Señoras y Señores,

Bienvenidos a Circus Day

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Hola,

Soy Caty y dirijo este circo

Foodie, diseñadora gráfica, cuentacuentos y aficionada a la fotografía es un resumen de lo que encontrarás aquí, un circo lleno de recetas, historias y espectáculo. Señoras y señores, mesdames et messieurs, ladies and gentlemen, bienvenidos a Circus day, espero que te guste el show.

Hi, I'm Caty and I lead this circus.

Foodie, graphic designer, storyteller and photography amateur is a summary of what you will find here, a circus full of recipes, stories and spectacle. Señoras y señores, mesdames et messieurs, ladies and gentlemen, welcome to Circus day, I hope you like the show.

The Show

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Mallorca
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En el blog

Cupcakes de fresas

Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo. El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino. Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa. La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble. Entonces encontró una planta, una Fresa, floreciendo y más fresca que nunca. El rey preguntó: -¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío? -No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresas. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En aquel momento me dije: "Intentaré ser Fresa de la mejor manera que pueda."
Jorge Bucay.


· CUPCAKES DE FRESAS Y CHOCOLATE ·

Ingredientes para la masa
  • 3 huevos M
  • 175 gr. de azúcar
  • 60 ml. leche 
  • 190 ml. aceite de girasol
  • 160 gr. harina de espelta
  • 50 gr. de cacao puro
  • 1 sobre de levadura en polvo
  • Una pizca de sal

Relleno
  • Fresas enteras, limpias y sin el tallo

Frosting
  • 3 claras de huevo
  • 2 cdas. de azúcar glasé
  • Gel colorante rojo

Elaboración
Para la masa, batimos con la batidora los huevos y el azúcar, hasta doblar el volumen. Mezclamos la leche con el aceite y lo añadimos a la mezcla anterior con cuidado y a velocidad lenta. Aparte añadimos la levadura en polvo, el cacao y la sal a la harina. Añadimos la mezcla seca a los ingredientes húmedos de la batidora. Batimos a velocidad alta durante unos minutos. Dejamos reposar la mezcla en el frigorífico durante una hora o más, tapada. 
Precalentamos el horno a 250º C. Distribuimos la mezcla en cápsulas para magdalenas. Llenamos 3/4 partes de las cápsulas y horneamos a 210º C durante 15 minutos o hasta que la prueba del tester salga limpia.

Dejamos enfriar las magdalenas. Una vez frías, les practicamos un orificio en el centro lo suficientemente grande para colocar una fresa, entera, limpia y sin el tallo verde. 

Mientras precalentamos el horno a 160º C. En la batidora subimos las claras a punto de nieve, les agregamos el azúcar glasé y reservamos. En una manga pastelera, le colocamos la boquilla que más nos guste, o sin boquilla, y le pincelamos con un poco de colorante rojo en el interior, unas líneas son suficientes. Introducimos el merengue dentro y decoramos las cupcakes, el colorante saldrá en forma de línea con el merengue y dejará una bonita línea en el decorado. Ponemos las cupcakes en el horno, durante 7 minutos, hasta que el merengue se tueste un poco, o también se puede hacer con un soplete.



Con esta receta participo en el reto del mes de marzo de cocineros de mundo en Google+ en el apartado dulce.

Receta y fotografías @catypol - Circus day.

Crema de zanahoria morada

Cuando la vi me pareció perfecta, preciosa, me enamoré, sí, estoy hablando de una receta, aunque podría hablar de una criatura, también, o de varias pues hoy es el día propicio para ello. Hoy es un día especial para los papis, recordemos aquellos maravillosos tiempos en los que nos armábamos de paciencia y le dábamos a nuestros bebes las primeras cremas, papillas, purés, y nos soplaban con la boca llena y terminábamos del color de la verdura de turno.

O cuando íbamos a alguna reunión y nos damos cuenta que teníamos una mancha, intentábamos camuflarla si podíamos con la chaqueta, para terminar sacando una foto de la cartera, ahora del móvil, y enseñar la foto, mi bebé__ nos justificamos. O cuando vamos a la compra, la criaturita en el carro y le da por llorar a viva voz, mocos, llanto, ruido, la gente te mira como si hubieras apaleado a la criatura, y tú sonríes, jeje tiene sueño__ replicas.

