Señoras y Señores,

Bienvenidos a Circus Day

image
Hola,

Soy Caty y dirijo este circo

Foodie, diseñadora gráfica, cuentacuentos y aficionada a la fotografía es un resumen de lo que encontrarás aquí, un circo lleno de recetas, historias y espectáculo. Señoras y señores, mesdames et messieurs, ladies and gentlemen, bienvenidos a Circus day, espero que te guste el show.

Hi, I'm Caty and I lead this circus.

Foodie, graphic designer, storyteller and photography amateur is a summary of what you will find here, a circus full of recipes, stories and spectacle. Señoras y señores, mesdames et messieurs, ladies and gentlemen, welcome to Circus day, I hope you like the show.

The Show

[ENTRANCE]
Entradas
[CIRCUS RING]
Pista central
[CLOWN BREAD]
Pan-yasos
[SWEET JUGGLING]
Dulces malabares
[FESTIVAL SOMERSAULT]
Festival de piruetas
[LIQUIDS TIGHTROPE WALKERS]
Líquidos equilibristas
[MALLORCA]
Mallorca
[CHRISTMAS]
Navidad

En el blog

Migas de colirroz

Los González vivían en una encantadora casita en medio de un pequeño pueblo. Todos los domingos se reunían en la cocina y preparaban un delicioso plato de migas de pan. Sin embargo, ese domingo en particular, ocurrió algo inesperado. Marta, la madre de la familia, se había dado cuenta de que se habían quedado sin pan. La despensa estaba completamente vacía. Pero no se dieron por vencidos. Después de buscar en todas partes, decidieron improvisar y utilizar colirroz en lugar de pan. Después de todo, ¿qué podría salir mal?

La familia comenzó a preparar las migas de colirroz, sazonándolas con ajo, aceite de oliva virgen y pimentón, como siempre lo hacían. Pero justo cuando estaban a punto de darle el toque final, el abuelo González, don Manuel, frunció el ceño y exclamó: "¡Esto no es lo mismo que el pan! ¡Esto es un sacrilegio culinario!". Don Manuel era un hombre de gustos tradicionales y, cuando se trataba de migas, no aceptaba sustitutos.

Don Manuel decidió que no podía soportar la idea de comer migas de colirroz, así que, con su orgullo herido, se levantó de la mesa y se dispuso a huir de la comida. Sin embargo, su escape fue más desastroso de lo que había imaginado. Mientras intentaba escapar, tropezó con una piedra y perdió un zapato. La familia, al notar que el abuelo había desaparecido, se preocupó y salió a buscarlo. Mientras tanto, el pequeño de la familia, Lucas, que aún gateaba, se deslizó inadvertidamente por la puerta abierta y se aventuró al jardín.

La búsqueda del abuelo se convirtió en una divertida odisea. Todos los miembros de la familia se dividieron para buscar en diferentes direcciones, llamando a don Manuel, pero lo único que encontraron fue su zapato perdido. Mientras tanto, Lucas, el pequeño aventurero, gateaba por el jardín y finalmente se cansó. Se arrastró bajo una enorme hoja de una planta y, sin darse cuenta, se quedó profundamente dormido en su escondite improvisado.

Finalmente, la familia se reunió nuevamente, frustrada por no haber encontrado al abuelo. Fue en ese momento cuando notaron que Lucas había desaparecido también. El pánico se apoderó de ellos, y una nueva búsqueda comenzó de inmediato. Después de mucho tiempo de búsqueda frenética, finalmente encontraron a don Manuel, quien había decidido regresar a casa al darse cuenta de que el hambre era más fuerte que su orgullo. Mientras regresaban, escucharon risas provenientes del jardín y corrieron hacia el sonido. Allí, bajo la hoja de la planta, encontraron a Lucas durmiendo plácidamente.

La familia González suspiró aliviada y, después de reunirse, compartieron un abrazo y rieron juntos por todas las aventuras que habían vivido ese día. Don Manuel, finalmente, aceptó que las migas de colirroz no eran tan malas después de todo, y todos disfrutaron de una cena deliciosa y única, llena de risas y amor.

