Charlota de chocolate
Cada día salía de casa para dar un paseo por el barrio, me gustaba caminar lentamente, saludar a Marie, la señora de la boutique, esquivar a los chicos que salían de clase, ayudar a cruzar al señor Maurice, un poco sordo y ciego para cruzar solo, y sentarme un rato a contemplar la belleza del río que cruza la ciudad. Las barcazas suben y bajan enseñando a los turistas tal o cual rincón de la orilla, los pequeños botes con enamorados agarrados uno a otro contemplando la misma belleza que yo.
Después me dirigí a Petit Paris, una pequeña cafetería bistró, llena de vida por la mañana pero que por la tarde se tranquilizaba y abrigaba a los que, como yo, necesitaban un descanso en su día. Allí me esperaba Juliette, mujer delicada, bonita y con unos ojos que dejaban sin aliento a cualquiera que se detuviera a mirarla. Ella sonreía siempre, incluso a aquellos que no tenían tiempo para parar un rato de su vida y saludarla.
Y allí estaba yo, sentado junto la ventana, admirando el ir y venir de los demás, y suspirar por no ser uno de ellos, siempre corriendo de un lado hacia otro, cuando apareció Juliette con un poco de su magia, algo había debajo de lo que llevaba en sus manos escondido con una bella tela, me miraba pícara y sonriendo.
__Je donne un peu si vous pouvez deviner ce qu'il est?__ siempre conseguía hacerme reír.
__¡humm! una calabaza__ dije yo divertido,
__non, non__ dijo ella
__¿le has quitado el sombrero al señor Maurice?__ bromeé
__nooooon__ exclamó riendo
__de acuerdo, me rindo.__ dije al fin
¡Oh, monsieur! chocolat, charlotte au chocolat pour vous__ dijo al fin, sacó la tela y debajo había una bella charlota de chocolate, tan bella como la ilusión de su dueña, tan dulce como su mirada, tan rica como solo ella sabía hacerlo.
Si alguna vez visitas París, búscala, déjate seducir por su magia y admira sus ojos, ella te sorprenderá siempre.
Después me dirigí a Petit Paris, una pequeña cafetería bistró, llena de vida por la mañana pero que por la tarde se tranquilizaba y abrigaba a los que, como yo, necesitaban un descanso en su día. Allí me esperaba Juliette, mujer delicada, bonita y con unos ojos que dejaban sin aliento a cualquiera que se detuviera a mirarla. Ella sonreía siempre, incluso a aquellos que no tenían tiempo para parar un rato de su vida y saludarla.
Y allí estaba yo, sentado junto la ventana, admirando el ir y venir de los demás, y suspirar por no ser uno de ellos, siempre corriendo de un lado hacia otro, cuando apareció Juliette con un poco de su magia, algo había debajo de lo que llevaba en sus manos escondido con una bella tela, me miraba pícara y sonriendo.
__Je donne un peu si vous pouvez deviner ce qu'il est?__ siempre conseguía hacerme reír.
__¡humm! una calabaza__ dije yo divertido,
__non, non__ dijo ella
__¿le has quitado el sombrero al señor Maurice?__ bromeé
__nooooon__ exclamó riendo
__de acuerdo, me rindo.__ dije al fin
¡Oh, monsieur! chocolat, charlotte au chocolat pour vous__ dijo al fin, sacó la tela y debajo había una bella charlota de chocolate, tan bella como la ilusión de su dueña, tan dulce como su mirada, tan rica como solo ella sabía hacerlo.
Si alguna vez visitas París, búscala, déjate seducir por su magia y admira sus ojos, ella te sorprenderá siempre.
La charlotte se creó en Inglaterra a principios del siglo XIX y recibió el nombre de la reina Charlotte, esposa del rey Jorge III. Originalmente, este postre se preparaba en una sartén alta con bordes acampanados, forrados con pan y mantequilla, y rellenos de compota de manzana, y después el postre se cocía en un horno durante mucho tiempo de manera similar a un pudín.
Le debemos la charlotte a Antonin Carême, también conocido como Antoine de la Créme y apodado como “el rey de los chefs y el chef de los reyes”, el primero con el apelativo de chef. Fue en las cocinas del Príncipe Regente Jorge IV que Antonin se familiariza con la charlotte.