Nuestras pupilas destilan amor, puro, incomprensible, insomne amor. Nuestro vocabulario parece haber vuelto al paleolítico, es más gutural, y la ridiculez la dejamos plantada en la puerta de casa, pues cuando cruzamos el umbral nos convertimos en monos, cantantes, aviadores, princesas, modelos...y seguimos radiando amor, por que a pesar de todo nuestro cari, peque, rey, cuqui, moni...sabe perfectamente que a quién le cae la baba no es a él, sino a los papis, verdad?

Esta por papá...


· CREMA DE ZANAHORIA MORADA ·

Ingredientes
  • 500 gr. zanahoria morada
  • 1 cebolla grande
  • 2 patatas medianas
  • 1/2 litro de caldo de pollo o verduras (un poco más por si tuvieramos que añadir)
  • Aceite de oliva
  • Sal
  • 1 pizca de chile en polvo
  • 1 cdta. de curry en polvo
  • Queso de cabra
  • Pipas de girasol
  • Pipas de calabaza

Elaboración
Picamos la cebolla y la rehogamos con un poco de aceite en una olla. Añadimos las zanahorias moradas, limpias, peladas y cortadas en trozos pequeños. Añadimos también las patatas, peladas y cortadas a trozos del mismo tamaño que las zanahorias. Salamos, añadimos el chile y el curry, probamos y corregimos si fuera necesario, mezclamos bien. Rehogamos unos cinco minutos y le añadimos el caldo. 

Dejamos cocer a fuego lento durante 30 minutos, o hasta que al pinchar la verdura esté cocida. Retiramos del fuego y trituramos. Si el puré es muy espeso le añadimos un poco más de caldo y mezclamos o trituramos.

Servimos en cuencos o platos con un poco de queso de cabra y una cucharada de pipas.




Con zanahoria morada también tenemos un bizcocho en este enlace.



· Feliz día del padre ·




Relato y fotografías @catypol - Circus day

Panna cotta de lima

Íbamos corriendo por el jardín como conejos buscando comida, casi saltando entre la maleza, para encontrar los huevos que, hábilmente, habían escondido los mayores, a veces en desesperación nuestra. Pero poco a poco los encontrábamos entre piedras o incluso entre las ramas más bajas de los árboles, ¡qué alegría! ¡qué buen tiempo aquel!.

Ahora, de mayor, lo recuerdo con cariño, toda la familia festejaba la Pascua entre huevos de chocolate y buen tiempo, risas y bromas, cestas y conejitos de golosinas. Ahora, de mayor, ya no es lo mismo, no, no es igual, pero mi corazón se salta un latido cuando recuerda los buenos momentos de familia, incluso con amigos, eran buenos tiempos, eran tiempos de bonanza, la magia desaparece cuando nos hacemos mayores.



Tengo que explicar que el relato es solo eso, un relato, en mi niñez y en Pascua no había huevos para nosotros, nosotros somos de empanadas, cocarrois, robiols, crespells, pero huevos no, no buscábamos nada en el jardín y aunque si, son buenos recuerdos para mi, igual me hubiera gustado comerme un huevo de chocolate, jeje.

Estos huevos de panna cotta de lima parecen una complicación, pero no, lo único es paciencia por el enfriado por lo que si los haces de un día para otro no te dará la sensación que esperas. Y también tienes que tener un molde en forma de huevo, si no, no pasa nada, puedes hacerlos en vasito y agujereas igual para ponerle el círculo de mango, serán huevos al vaso, jajaja, quedarán bonitos igual, creo yo. Como me gusta la fruta ácida y el mango con la lima lo es, me ha encantado el contraste dulce/ácido, y son tan buenos de comer como los de chocolate ;)

· PANNA COTTA DE LIMA Y MANGO ·

Ingredientes
  • 200 ml de nata 35%
  • 200 ml de leche
  • 4 hojas de gelatina
  • 1 lima (zumo)
  • 60 gramos de eritritol o 100 gramos de azúcar
  • 1 mango
  • 1 lima (zumo)

Elaboración
Remojar la gelatina en la leche. Llevar a ebullición la nata, bajar el fuego. Cuando hierva añadir el zumo de lima, el eritritol o el azúcar y la leche con la gelatina. Remover bien, hasta que se disuelva bien la gelatina. Colar ante de poner en el molde por si quedara algún grumo. Dejar enfriar a temperatura ambiente y después llevar al frigorífico toda la noche o hasta que se solidifique la panna cotta.