Desde ese día en adelante, los González recordaron la divertida odisea de las migas de colirroz y la misteriosa desaparición del abuelo y Lucas como una historia familiar que contarían una y otra vez, siempre con una sonrisa en sus rostros.



No son migas de pan pero te puedo decir que no te dejarán indiferente, te lo aseguro.


· MIGAS DE COLIFLOR ·

Ingredientes para 1 persona
  • Aceite de oliva virgen extra
  • 2 ajos picados
  • 75 gramos de panceta cortada en trocitos pequeños
  • 1 cda. de pimentón dulce o ahumado
  • 200 gramos de colirroz (coliflor picada)
  • Sal
  • 2 huevos (para acompañar)

Elaboración
Sofreír en AOVE los ajos picados, a fuego bajo, añadir la panceta. Añadir el pimentón, remover. Añadir la colirroz, remover. Añadir la sal. Remover todo, dejar cocinar 3 minutos y servir.
En una sartén aparte fríe 2 huevos.
Acompañar las migas con los huevos.





Para que veas que sí hacemos pan este finde estuvimos en Madrid aprendiendo hacer pan, pan de bueno ;)


Taller de pan que hicimos Juana y yo este finde en Madrid con Javier Marca



Fotografías y vídeo @catypol - Circus day.

Pastel de verduras

Es un gusto reunirnos los blogueros mallorquines para cualquier evento, pero si repetimos lugar, repetimos blogueros y se añade alguno más que no conocíamos, podemos disfrutar como si fuera la primera vez. Y dónde repetimos? fuimos invitados por la familia Matas para volver a reunirnos en  embotits Matas. En esta ocasión además de hablaros qué hicimos y quiénes éramos, también os traigo una receta de aquí, con la sobrasada formando parte de sus ingredientes, es deliciosa. Espero os guste!




· PASTEL DE VERDURAS CON SOBRASADA ·

Ingredientes
  • 1 ramos de acelgas cocidas, escurridas y picadas
  • 50 gr. de harina
  • 1 cebolla picada
  • 1 puerro picado
  • 2 ajos picados
  • 200 gr. zanahorias ralladas o picadas
  • 100 gr. de sobrasada
  • Aceite de oliva
  • 200 ml. de nata (vegetal o no)
  • 2 dl. de caldo
  • 3 huevos grandes
  • 1 rebanada de pan remojada en leche (o agua)
  • Sal
  • Pimienta blanca molida
  • Nuez moscada

Queso de cabra (para decorar)

Elaboración
Yo he usado para picar los ingredientes una picadora.
Rehogamos en una cacerola con un poco de aceite de oliva, la zanahoria, el puerro, la cebolla y el ajo. Una vez rehogado, añadimos la harina y mezclamos todo. Le añadimos el caldo a la mezcla anterior y removemos. Sazonamos con sal, pimienta blanca molida y nuez moscada. Removemos y añadimos las acelgas, y la sobrasada en trocitos pequeños. Removemos bien y dejamos un minuto. Retiramos del fuego y dejamos enfriar. 

Cuando esté frío, precalentamos el horno a 180º C, cascamos los huevos en un cuenco, batimos con un tenedor, añadimos la nata, seguimos batiendo para integrar bien, el relleno que hemos dejado enfriar, y la rebanada de pan remojada. Mezclamos bien con el tenedor hasta que todos los ingredientes sean una masa única. Pero si lo queremos más fino podemos triturar con el turmix. Llenamos un molde, en este caso yo he usado moldes individuales, pero se puede usar un molde más grande tipo plum cake. 

Cocemos el pastel a baño María durante 45 minutos. Sacamos y dejamos enfriar. Servimos frío acompañado de un poco de queso de cabra que he quemado un poco con un soplete, es una opción mía, se puede comer sin acompañamiento.

Fotografías @catypol - Circus day.

