gente, la cultura y también del sabor, e intentaba reproducirlo en un librito de viaje que ella nunca llevaba consigo cuando viajaba, le producía más placer volver a viajar en sus recuerdos una vez en casa y allí escribía todo cuanto había vivido, hacía pequeños dibujos cuando no conseguía definirlo con palabras, anota horarios de vuelos, nombres de barcos o enganchaba fotos o entradas, de lo que fuera, teatro, museos, metros. Después de haberlo sacado todo de la mente, lo guardaba en estantería de los viajes, segura que un día si alguien la heredaba lo viviría como una gran aventura de alguien que aunque viajara mucho siempre volvía a su hogar.



Cuando me encontré con este plato tradicional de Rajasthan, el estado más grande de la India ubicado en la esquina noroeste del país, no sabía muy bien qué pensar de él. Pero funciona, este plato dulce y picante es una prueba de que la sandía es mucho más versátil de lo que jamás imaginé. Es una receta de Camellia Panjabi, su experiencia al frente de varios de los mejores restaurantes indios de Londres y su deseo insaciable de sacar a la luz las recetas regionales de su país de origen nos hace saber que el curry va mucho más allá que la carne, pescado o los vegetales. 



· CURRY DE SANDÍA ·
Ingredientes para 2
  • 220 g de sandía 
  • 200 ml. de sandía licuada
  • 1/2 cdta. de cayena 
  • 1/2 cdta. de cúrcuma en polvo
  • 1/2 cdta. de cilantro en polvo
  • 1/4 cdta. de comino en polvo
  • 2 cdtas. de zumo de limón
  • 1 ajo prensado
  • 1 cdta. de jengibre rallado
  • 2 cdas. de AOVE
  • 1 pizca de sal
* Cilantro fresco para servir (opcional)
* Pappadums (opcional)

Elaboración
Cortar y despepitar la sandía. Con una parte de la sandía, licuar hasta tener el zumo, y la otra mitad reservar en dados. En el zumo de sandía mezclar, la cayena, la cúrcuma, el cilantro, el comino, el ajo, el jengibre y la sal.
Calentar el aceite en un wok o sartén y seguidamente añadir el zumo especiado de sandía. Bajar la intensidad del fuego y cocer 3 minutos, después añadir el zumo de limón y los dados de sandía, remover con cuidado para integrar, dejar cocinar unos 3 minutos más.

Podemos servirlo como guarnición o con arroz, como he hecho en este caso, y añadirle cilantro fresco picado si nos gusta y pan pappadum.


Relato/fotografías/vídeo @catypol - Circus day.

Charlota de chocolate

Cada día salía de casa para dar un paseo por el barrio, me gustaba caminar lentamente, saludar a Marie, la señora de la boutique, esquivar a los chicos que salían de clase, ayudar a cruzar al señor Maurice, un poco sordo y ciego para cruzar solo, y sentarme un rato a contemplar la belleza del río que cruza la ciudad. Las barcazas suben y bajan enseñando a los turistas tal o cual rincón de la orilla, los pequeños botes con enamorados agarrados uno a otro contemplando la misma belleza que yo.

Después me dirigí a Petit Paris, una pequeña cafetería bistró, llena de vida por la mañana pero que por la tarde se tranquilizaba y abrigaba a los que, como yo, necesitaban un descanso en su día. Allí me esperaba Juliette, mujer delicada, bonita y con unos ojos que dejaban sin aliento a cualquiera que se detuviera a mirarla. Ella sonreía siempre, incluso a aquellos que no tenían tiempo para parar un rato de su vida y saludarla.

Y allí estaba yo, sentado junto la ventana, admirando el ir y venir de los demás, y suspirar por no ser uno de ellos, siempre corriendo de un lado hacia otro, cuando apareció Juliette con un poco de su magia, algo había debajo de lo que llevaba en sus manos escondido con una bella tela, me miraba pícara y sonriendo.
__Je donne un peu si vous pouvez deviner ce qu'il est?__  siempre conseguía hacerme reír.
__¡humm! una calabaza__ dije yo divertido,
__non, non__ dijo ella
__¿le has quitado el sombrero al señor Maurice?__ bromeé
__nooooon__ exclamó riendo
__de acuerdo, me rindo.__ dije al fin
¡Oh, monsieur! chocolat, charlotte au chocolat pour vous__ dijo al fin, sacó la tela y debajo había una bella charlota de chocolate, tan bella como la ilusión de su dueña, tan dulce como su mirada, tan rica como solo ella sabía hacerlo.
Si alguna vez visitas París, búscala, déjate seducir por su magia y admira sus ojos, ella te sorprenderá siempre.



La charlotte se creó en Inglaterra a principios del siglo XIX y recibió el nombre de la reina Charlotte, esposa del rey Jorge III. Originalmente, este postre se preparaba en una sartén alta con bordes acampanados, forrados con pan y mantequilla, y rellenos de compota de manzana, y después el postre se cocía en un horno durante mucho tiempo de manera similar a un pudín.

Le debemos la charlotte a Antonin Carême, también conocido como Antoine de la Créme y apodado como “el rey de los chefs y el chef de los reyes”, el primero con el apelativo de chef. Fue en las cocinas del Príncipe Regente Jorge IV que Antonin se familiariza con la charlotte.

Después cambió la receta de este postre y comenzó a usar los bizcochos de soletilla, los mismos que él adaptó de su forma redonda original a su forma alargada como los conocemos hoy. Él llamó a esta creación la “charlotte parisina” para diferenciarla del postre inglés.


