- 500 gr patatas
- 200 gr acelgas (o espinacas)
- 1 manojo cebolletas
- 4 huevos
- 250 gr queso fresco batido desnatado
- 100 gr queso Gorgonzola
- Ralladura de 1 limón
- 1 cucharada AOVE Señorios de Relleu (usar para saltear la verdura)
- Sal y Pimienta negra
- Mantequilla para el molde
- Molde desmontable de 18 centímetros de diámetro
Berenjena - Pizza napolitana
Ingredientes (para 4 personas)- 3 berenjenas grandes
- Pimienta negra molida
- 500 gr. queso fresco batido
- 3 tomates grandes triturados o rodajas
- Un poco de cebolla en aros (opcional)
- Especias de pizza (orégano, tomillo, albahaca, mejorana, romero y ajo)
- AOVE Señorios de Relleu
Agar Agar de coco (4 raciones)
Ingredientes:- 400 ml. leche de coco
- 2 cucharadas de crema de coco (de la misma leche)
- 2 gr. Agar Agar



· MOUSSE DE ATÚN ·
Ingredientes- 2 limones grandes
- 160 gramos de atún
- 1 cucharada de limón
- 1 cucharada de alcaparras
- 1 cucharada de aceite de oliva
- 1 cucharada de mayonesa
- 1 ramitas de perejil
- 100 gramos de mozzarella
- 100 mililitros de caldo de pescado
- 2 sobres Agar Agar (4 gr.)
- Sal al gusto

Relato, fotografías y vídeo @catypol - Circus day.

- 400 gr. calamares (en mi caso chipirones)
- 3 huevos grandes
- 2 cebollas medianas
- Unos tomates Cherry
- 500 gr. salsa de tomate






Me acostumbré a llevar un lápiz en el bolso. Escribía en servilletas, tarjetas usadas, papeles varios y tiques de compra; escribía o dibujaba, dependía de lo que en aquel momento me tenía cautivada. Y así le conocí: sentada en una mesa de una terraza, tomando café y escribiendo en una servilleta, cuando noté que alguien me estaba observando por encima de mi hombro. "¡Cotilla!", dije yo en alto.
Y de pronto, ante mí, apareció una cara sonriente: pelirrojo con pecas y muy seguro de sí mismo. "¿Estás anotando tu número de teléfono para dármelo?", me preguntó. "No", dije yo, "estoy anotando las groserías que te diré como sigas con esa actitud indolente". No pude menos que sonreír. "¡Oh! Das de lleno en mi corazón", y se encogió, poniendo sus manos sobre su pecho. Y eso me hizo soltar una carcajada.
Se ofreció a llevarme de tour por la ciudad, como si yo fuera una turista, y me dejé llevar. Seguimos dando vueltas y llegamos a una librería. Pegué mi nariz en el cristal de su ventana mientras veía que él entraba y hablaba con la dependienta.
Después nos paramos en un pequeño restaurante para comer un cóctel marinero, y no pude dejar de sonreír en toda la comida. Allí fue cuando sacó un paquete, que cabía en mi mano, envuelto en un precioso papel, y dentro estaba la libreta más bonita que vi en mi vida. "¿Es para que te anote mi número de teléfono?", pregunté yo. "No", dijo él esta vez, "es para que anotes las groserías que no me has dicho".
- 1/2 lechuga
- 450 gr. de merluza
- 300 gr. de mejillones
- 300 gr. de almejas
- 500 gr. de gambas o langostinos
- 1 1/2 l. agua
- 1 rodaja de limón
- 1 cebolla pequeña
- 1 tomate
- 1 puerro
- 2 ramas de perejil
- 1 diente de ajo
- Unos granos de pimienta en grano
- Sal
- 1 copita de vino blanco seco
- 300 gr. de mayonesa
- 6 cdas. de ketchup
- 1 cda. de vinagre
- 1 cda. de brandy o whisky
- 1 cda. de zumo de limón
- 1 cda. de mostaza
- Sal

Siempre que llegaba al final de un año no lo sentía así. Sí, se decía, de acuerdo, es lo que piensa la mayoría, pero en realidad, pensaba ella, mi año se acaba un día antes de mi cumpleaños. El año que termina para todos no es especial, ni el primer día del año es diferente, sino una continuación de lo mismo.
En cambio, el mío comienza con un beso de mi familia, un
—¡Levántate que hoy es tu día!—, un desayuno especial con tortitas, una fiesta con mi tribu, soplando velas, cantando “Feliz cumpleaños” y regalándome sonrisas todo el día, hasta que me vuelvo a la cama y guardo como un tesoro ese día, con fotos, con dibujos, con recuerdos que, aunque pasen los días, siempre me hacen sonreír.
Ese, ese es mi principio de año, el que no lleva etiquetas, ni propósitos de dietas ni la promesa de que el año que viene será mejor, el que celebro con más amor.
Y para ti, ¿cuándo empieza tu año?
- 240 mililitros de leche
- 2 porciones de espinacas congeladas
- 1 huevo
- 180 gramos de harina de garbanzo
- 1 cucharadita de levadura en polvo
- 1/2 cucharadita de bicarbonato
- 1/2 cucharadita de sal
- 2 cucharadas de Aceite de oliva virgen extra
- Pon la leche y las espinacas en una batidora. Yo lo he hecho con la Thermomix. Bate hasta obtener una mezcla líquida sin grumos.
- Añade los demás ingredientes y vuelve a batir hasta que la masa sea más espesa y también sin grumos.
- Calienta una sartén con un poco de aceite. Cuando esté caliente, vierte un cucharón de masa. Ten cuidado de no calentar demasiado la sartén para que las tortitas queden verdes y no se pongan marrones al cocinarlas.
- Cocina las tortitas una a una, dándoles la vuelta y dejando que se hagan unos minutos por cada lado.
- Sirve con lo que más te guste.