HOT DOG

Ana, era una experta en la cocina y pasaba la mayor parte de su tiempo preparando deliciosas comidas para su familia. A ella le encantaba cocinar con ingredientes frescos y orgánicos, que cultivaba en su propia huerta.
Cada día, los niños corrían hacia la mesa del comedor cuando escuchaban la campana sonar. Sabían que era la señal de que su madre había preparado una comida deliciosa y que estaban a punto de disfrutar de una experiencia gastronómica única.
El olor a comida casera llenaba la casa y se extendía por todo el vecindario. La abuela de Ana, que vivía al lado, siempre decía que no había nada mejor que la comida casera, preparada con amor y con ingredientes frescos.

Los días especiales eran aún más especiales, ya que Ana preparaba platos especiales como salchichas, empanadas, pasteles y dulces. Los hijos de Ana siempre le ayudaban en la cocina, aprendiendo los secretos de la cocina casera. A veces, invitaban a amigos y vecinos a unirse a ellos en la mesa del comedor, donde compartían historias y risas mientras disfrutaban de la deliciosa comida.
La comida casera era una parte importante de la vida de esta familia, no solo porque era deliciosa, sino porque les permitía unir lazos y disfrutar de momentos inolvidables juntos. Las comidas siempre eran una oportunidad para reunirse alrededor de la mesa, compartir historias y hacer nuevos recuerdos.



Descubrir que puedo controlar lo que como en aquello que normalmente controlan otros me da alegría, poder elegir los ingredientes y que el resultado sea muy bueno me recuerda muchas veces a mi niñez. El olor que hacía la tienda de comestibles cuando para vender el café lo molían al momento y todo se inundaba de un aroma tan bueno que hasta yo que no había probado nunca el café me lo imaginaba. Ir a buscar la leche con una lechera cada tarde para luego ver como la hervían, que buena nata, verdad?. Recuerdo el repartidor de bebidas, gaseosa, naranjada, limonada, y piña mallorquina, una bebida que parece cola pero no lo es.

No, no estoy nostálgica, al menos en este momento ya que la receta de hoy lo dice bien claro, salchicha casera (o hot dog casero) y no tengo ningún recuerdo en mi niñez que mi madre hiciera salchichas, más bien las compramos frescas y bien hechas en una de las carnicerías del pueblo. Pero me recordó a otros tiempos, cuando controlamos bien lo que comíamos, pues era cercano o propio o sabíamos de su origen.

Para la receta de esta entrada descubrí algunas cosas, un chutney de Mango y un ketchup casero que vale la pena, además de unos envases de tubo muy divertidos para rellenarlos de la salsas y acompañar la salchicha que esta vez he querido que pareciese una salchicha tipo Frankfurt o vienesa para parecer un hot dog, pero casero. Un fast food que me apetecía mucho.

Con estos tubos rellenos de salsas presenté el plato. El abrelatas de la foto de abajo ya tiene unos años, tiene un accesorio que hace años se usaba para abrir las latas de conserva y que yo he usado para el cierre del tubo. Después hice unas pegatinas para colocar y distinguir el tipo de salsa que va dentro de cada tubo. Use una manga para rellenarlos y así de fácil es.

Las salchichas las cociné primero al vapor y después las marqué en la plancha, quedan perfectas. Usé un poco de pimentón de la Vera para darle el color y sabor. También hice un poco de cebolla caramelizada para acompañarla, ese punto dulce le da un sabor muy rico.



· HOT DOG CASERO ·

Ingredientes
  • 1 pechuga de pollo picadas (o muslos sin hueso ni piel)
  • 1/2 cebolla o 1 pequeña
  • 1 ajo
  • 1/4 pimiento rojo
  • Sal
  • Pimienta negra
  • 1 cdta. pimentón de la Vera
  • 1 huevo
  • Film transparente

Para la cebolla caramelizada
  • 1 cda. aceite de oliva
  • 1 cebolla mediana
  • 2 cucharadas de azúcar moreno

Elaboración
Para la cebolla caramelizada, cortamos la cebolla en juliana, en una sartén con la cucharada de aceite la pochamos y cuando esté transparente le añadimos el azúcar moreno. Dejamos que caramelice y sacamos del fuego.