Con un sacabocados, sacar el círculo de la panna cotta. Reservar.

Pelar y cortar el mango en trocitos, batir junto con el zumo de lima hasta quedar un puré. Verter el puré de mango en los círculos de los huevos y llevar al frigorífico hasta la hora de servir.

Nota: si quieres puedes usar mermelada de mango en vez de hacer puré, pero pensé que sería todo demasiado dulce.



Relato, vídeo y fotos @catypol - Circus day.

Trufas de chocolate

Todo empezó una tarde soleada en la esquina más animada del barrio: entre la tienda llena de cómics y el café “Trufa Total”, famoso por sus bombas calóricas con forma de trufas de chocolate y nombres como “Choco-Apocalipsis” o “Muerte Súbita en Almendra”.

Allí estaban ellas: cuatro chicas locas por el funk, con pantalones acampanados, gafas de sol más grandes que sus caras y una playlist imparable de James Brown, Bootsy Collins y algún remix turco que solo ellas entendían.

—¡Hoy es el gran día! —gritó Luna, la líder del grupo, mientras practicaba su “paso explosivo de cadera con giro de codo”.

—¿Qué día? —preguntó Violeta, que siempre se unía a todo, pero no se enteraba de nada.

—¡El día de la “Funky Invasión”! Vamos a tomarnos una trufa cada una, hacer un flashmob en la tienda de cómics y conquistar corazones con ritmo y cacao —explicó Carla, mientras se ajustaba el pañuelo psicodélico.

Mientras tramaban su entrada triunfal, alguien observaba con una mirada indiscreta desde detrás de una pila de cómics de Batman: era Hugo, el encargado tímido de la tienda, un experto en multiversos y tartamudeos súbitos ante mujeres bailando.

—¡Que vienen! —gritó al verlas entrar con una coreografía que mezclaba funk, aeróbic y algo que parecía defensa personal contra avispas.

Justo en ese momento, una profesora en bicicleta entró como una flecha, derrapando junto a la estantería de cómics manga.

—¡He oído música funky y he venido volando! —exclamó—. ¡Soy profe de Historia pero los viernes enseño bailes de los setenta en mi azotea!

Se unió al baile sin bajarse de la bici. Fue glorioso. E improbable. Giraba, hacía caballitos, lanzaba folletos de su clase como confeti. Un Spiderman tamaño póster salió volando por la ventana.

El pobre Hugo, entre funk, trufas y pedales, no sabía si declararse fan o pedir un tranquilizante.

Entonces, Violeta, en pleno breakdance improvisado, chocó con la vitrina de las trufas, provocando una explosión de chocolate que alcanzó al Hombre Araña, al profesor Xavier y a tres Pokémons.

—¡Esto es arte! —gritó Luna—. ¡Chocolate + funk = vida!

El dueño del local salió, contempló el caos y dijo:

—Solo tengo una pregunta: ¿pueden venir todos los sábados?

Y así, desde entonces, cada fin de semana en la tienda se celebró el “Funky Trufa Day”. Se vendían cómics, se bailaba sin vergüenza, y se regalaban trufas al ritmo de “Get Up (I Feel Like Being a) Chocolate Machine”.

Y Hugo… bueno, Hugo acabó bailando. Mal. Pero con mucho corazón. Y con una trufa en cada mano.



Por todos es conocida la mona de Pascua de chocolate, muchos pasteleros se afanan en tenerlas listas para la fecha señalada, como Escribà que presenta cada año unas monas monumentales, creo que es todo un acontecimiento para los ciudadanos y la verdad es que son impresionantes. Mi idea no es hacer una mona, para nada, ni tan siquiera hacer los perfectos huevos de chocolate que tanto nos gustan y que cada vez más tenemos a nuestro alcance. No, yo quería hacer trufas, de chocolate, eso sí, pero trufas al fin y al cabo. Pero para rizar el rizo, las trufas debían tener un "algo" diferente, porque si no aunque la mona se viste de seda, mona se queda, ¿verdad?