La noche que me sucedió, había comido empanada hasta empacharme. Por estar de vacaciones, me daban permiso para leer antes de dormir, y elegí un libro de tapas muy bonitas que había en la biblioteca, uno que no había visto antes y que llevaba por título Soñar está permitido. Pensé que sería un libro de autoayuda, de esos que gustan a los mayores, pero era tan bonito que ni me lo pensé.
¡Oh, sorpresa! Cuando abrí el libro, de repente salió un bello ratoncito con tirantes por la habitación. No cabía en mí de asombro, pues detrás de él apareció una nave espacial, una casita blanca y una muñeca vestida de azul y amarillo con un espejito. Tenía la boca abierta y más se me abrió cuando, de repente, un señor con monóculo me preguntó:
—¿Has visto mi sombrero de copa? No lo encuentro por ninguna parte —dijo.
Antes de que pudiera contestarle que lo llevaba puesto encima de su cabeza, el señor desapareció dentro del libro y apareció una niña con un tarro de mermelada, mientras se escuchaba muy bajito la canción We Are the Champions. Yo estaba tan, pero tan confundida, que cerré el libro de golpe y lo solté encima de la cama, salté de ella y corrí hacia la puerta, asustada.
Mis padres seguían en el salón viendo la televisión y hablando bajito sobre no sé qué cosa del efecto Mandela. Entré casi chillando y les conté lo que había visto y en qué libro. Ellos se miraron de soslayo, tranquilizándome y diciéndome que mañana todo eso serían solo recuerdos que no habían sucedido. Me llevaron de nuevo a la cama.
En ella ya no vi el libro que había soltado precipitadamente ni ninguno de los personajes que había visto, así que creí que la cena me había sentado un poco mal y que todo era fruto de mi imaginación. Si alguien me dice que con los libros no se viaja, es que no ha leído con la barriga llena.
- 1 láminas de masa de hojaldre
- 1/2 cebolla picada y 1 ajo picado
- 1/2 brócoli pequeño
- 50 gramos de champiñones limpios y troceados
- 1 bolsa de cuatro quesos
- Sal al gusto
- 1 huevo para dar color a la masa
- Aceite para pochar
- Precalienta el horno a 180 ºC.
- Cocina el brócoli, ya sea hirviéndolo o al microondas si viene en bolsa.
- Mientras tanto, en una sartén con un poco de aceite, sofríe la cebolla, el ajo y los champiñones.
- Cuando esté todo cocinado, mezcla el brócoli (puedes cortar el brócoli en trozos más pequeños si prefieres) con la mezcla de la sartén en un cuenco.
- Salpimienta al gusto y añade la bolsa de cuatro quesos rallados. Mezcla bien.
- Sobre la mitad de una lámina de masa, esparce la mezcla preparada y cierra con la otra mitad, sellando los bordes con un tenedor.
- Pinta la masa con huevo batido.
- Hornea durante 30 minutos o hasta que la masa esté dorada.
Sirve caliente, cuando el queso esté completamente fundido.

Y ¿de qué se habla en una cena con bloggers de cocina? ¿de cocina?, no, en realidad no, de cocina hablamos poquito, alguna referencia sí hacemos, pero nada más, la verdad que de estas comidas surgen otros proyectos, talleres, ideas, citas nuevas para quedar, recomendaciones sobre otros blogs, viajes, y reír, reír muchísimo.
- 3 puerros grandes
- 1/2 cebolla, picada
- 1/2 pimiento rojo, picado
- 1/2 pimiento verde, picado
- 2 cucharadas de vinagre de manzana
- 4 cucharadas de aceite extra virgen de oliva
- Sal al gusto
- 1 cucharadita de mostaza encurtida (opcional)
- 1 huevo cocido (opcional)