Para las salchichas, picamos la cebolla con la picadora, la mezclamos con la carne picada de pollo, picamos el pimiento rojo con la picadora, lo mezclamos con la carne, removemos para mezclar bien. Picamos el ajo y también lo añadimos. Salpimentamos, añadimos el pimentón y el huevo. Mezclamos bien todo el conjunto.

Con el film transparente formamos las salchichas, cómo la segunda foto, hacemos un nudo en los extremos y cocemos al vapor 7 minutos, aunque también se pueden hervir. Les quitamos el film transparente y calentamos una plancha con un poco de aceite, y las marcamos para que queden doraditas.

Servimos con las salsas y con la cebolla caramelizada o con pan tipo hot dog.






*Los tubos se pueden encontrar por Internet en empresas que vendan utensilios de cocina y catering.

Receta y fotografía @catypol - Circus day

Cupcakes de fresas

Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo. El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino. Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa. La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble. Entonces encontró una planta, una Fresa, floreciendo y más fresca que nunca. El rey preguntó: -¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío? -No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresas. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En aquel momento me dije: "Intentaré ser Fresa de la mejor manera que pueda."
Jorge Bucay.


· CUPCAKES DE FRESAS Y CHOCOLATE ·

Ingredientes para la masa
  • 3 huevos M
  • 175 gr. de azúcar
  • 60 ml. leche 
  • 190 ml. aceite de girasol
  • 160 gr. harina de espelta
  • 50 gr. de cacao puro
  • 1 sobre de levadura en polvo
  • Una pizca de sal

Relleno
  • Fresas enteras, limpias y sin el tallo

Frosting
  • 3 claras de huevo
  • 2 cdas. de azúcar glasé
  • Gel colorante rojo

Elaboración
Para la masa, batimos con la batidora los huevos y el azúcar, hasta doblar el volumen. Mezclamos la leche con el aceite y lo añadimos a la mezcla anterior con cuidado y a velocidad lenta. Aparte añadimos la levadura en polvo, el cacao y la sal a la harina. Añadimos la mezcla seca a los ingredientes húmedos de la batidora. Batimos a velocidad alta durante unos minutos. Dejamos reposar la mezcla en el frigorífico durante una hora o más, tapada. 
Precalentamos el horno a 250º C. Distribuimos la mezcla en cápsulas para magdalenas. Llenamos 3/4 partes de las cápsulas y horneamos a 210º C durante 15 minutos o hasta que la prueba del tester salga limpia.

Dejamos enfriar las magdalenas. Una vez frías, les practicamos un orificio en el centro lo suficientemente grande para colocar una fresa, entera, limpia y sin el tallo verde. 

Mientras precalentamos el horno a 160º C. En la batidora subimos las claras a punto de nieve, les agregamos el azúcar glasé y reservamos. En una manga pastelera, le colocamos la boquilla que más nos guste, o sin boquilla, y le pincelamos con un poco de colorante rojo en el interior, unas líneas son suficientes. Introducimos el merengue dentro y decoramos las cupcakes, el colorante saldrá en forma de línea con el merengue y dejará una bonita línea en el decorado. Ponemos las cupcakes en el horno, durante 7 minutos, hasta que el merengue se tueste un poco, o también se puede hacer con un soplete.



Con esta receta participo en el reto del mes de marzo de cocineros de mundo en Google+ en el apartado dulce.

Receta y fotografías @catypol - Circus day.

Crema de zanahoria morada

Cuando la vi me pareció perfecta, preciosa, me enamoré, sí, estoy hablando de una receta, aunque podría hablar de una criatura, también, o de varias pues hoy es el día propicio para ello. Hoy es un día especial para los papis, recordemos aquellos maravillosos tiempos en los que nos armábamos de paciencia y le dábamos a nuestros bebes las primeras cremas, papillas, purés, y nos soplaban con la boca llena y terminábamos del color de la verdura de turno.

