En un pequeño pueblo situado en el bajo de las montaña donde casi nunca nevaba. Este pintoresco pueblo era famoso por sus inviernos mágicos y sus dulces caseros. Jugar a tirarnos bolas de nieve era el divertimento actual ya que rara vez nevaba y cuando lo hacía copiosamente les encantaba. Siempre había alguien que decidía que las chicas éramos el blanco perfecto y terminábamos todos mojados y rojos de la risa, eran buenos días.
La historia de las bolas de nieve comenzó hace generaciones, cuando los antepasados del pueblo solían competir en la creación de las bolas de nieve más perfectas, cuando nevaba, y como no lo hacía nunca, cuando pasaba era una ocasión festiva. Los niños recogían nieve fresca y húmeda, la compactaban en sus manos y la hacían rodar cuesta abajo para que la nieve se adhiriera y se convirtiera en una esfera perfecta. Luego, decoraban sus bolas de nieve con pequeñas ramitas y piedras para darles personalidad.
Después corrían a casa a tomar un chocolate bien caliente, agarrando la taza para calentar las frías manos. Ver nevar es la sensación más bonita, quedarse detrás del cristal de la ventana viendo los copos acumulándose en el suelo, en las ventanas, sobre los coches, y en todo lugar que alcanzaba.
Pero lo que realmente hacía que ese pueblo fuera especial eran las bolas de chocolate. En una pequeña y acogedora cocina en el centro del pueblo, vivía una anciana llamada Abuela Agnes, la maestra chocolatera del pueblo. Todos los niños la adoraban y esperaban ansiosos su visita. Abuela Agnes era una experta en hacer bolas de chocolate, y su receta secreta era legendaria.
Cada invierno, Abuela Agnes les enseñaba a los niños su receta secreta de bolas de chocolate, asegurándose de que la tradición perdurara. Los niños, con sus delantales y gorros de chef, seguían sus pasos y se convertían en pequeños chocolateros expertos. La tradición de hacer bolas de chocolate se convirtió en una costumbre anual, esas sí llegaban cada año al pueblo.
Para hacer el bizcocho usé un molde de semiesferas de 6 cm. de diámetro cada una, tuve que hacer varias tandas pues sólo tengo uno, pero el preparado no puso objeción así que con paciencia cocinera el resultado fue el que yo quería.
· CHOCOLATE CAKES ·
· Sin gluten ·
Ingredientes
- 30 gr. de cacao en polvo puro
- 35 gr. de harina de arroz
- 5 gr. de levadura en polvo
- Una pizca de canela
- Una pizca de sal
- 4 huevos tamaño grande
- 2 cucharadas de miel o azúcar
- 1 cucharadita de vainilla
- 60 ml. de aceite de oliva suave
Elaboración
Precalentar el horno a 180º C.
Mezclar el cacao, la harina, la levadura, la canela y la sal. Añadir los huevos, la miel, la vainilla y el aceite. Batir todo con la batidora de mano. Y verter en las cavidades semicirculares del molde. Hornear unos 20 minutos o hasta que la prueba del tester salga limpia. Sacar del horno, sacar los semicírculos del molde dejándolos enfriar sobre una rejilla y repetir la operación hasta que el preparado se haya acabado. Cuando estén fríos, poner dentro de un recipiente de cristal con tapa y dejar toda la noche en el frigorífico.
Ingredientes para el relleno
- Mascarpone
- Mermelada de fresa
Elaboración
Cortar la superficie más plana de las semiesferas, dejándolas así totalmente planas para su posterior relleno. Le ponemos un poco de mermelada y sobre ella el mascarpone.
Ingredientes para el chocolate para cubrir los pasteles
- 150 gr. de chocolate para fundir, a trocitos
- 50 gr. de mantequilla
- 3 cdas. de leche
Elaboración
Poner los ingredientes en un cazo, a fuego suave para que no se quemen, y remover hasta su total disolución. Dejar reposar para que enfríe un poquito, cuando esté caliente/tibio, verter sobre las tartas cubriéndolas totalmente. Dejar enfriar totalmente dentro del frigorífico para que el chocolate endurezca.
Al final yo le puse un trocito de chocolate de fresa para coronarlas.
Con esta receta participo en el concurso Pasteles, pastas, galletas, merengues, tartas, panes dulces y salados, promovido por el blog cocido de sopa.