Los chicos de Anar de tapes, me preguntaron si estaba interesada en participar en un concurso de cocina que hacen mensualmente con temática diferente, y este mes el tema es el chocolate. Así que inspirada en un libro de Maxine Clark, me puse a ello, sólo que esta vez es una receta para apasionados del chocolate y del picante, que con un divertido packaging se ha convertido en otra receta Circus, ¿el grado del picante? lo eliges tú.

· TRUFAS DE CHOCOLATE Y CHILE ·

Ingredientes para la trufa
  • 170 gr. de chocolate negro troceado
  • 25 gr. de mantequilla
  • 200 ml. nata para montar
  • 1 cdta. de chile en polvo (cayena, jalapeño, pasilla, etc.)
  • 1 cucharada de whisky (o ron, o coñac, o vodka, etc.)
Ingrediente para rebozar la trufa
  • Cacao en polvo sin azúcar
Ingredientes para el chile caramelizado
  • 200 gr. de azúcar
  • 250 ml. agua
  • 2 chiles rojos, sin semillas
Elaboración
Con una cucharilla o con las manos formamos las trufas, en este caso en forma de huevos del tamaño de los huevos de codorniz, para colocarlos dentro de la huevera. Las rebozamos con el cacao, y las ponemos sobre una bandeja, las volvemos a dejar en el frigorífico hasta que endurezcan. Después las guardamos en un recipiente o cómo yo en una huevera. Añadimos unas tiras de chile caramelizado, y ya tenemos nuestras "monas" preparadas y listas para regalo. 
Primero prepararemos los chiles caramelizados. Para ello, cortamos los chiles en tiras finas. Ponemos a hervir el azúcar y el agua en un cazo. Cuando hayan hervido durante 1 minuto le añadimos las tiras de chile, bajamos la temperatura y dejamos cocinar durante 25 minutos. Si lo hacemos por la noche, dejaremos los chiles dentro del cazo con el almíbar durante toda la noche. A la mañana siguiente, calentamos un poco el preparado y sacaremos las tiras de chile, las ponemos una a una sobre un papel para horno, y dejamos secar.

Para las trufas, también necesitamos prepararlas con bastante tiempo, por lo que mi consejo es preparar los chiles caramelizados la noche anterior, y las trufas también, pues así ambos preparados estarán toda la noche reposando.

Para las trufas, fundimos el chocolate, la mantequilla, la nata y el chile en polvo en una olla, con cuidado a no quemarlo. Cuando se haya fundido el chocolate añadimos el whisky, removemos bien y sacamos del fuego. Dejamos enfriar y lo ponemos un rato en el frigorífico hasta que enfríe. Cuando esté frío, lo sacamos del frigorífico y lo batimos con una batidora eléctrica, no subirá cómo cuando subimos la nata para montarla, pero un poco si lo hará. Lo pasamos a un recipiente con tapa o lo tapamos con film pero que toque la superficie del chocolate, que no quede aire dentro. Y lo dejamos toda la noche en el frigorífico.



No sé si están para ir al cielo, o endiabladamente buenas, o son Monas, no sé si sirven de regalo, o para un homenaje propio, sean para compartir o para uno mismo, disfruta.

Fotografías @catypol - Circus day. 

Chocolate cakes

En el remoto y completamente ficticio valle de Chocorría, donde los árboles dan sombra solo si les apetece y los semáforos están de adorno, ocurrió un fenómeno digno de portada en la revista “Cosas Raras que Nadie Va a Creer”.

Una mañana de otoño, mientras los lugareños buscaban setas peligrosas con la alegría temeraria de quien nunca ha leído una guía micológica, algo insólito pasó: el río central del valle amaneció lleno de Coca-Cola.

Sí, Coca-Cola. Burbujeante, marrón, con espuma como si hubiera ganado la Champions. Nadie sabía por qué. Alguien murmuró que fue una apuesta entre dos duendes. Otro aseguró que una fábrica de refrescos y una tormenta eléctrica se enamoraron. La ciencia no se pronunció.

Los más valientes se acercaron a investigar, entre ellos Don Casimiro, un señor que no podía parar de reír desde 1994, cuando una cabra le cayó encima durante una partida de mus y le activó un punto nervioso.