O cuando íbamos a alguna reunión y nos damos cuenta que teníamos una mancha, intentábamos camuflarla si podíamos con la chaqueta, para terminar sacando una foto de la cartera, ahora del móvil, y enseñar la foto, mi bebé__ nos justificamos. O cuando vamos a la compra, la criaturita en el carro y le da por llorar a viva voz, mocos, llanto, ruido, la gente te mira como si hubieras apaleado a la criatura, y tú sonríes, jeje tiene sueño__ replicas.

Nuestras pupilas destilan amor, puro, incomprensible, insomne amor. Nuestro vocabulario parece haber vuelto al paleolítico, es más gutural, y la ridiculez la dejamos plantada en la puerta de casa, pues cuando cruzamos el umbral nos convertimos en monos, cantantes, aviadores, princesas, modelos...y seguimos radiando amor, por que a pesar de todo nuestro cari, peque, rey, cuqui, moni...sabe perfectamente que a quién le cae la baba no es a él, sino a los papis, verdad?

Esta por papá...


· CREMA DE ZANAHORIA MORADA ·

Ingredientes
  • 500 gr. zanahoria morada
  • 1 cebolla grande
  • 2 patatas medianas
  • 1/2 litro de caldo de pollo o verduras (un poco más por si tuvieramos que añadir)
  • Aceite de oliva
  • Sal
  • 1 pizca de chile en polvo
  • 1 cdta. de curry en polvo
  • Queso de cabra
  • Pipas de girasol
  • Pipas de calabaza

Elaboración
Picamos la cebolla y la rehogamos con un poco de aceite en una olla. Añadimos las zanahorias moradas, limpias, peladas y cortadas en trozos pequeños. Añadimos también las patatas, peladas y cortadas a trozos del mismo tamaño que las zanahorias. Salamos, añadimos el chile y el curry, probamos y corregimos si fuera necesario, mezclamos bien. Rehogamos unos cinco minutos y le añadimos el caldo. 

Dejamos cocer a fuego lento durante 30 minutos, o hasta que al pinchar la verdura esté cocida. Retiramos del fuego y trituramos. Si el puré es muy espeso le añadimos un poco más de caldo y mezclamos o trituramos.

Servimos en cuencos o platos con un poco de queso de cabra y una cucharada de pipas.




Con zanahoria morada también tenemos un bizcocho en este enlace.



· Feliz día del padre ·




Relato y fotografías @catypol - Circus day

Panna cotta de lima

Íbamos corriendo por el jardín como conejos buscando comida, casi saltando entre la maleza, para encontrar los huevos que, hábilmente, habían escondido los mayores, a veces en desesperación nuestra. Pero poco a poco los encontrábamos entre piedras o incluso entre las ramas más bajas de los árboles, ¡qué alegría! ¡qué buen tiempo aquel!.

Ahora, de mayor, lo recuerdo con cariño, toda la familia festejaba la Pascua entre huevos de chocolate y buen tiempo, risas y bromas, cestas y conejitos de golosinas. Ahora, de mayor, ya no es lo mismo, no, no es igual, pero mi corazón se salta un latido cuando recuerda los buenos momentos de familia, incluso con amigos, eran buenos tiempos, eran tiempos de bonanza.



Tengo que explicar que el relato es solo eso, un relato, en mi niñez y en Pascua no había huevos para nosotros, nosotros somos de empanadas, cocarrois, robiols, crespells, pero huevos no, no buscábamos nada en el jardín y aunque si, son buenos recuerdos para mi, igual me hubiera gustado comerme un huevo de chocolate, jeje.