Había viajado a tantos lugares como años tenía, por trabajo, por placer, por familia, y siempre volvía al mismo lugar: su casa, o lo que ella consideraba su hogar. Tantas veces le había atraído quedarse en otro diferente, pero cuando se paraba a pensar, su hogar solo era aquí, y eso la hacía volver.
¿Podía decir que ya nada le asombraba? ¡Mmm, no! Todavía tenía curiosidad, todavía se sentía sorprendida cuando algo le llegaba al corazón. Como aquella vez, en la India, cuando una chica, casi una niña, servía en un pequeño restaurante familiar y le aconsejó que probara un curry de sandía, que según ella era famoso por la zona, aunque no viera demasiada gente allí sentada para tomarlo. Y sí, sabía bien: era especiado y sencillo, como debía ser. Ese día fue toda una sorpresa, no solo por descubrir el curry de sandía, sino también por la belleza del lugar y de la chica.
Y cuando llegaba a casa, intentaba acordarse de todos los detalles del viaje: los aromas, la gente, la cultura y también los sabores. Intentaba reproducirlos en un librito de viaje que, curiosamente, nunca llevaba consigo cuando viajaba. Le producía más placer volver a viajar en sus recuerdos una vez en casa. Allí escribía todo cuanto había vivido, hacía pequeños dibujos cuando no conseguía definirlo con palabras, anotaba horarios de vuelos, nombres de barcos o enganchaba fotos o entradas de cualquier cosa: teatro, museos, metro...
Después de haber sacado todo de la mente, guardaba el librito en su estantería de los viajes, segura de que, si algún día alguien la heredaba, viviría como una gran aventura la historia de alguien que, aunque viajara mucho, siempre volvía a su hogar.
- 220 gramos de sandía
- 200 mililitros de sandía licuada
- 1/2 cucharadita de cayena
- 1/2 cucharadita de cúrcuma en polvo
- 1/2 cucharadita de cilantro en polvo
- 1/4 cucharadita de comino en polvo
- 2 cucharaditas de zumo de limón
- 1 ajo prensado
- 1 cucharadita de jengibre rallado
- 2 cucharadas de aceite
- 1 pizca de sal
- Corta y despepita la sandía. Con una parte, licúa hasta obtener el zumo; reserva la otra mitad en dados.
- En el zumo de sandía, mezcla la cayena, la cúrcuma, el cilantro, el comino, el ajo, el jengibre y la sal.
- Calienta el aceite en un wok o sartén y añade el zumo especiado de sandía. Baja la intensidad del fuego y cocina durante 3 minutos.
- Añade el zumo de limón y los dados de sandía. Remueve con cuidado para integrar y deja cocinar unos 3 minutos más.
Marta estaba sentada en su regazo. Balbuceaba mientras el vaivén de su cuerpo, con el que intentaba tranquilizarla, empezaba a hacer efecto en la niña. Canturreaba por lo bajo una canción de cuna, vieja y casi olvidada, pero que se negaba a actualizar para no perder sus raíces.
La noche había sido muy larga. Marta no la había dejado descansar y su cuerpo estaba ya al límite. Habían comido tortillitas de arroz para llenar el estómago, y ahora solo deseaba que la nana hiciera efecto y la dejara tranquila y dormida... para poder hacer ella lo mismo. ¡Dios, cómo echaba de menos los tiempos pasados!
No es que no quisiera a la niña. La amaba. La había llevado dentro durante siete meses. La pequeña tuvo prisa por salir, y casi no lo cuenta cuando se puso de parto. Al final, una cesárea decidió cómo llegaría al mundo, porque su cuerpo no daba para más. Y medio año después, seguía casi en el mismo estado.
A pesar de todo, la unión que había entre ellas era fuerte, y eso la llenaba de orgullo. La hacía sonreír, la calmaba y le daba fuerzas para seguir adelante. Ya volvería la energía, cuando tuviera que volver.
Esta entrada me recuerda mis noches sin dormir después de tener a mi hijo. ¡Dios! Esas comidas a deshoras, esas ganas de salir corriendo cuando no dormía... El arroz es uno de mis ingredientes preferidos, así que no le digo que no, incluso si la tortilla no lleva patata, sino arroz.
Si te digo que esta receta tiene muchos años...
Si te digo que era parte de un coleccionable de recetas de una revista (una de esas que ya han desaparecido)...
Si te digo que esta es mi primera vez haciéndola, pero no será la última...
Y que el resultado nos encantó...
Pues bien, esta es mi receta para el concurso de tortillas de Canal Cocina. Y aunque gané, no pude disfrutar del premio porque era en Madrid y en ese momento no podía viajar. Aun así, estoy muy feliz de haber ganado.
Ingredientes para 4 tortillitas
- 1 taza de arroz hervido
- 4 huevos
- 100 gramos de jamón cocido
- 50 gramos de pechuga de pollo (puede ser fiambre o pollo asado)
- 50 gramos de queso mozzarella rallado
- Sal y pimienta al gusto
- Aceite para freír las tortillas
Elaboración
- Corta el jamón y el pollo en trocitos pequeños.
- Incorpóralos al arroz hervido junto con el queso rallado.
- Salpimienta al gusto y mezcla bien con los huevos.
- Pon al fuego una sartén pequeña con un poco de aceite.
- Forma tortillitas con la mezcla y cocínalas hasta que queden doraditas por ambos lados.