—¡JAJAJA! ¡Esto es una fuente de felicidad literal! —gritaba mientras se servía una copa del río con una pajita que sacó de su sombrero.

Junto a él, caminaba Tizón, un enorme mastín pirenaico con timidez crónica, que se escondía detrás de arbustos cada vez que alguien le decía “¡qué perro más bonito!”. Lamentablemente, con su tamaño, sólo conseguía esconder la cabeza. El resto quedaba a la vista. Como un sofá con orejas.

La cosa se complicó cuando los buscadores de setas peligrosos (así se autodenominaban, con mucho orgullo y cero sentido común), confundieron unas trufas raras con botones de detonador de una civilización perdida.

—¡Creo que esta explota! —dijo uno.

—¡Creo que esto es un champiñón con WiFi! —dijo otro.

—¡Yo creo que ya estoy viendo el futuro! —dijo el tercero, que accidentalmente se había comido una de las setas malas con una infusión de Coca-Cola.

De pronto, como si el caos necesitara topping, llegó la abuela Eufrasia con una bandeja de bolas de nieve de chocolate, que repartió a todo el mundo diciendo:

—Por si esto acaba mal, al menos que acabe dulce.

Y ahí estaban: un río de Coca-Cola, buscadores enloquecidos, un perro gigante avergonzado detrás de un arbusto, un hombre riendo sin control y una abuela repartiendo azúcar con amor y despreocupación.

Al final, nadie explotó, el río volvió misteriosamente a la normalidad al día siguiente, las setas resultaron ser muy malas para las digestiones pero excelentes para barnizar muebles, y Don Casimiro... bueno, él sigue riéndose. Ahora con eco, porque alguien le regaló un megáfono.

Y así terminó otro día normal —es decir, completamente ridículo— en el valle de Chocorría. Donde la lógica no entra, pero las bolas de nieve de chocolate sí.



Para hacer el bizcocho usé un molde de semiesferas de 6 cm. de diámetro cada una, tuve que hacer varias tandas pues sólo tengo uno, pero el preparado no puso objeción así que con paciencia cocinera el resultado fue el que yo quería.

· CHOCOLATE CAKES ·

Ingredientes 
  • 30 gr. de cacao en polvo puro
  • 35 gr. de harina de arroz
  • 5 gr. de levadura en polvo
  • Una pizca de canela
  • Una pizca de sal
  • 4 huevos tamaño grande
  • 2 cucharadas de miel o azúcar
  • 1 cucharadita de vainilla 
  • 60 ml. de aceite de oliva suave

Elaboración
Precalentar el horno a 180º C. 
Mezclar el cacao, la harina, la levadura, la canela y la sal. Añadir los huevos, la miel, la vainilla y el aceite. Batir todo con la batidora de mano. Y verter en las cavidades semicirculares del molde. Hornear unos 20 minutos o hasta que la prueba del tester salga limpia. Sacar del horno, sacar los semicírculos del molde dejándolos enfriar sobre una rejilla y repetir la operación hasta que el preparado se haya acabado. Cuando estén fríos, poner dentro de un recipiente de cristal con tapa y dejar toda la noche en el frigorífico. 

Ingredientes para el relleno
  • Mascarpone
  • Mermelada de fresa
Elaboración
Cortar la superficie más plana de las semiesferas, dejándolas así totalmente planas para su posterior relleno. Le ponemos un poco de mermelada y sobre ella el mascarpone.

Ingredientes para el chocolate para cubrir los pasteles
  • 150 gr. de chocolate para fundir, a trocitos
  • 50 gr. de mantequilla
  • 3 cdas. de leche
Elaboración
Poner los ingredientes en un cazo, a fuego suave para que no se quemen, y remover hasta su total disolución. Dejar reposar para que enfríe un poquito, cuando esté caliente/tibio, verter sobre las tartas cubriéndolas totalmente. Dejar enfriar totalmente dentro del frigorífico para que el chocolate endurezca.

Al final yo le puse un trocito de chocolate de fresa para coronarlas.




Con esta receta participo en el concurso Pasteles, pastas, galletas, merengues, tartas, panes dulces y salados, promovido por el blog cocido de sopa. 


Relato, receta y fotografías @catypol - Circus day.

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