Estos huevos de panna cotta de lima parecen una complicación, pero no, lo único es paciencia por el enfriado por lo que si los haces de un día para otro no te dará la sensación que esperas. Y también tienes que tener un molde en forma de huevo, si no, no pasa nada, puedes hacerlos en vasito y agujereas igual para ponerle el círculo de mango, serán huevos al vaso, jajaja, quedarán bonitos igual, creo yo. Como me gusta la fruta ácida y el mango con la lima lo es, me ha encantado el contraste dulce/ácido, y son tan buenos de comer como los de chocolate ;)

· PANNA COTTA DE LIMA Y MANGO ·

Ingredientes
  • 200 ml de nata 35%
  • 200 ml de leche
  • 4 hojas de gelatina
  • 1 lima (zumo)
  • 60 gramos de eritritol o 100 gramos de azúcar
  • 1 mango
  • 1 lima (zumo)

Elaboración
Remojar la gelatina en la leche. Llevar a ebullición la nata, bajar el fuego. Cuando hierva añadir el zumo de lima, el eritritol o el azúcar y la leche con la gelatina. Remover bien, hasta que se disuelva bien la gelatina. Colar ante de poner en el molde por si quedara algún grumo. Dejar enfriar a temperatura ambiente y después llevar al frigorífico toda la noche o hasta que se solidifique la panna cotta.

Con un sacabocados, sacar el círculo de la panna cotta. Reservar.

Pelar y cortar el mango en trocitos, batir junto con el zumo de lima hasta quedar un puré. Verter el puré de mango en los círculos de los huevos y llevar al frigorífico hasta la hora de servir.

Nota: si quieres puedes usar mermelada de mango en vez de hacer puré, pero pensé que sería todo demasiado dulce.



Relato, vídeo y fotos @catypol - Circus day.

Trufas de chocolate

En un rincón acogedor de la ciudad, un pequeño café llamado "Sabor a Misterio". En este lugar, las trufas de chocolate picante eran la especialidad del chef, un hombre misterioso que nunca mostraba su rostro, pero sus trufas tenían el poder de encender las chispas del amor.

Un día, Sarah, una apasionada de la búsqueda de la verdad y amante del romanticismo, decidió participar en una cita a ciegas organizada por el café. Sarah era una periodista intrépida que había viajado por todo el mundo en busca de historias emocionantes. Su último viaje la había dejado con el corazón roto, pero estaba decidida a encontrar el amor en su propia ciudad.

Esa noche, Sarah llegó al café nerviosa pero emocionada. Se encontró con un misterioso caballero, cuyo nombre era Alex, y ambos se sentaron en una mesa junto a un rincón acogedor. Alex era un aventurero amante de los viajes locos, siempre en busca de emociones nuevas.

Mientras charlaban, se dieron cuenta de que compartían una pasión por la vida y la diversión. Hablaron de sus viajes más locos, de saltar en paracaídas en Nueva Zelanda, explorar templos en Tailandia y bucear en el Gran Arrecife de Coral. A medida que compartían sus historias, la sonrisa de Sarah se volvía cada vez más amplia.

Pero lo que más sorprendió a Sarah fue el sabor de las trufas de chocolate picante. Cada bocado era una explosión de sabores en su boca, un equilibrio perfecto entre lo dulce y lo picante. La combinación de chocolate y picante era como la combinación de sus personalidades, diferentes pero complementarias.

Con el tiempo, las citas en el café se convirtieron en una tradición para Sarah y Alex. Juntos exploraron las calles de la ciudad, compartieron risas y emociones, y descubrieron que la verdad que buscaban no solo estaba en sus historias de viajes, sino también en el amor que habían encontrado el uno en el otro.

El futuro se extendía ante ellos, lleno de aventuras por vivir y misterios por descubrir. En cada viaje, en cada risa y en cada trufa de chocolate picante, encontraron la chispa del amor que tanto anhelaban. Y aunque el mundo estaba lleno de corazones rotos, ellos habían encontrado la fórmula perfecta para mantener sus sonrisas puestas y sus corazones unidos, unidos por el sabor a misterio y amor que compartían.