Después cambió la receta de este postre y comenzó a usar los bizcochos de soletilla, los mismos que él adaptó de su forma redonda original a su forma alargada como los conocemos hoy. Él llamó a esta creación la “charlotte parisina” para diferenciarla del postre inglés.
Yo la he hecho mini en un molde redondo de 14 cm de diámetro, porque creo que para tres personas basta, o para dos si te gusta mucho el dulce, por eso en un molde tan pequeño pero, que si quieres más, dobla la cantidad de ingredientes, te prometo que no te será indiferente y lo disfrutarás mucho, casi tanto como si lo hubiera hecho Juliette.
· MINI CHARLOTA DE CHOCOLATE ·
Molde redondo de 14 cm. de diámetro
Ingredientes
- 150 gr. de chocolate negro + 75 gr. para los bizcochos
- 12 bizcochos de soletilla
- 70 gr. de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente
- 70 gr. azúcar glasé
- 1 cdas. de cacao sin azúcar
- 1 cucharadita de café instantáneo
- 2 yemas de huevo, a temperatura ambiente
- 1 cdas. de ron blanco
- 200 ml de nata para montar
Forrar el molde con papel de hornear.
Fundir los 75 gr. de chocolate, al baño María o en el microondas, bañar con chocolate las puntas de los bizcochos, y colocar sobre papel de hornear para que se solidifique, en el frigorífico.
Fundir los 150 gr. de chocolate, reservar. Preparar; por un lado montar la nata, por otro batir la mantequilla y la mitad del azúcar hasta obtener una mezcla blanca y esponjosa. Agregar el cacao y el café molido, mezclar bien. Por último y por otro lado; batir las yemas de huevo con el resto de azúcar y el ron, hasta obtener una mezcla blanca y que doble el volumen.
Batir los 150 gr. de chocolate con la mezcla de mantequilla, añadir la mezcla con huevo y batir bien. Por último agregar la nata montada con suavidad, mezclar con movimientos envolventes hasta que quede todo bien integrado.
Cuando el chocolate de los bizcochos se haya endurecido, cortar los bizcochos para dejarlos a la misma altura del molde (si te gusta más sin cortar, adelante) y colocar los bizcochos en el molde, quedando la parte bañada por el chocolate al fondo del mismo. Verter dentro del molde el preparado de chocolate, golpeamos un poquito para que la mezcla se asiente y dejamos en el frigorífico toda la noche o hasta que decidamos consumirlo, un mínimo de cuatro horas. Desmoldar dejando la parte de los bizcochos con chocolate hacia arriba, y espolvoreamos cacao por encima.
Relato y fotografías @catypol - Circus day.
Sencillamente perfecta, con chocolate y esta magnífica presentación¡ Un besazo preciosa
ResponderEliminarQue maravilla de vista, me gusta como luce en tu página, como resalta y no es nada fácil sacar fotogénico el chocolate.
ResponderEliminarEsto me lo dejo apuntadito. Pásatelo muy bien guapísima. Te espero.
¡Qué rica! Con lo que me gusta el chocolate...
ResponderEliminarDe 10!!!ya con el nombre, dices, debes estar de lujo, y al ver las fotos....mmmm...sin palabras!!!un postre sensacional!!!!! la presentación estupenda!!!!
ResponderEliminaruna presentación de libro!!!! me has recordado una receta familiar que hace mil que no hago, también con soletillas por los lados... me pongo ya!!!
ResponderEliminary pásalo bien en tus vacaciones, muchos besos!
a mi tb me gusta mucho el chocolate. Que rica te ha quedado. Pásalo bien.
ResponderEliminarPreciosa y deliciosa seguro...una buena idea me has dado..
ResponderEliminarun manjar! me encanta todo lo q tenga chocolate!
ResponderEliminarQue bonito el pastel, me encanta la presentación.
ResponderEliminarYo debo ser una de las pocas personas a la cual no le gusta el chocolate y mira, por suerte, porque nunca vi tanta variedad de chocolates como aquí, es el mundo soñado para el chocolatero, :).
Besos