Yo la he hecho mini en un molde redondo de 14 cm de diámetro, porque creo que para tres personas basta, o para dos si te gusta mucho el dulce, por eso en un molde tan pequeño pero, que si quieres más, dobla la cantidad de ingredientes, te prometo que no te será indiferente y lo disfrutarás mucho, casi tanto como si lo hubiera hecho Juliette.

· MINI CHARLOTA DE CHOCOLATE ·

Molde redondo de 14 cm. de diámetro 

Ingredientes
  • 150 gr. de chocolate negro + 75 gr. para los bizcochos
  • 12 bizcochos de soletilla
  • 70 gr. de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente
  • 70 gr. azúcar glasé
  • 1 cdas. de cacao sin azúcar
  • 1 cucharadita de café instantáneo
  • 2 yemas de huevo, a temperatura ambiente
  • 1 cdas. de ron blanco
  • 200 ml de nata para montar
Elaboración
Forrar el molde con papel de hornear.
Fundir los 75 gr. de chocolate, al baño María o en el microondas, bañar con chocolate las puntas de los bizcochos, y colocar sobre papel de hornear para que se solidifique, en el frigorífico.

Fundir los 150 gr. de chocolate, reservar. Preparar; por un lado montar la nata, por otro batir la mantequilla y la mitad del azúcar hasta obtener una mezcla blanca y esponjosa. Agregar el cacao y el café molido, mezclar bien. Por último y por otro lado; batir las yemas de huevo con el resto de azúcar y el ron, hasta obtener una mezcla blanca y que doble el volumen.

Batir los 150 gr. de chocolate con la mezcla de mantequilla, añadir la mezcla con huevo y batir bien. Por último agregar la nata montada con suavidad, mezclar con movimientos envolventes hasta que quede todo bien integrado.

Cuando el chocolate de los bizcochos se haya endurecido, cortar los bizcochos para dejarlos a la misma altura del molde (si te gusta más sin cortar, adelante) y colocar los bizcochos en el molde, quedando la parte bañada por el chocolate al fondo del mismo. Verter dentro del molde el preparado de chocolate, golpeamos un poquito para que la mezcla se asiente y dejamos en el frigorífico toda la noche o hasta que decidamos consumirlo, un mínimo de cuatro horas. Desmoldar dejando la parte de los bizcochos con chocolate hacia arriba, y espolvoreamos cacao por encima.




Relato y fotografías @catypol - Circus day.

Tortillitas de arroz

Marta estaba sentada en su regazo, balbuceaba mientras el vaivén de su cuerpo para tranquilizarla hacía efecto en la niña, mientras canturreaba por lo bajo una canción de cuna, vieja y casi olvidada pero que se negaba a actualizar para no olvidar sus raíces. 

La noche había sido muy larga, Marta no la había dejado descansar y su cuerpo estaba casi sin energía. Habían comido tortillitas de arroz para llenar su barriga y ahora deseaba que la nana hiciera efecto y la dejara tranquila y dormida para ella hacer un poco de lo mismo. ¡Dios, como echaba de menos tiempos pasados! 

No es que no quisiera a la niña, la amaba, la había llevado dentro 7 meses, la pequeña tenía prisa por salir y casi ni lo cuenta cuando se puso de parto, al final la cesárea había decidido que así llegaría al mundo por que su cuerpo no daba para más, y medio año después seguía casi en el mismo estado.

A pesar de todo, la unión que había entre ellas era fuerte y eso la llenaba de orgullo, la hacía sonreír y la tranquilizaba para poder seguir adelante, ya volvería la energía cuando fuera.



Esta entrada me recuerda mis noches sin dormir después de tener a Sergi, ¡Dios! esas comidas a deshoras, esas ganas de salir corriendo... el arroz es uno de mis preferidos, así que no le digo que no si lleva arroz, incluso si la tortilla no es con patata y es con arroz. 

Si te digo que esta receta tiene muchos años, si te digo que era de un coleccionable de recetas de una revista (ahora ya desaparecida), si te digo que esta es mi primera vez pero no la última y que el resultado nos gustó mucho. 

Pues esta es mi receta para este concurso de  tortillas de Canal cocina y que aunque gané no pude disfrutar pues era en Madrid y no podía viajar allí en su momento, pero que estoy muy feliz de haber ganado.

· TORTILLITAS DE ARROZ BASMATI ·

Ingredientes para 4 tortillitas

  • 1 taza de arroz hervido 
  • 4 huevos
  • 100 gr. de jamón cocido
  • 50 gr. de pechuga de pollo (fiambre o pollo asado)
  • 50 gr. de queso mozzarella rallado
  • Sal y pimienta
  • AOVE para freír las tortillas
Elaboración
Cortar el jamón y el pollo a trocitos pequeños. Incorporar al arroz hervido junto con el queso, salpimentar y mezclar con los huevos. Poner una sartén pequeña al fuego con aceite. Formar tortillitas y cocinar procurando que queden doraditas por ambos lados.

Nota: da para muchos rellenos, por ejemplo de sobras de arroz 3 delicias, verduritas, gambitas...a gusto de cada uno, este como lleva queso se deshace en la boca. Además es #zerowaste.






Relato y fotografías @catypol - Circus day.
Con esta receta participo y soy ganadora en el concurso de tortillas de Canal cocina (año 2011).

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