Por todos es conocida la mona de Pascua de chocolate, muchos pasteleros se afanan en tenerlas listas para la fecha señalada, como Escribà que presenta cada año unas monas monumentales, creo que es todo un acontecimiento para los ciudadanos y la verdad es que son impresionantes. Mi idea no es hacer una mona, para nada, ni tan siquiera hacer los perfectos huevos de chocolate que tanto nos gustan y que cada vez más tenemos a nuestro alcance. No, yo quería hacer trufas, de chocolate, eso sí, pero trufas al fin y al cabo. Pero para rizar el rizo, las trufas debían tener un "algo" diferente, porque si no aunque la mona se viste de seda, mona se queda, ¿verdad?

Los chicos de Anar de tapes, me preguntaron si estaba interesada en participar en un concurso de cocina que hacen mensualmente con temática diferente, y este mes el tema es el chocolate. Así que inspirada en un libro de Maxine Clark, me puse a ello, sólo que esta vez es una receta para apasionados del chocolate y del picante, que con un divertido packaging se ha convertido en otra receta Circus, ¿el grado del picante? lo eliges tú.

· TRUFAS DE CHOCOLATE Y CHILE ·

Ingredientes para la trufa
  • 170 gr. de chocolate negro troceado
  • 25 gr. de mantequilla
  • 200 ml. nata para montar
  • 1 cdta. de chile en polvo (cayena, jalapeño, pasilla, etc.)
  • 1 cucharada de whisky (o ron, o coñac, o vodka, etc.)
Ingrediente para rebozar la trufa
  • Cacao en polvo sin azúcar
Ingredientes para el chile caramelizado
  • 200 gr. de azúcar
  • 250 ml. agua
  • 2 chiles rojos, sin semillas
Elaboración
Con una cucharilla o con las manos formamos las trufas, en este caso en forma de huevos del tamaño de los huevos de codorniz, para colocarlos dentro de la huevera. Las rebozamos con el cacao, y las ponemos sobre una bandeja, las volvemos a dejar en el frigorífico hasta que endurezcan. Después las guardamos en un recipiente o cómo yo en una huevera. Añadimos unas tiras de chile caramelizado, y ya tenemos nuestras "monas" preparadas y listas para regalo. 
Primero prepararemos los chiles caramelizados. Para ello, cortamos los chiles en tiras finas. Ponemos a hervir el azúcar y el agua en un cazo. Cuando hayan hervido durante 1 minuto le añadimos las tiras de chile, bajamos la temperatura y dejamos cocinar durante 25 minutos. Si lo hacemos por la noche, dejaremos los chiles dentro del cazo con el almíbar durante toda la noche. A la mañana siguiente, calentamos un poco el preparado y sacaremos las tiras de chile, las ponemos una a una sobre un papel para horno, y dejamos secar.

Para las trufas, también necesitamos prepararlas con bastante tiempo, por lo que mi consejo es preparar los chiles caramelizados la noche anterior, y las trufas también, pues así ambos preparados estarán toda la noche reposando.

Para las trufas, fundimos el chocolate, la mantequilla, la nata y el chile en polvo en una olla, con cuidado a no quemarlo. Cuando se haya fundido el chocolate añadimos el whisky, removemos bien y sacamos del fuego. Dejamos enfriar y lo ponemos un rato en el frigorífico hasta que enfríe. Cuando esté frío, lo sacamos del frigorífico y lo batimos con una batidora eléctrica, no subirá cómo cuando subimos la nata para montarla, pero un poco si lo hará. Lo pasamos a un recipiente con tapa o lo tapamos con film pero que toque la superficie del chocolate, que no quede aire dentro. Y lo dejamos toda la noche en el frigorífico.



No sé si están para ir al cielo, o endiabladamente buenas, o son Monas, no sé si sirven de regalo, o para un homenaje propio, sean para compartir o para uno mismo, disfruta.

Fotografías @catypol - Circus day. 

¿Estás buscando algo en especial?

Contacta conmigo