En todos los pueblos existe una casa grande, señorial, con una familia poderosa y miembros, a veces inhumanos, bellos y ricos. Donde yo vivía también. La familia Acosta tenía un viñedo, contrataba a los pueblerinos para encargarse de él y lo vendía a un alto precio en la ciudad. La señora Acosta manejaba con mano férrea toda la empresa y también a la familia. Dicen que su marido murió en extrañas circunstancia una madrugada que salió a cazar, iba solo con sus perros y a caballo, y nunca se supo que pasó, ni quién fue. Desde entonces una nube negra vive sobre el casoplón de los Acosta.
Y allí vive Sara, es la hija pequeña de la familia, algo cursi, totalmente enamorada de Keanu Reeves desde que lo vio en Matrix y es, además, malhablada, ingeniosa y sincera, cosa que a su madre no le gusta para nada y está segurísima que no conseguirá casarla con ningún terrateniente del lugar, así que la tiene trabajando en la cocina para que aprenda el oficio o a controlar su mala lengua.
La cocina la dirige Martina, señora de poco hablar y mandar mucho, pero a Sara le cae bien. Señora Martina, ¿le parece que hagamos empanadas estas fiestas?__le pregunta Sara. Hmmm! no sé Sara, ya sabes que a tu madre no le gustan__dijo la cocinera. A mi madre no le gustan, a mi madre no le gustan__se burló Sara__pero si se las come de dos en dos__dijo Sara sarcástica, y todos en la cocina se reían excepto Martina. Ssshit! que no te oiga tu madre o se va a liar, niña!__decía Martina callando a todos de golpe mientras Sara sonreía de oreja a oreja.
De pequeña nuestra Pascua familiar significaba hacer empanadas (panades), de carne y pescado, robiols y crespellines. Las mujeres de la familia nos reunimos para elaborarlas y llevamos a cocer a uno de los hornos del pueblo. Ponemos las empanadas encima de estos moldes antiguos, con un cartoncito con el nombre familiar y allá que se van. Es un ritual que seguro un día echaré de menos, mi abuela, mi madre, mis hermanas, ese día era el día de las mujeres de la familia y guardó el recuerdo como un tesoro.
Mi hijo disfrutando de las vacaciones de Pascua decidió que también quería hacer empanadas. Hace unos años hizo un taller y se lo pasó tan bien que ahora él quiere experimentar, pero con un relleno totalmente diferente al clásico, así que yo hice las clásicas de pescado y él las hizo de lo que más le gusta ¿imaginas de qué?.
· PANADES ·
Ingredientes Masa
- 125 ml. manteca {fundida}
- 250 ml. aceite de oliva
- 250 ml. agua
- Harina {la que admita}
Elaboración
- En un cuenco grande vierte la manteca, el aceite y el agua.
- Echa la harina poco a poco y amasa al mismo tiempo hasta que la masa no se pegue a las manos.
· RELLENOS ·
1.- Salchichas con patatas (este relleno lo eligió mi hijo, no es tradicional)
- 6 salchichas de pollo cortadas a trocitos de unos 4 cm.
- 2 patatas medianas cortadas a cubos pequeños
- 100 gramos de guisantes
- Sal y pimienta
- Aceite de oliva virgen extra
Mezcla todos los ingredientes, salpimienta y aliña con un poco de aceite.
2.- Mussola(Éste sí es un relleno tradicional)
- 500 gramos de mussola (cazón), limpia sin piel ni espina, cortada a trozos pequeños
- 150 gramos de acelgas sin tronco, cortada a trozos pequeños
- 150 gramos de cebolla tierna, cortada a trozos pequeños
- 100 gramos guisantes
- Sal y pimienta
- Pimentón
- Aceite de oliva virgen extra
Mezcla todos los ingredientes, salpimienta, sazona con pimentón y aliña con un poco de aceite.
Elaboración
- Precalienta el horno a 200 º C
- Haz bolas con la masa y dale forma a la base (como si fuera el culo de un vaso).
- No hagas la base ni muy fina, se rompería fácil, ni muy gruesa, sería muy pastosa después de cocida.
- Una vez que tienes la base pon el relleno que has preparado con anterioridad.
- Con un poco más de masa en forma de tapa cierra las bases rellenas y haz el repulgue.
- Hornea durante 45 minutos o hasta que la masa esté dorada.