No conducía, ella no fue una privilegiada de su tiempo, iba a pie, en bicicleta o en tren, que en aquel entonces, decía ella, llegaba a casi todos los pueblos que ella necesitaba ir, y le bastaba. Compraba en el mercado del pueblo vecino ya que en el nuestro no había, si necesitaba de médico, cosa rara en ella, iba al que conocía, al de toda la vida y aunque nunca la vi enferma, por lo visto se conocían bien.
Sentada en su silla de trabajo para coser alpargatas, bien amanecía y hasta que casi no había luz, sabía coser casi con los ojos cerrados, y sus puños, aunque parecía un frágil mujer no tenían nada de blandos, eran duros, como su rostro cuando se enfadaba. Reía poco, hablaba menos, escuchaba con desconfianza a aquellos que no entendía, vivía sin miedo y siempre con el ceño fruncido, era toda una institución entre los vecinos, no tan mayores como ella pero sabiondos de su vida, el respeto se gana, decía, igual que el jornal, igual que el cariño, y ella tenía mucho por nuestra parte.
Le gustaba comer, un plato de cuchara como un estofado, tomar una copa de vino, si había postre bien, pero que no fuera fruta, eso no era postre, era necesidad y ella no quería saber de eso en la mesa. Era generosa a su manera y luchadora si era necesario, ¡ah, María! tanto vivido es difícil resumirlo en pocas palabras, tanto sentido, tanto dolido, tanto olvidado.
SUPONGAMOS QUE HABLO DE MI.
En mi adolescencia empezó mi "andadura" en la cocina, mi madre trabajaba y me dejaba a cargo de la comida que ella previamente me dictaba, y este fue mi primer plato pero en vez de pavo era con pollo. Yo tenía 16 años, no iba para chef pero a mi misma me asombraba el resultado de mi poca maña cocinera. Escogía las hierbas aromáticas como si fueran mágicas y pelaba las patatas intentando que la peladura fuera lo más fina posible para no malgastar, y remover la olla como una pócima aunque fuera o no Navidad, tiempo después llegaron otros platos pero no me hicieron sentir la misma magia.
En Mallorca es típico preparar este plato para las fiestas navideñas, es uno de los clásicos, y me gusta recordarlo y comerlo aunque no sean fiestas, vuelvo a ser una niña, por que el pasado no volverá pero sigue en mi camino.
· ESCALDUMS D'ENDIOT ·
Ingredientes
- 500 gramos de pavo (o pollo), cortado a trozos
- Fécula de patata
- 1 litro de caldo de verduras o pollo o agua
- 1 cebolla grande
- 1 cabeza de ajos
- 1 tomate de ramallet
- 2 zanahorias
- 50 gramos judía verde (o guisantes)
- 1 hoja de laurel
- 100 ml. brandi
- 40 gramos almendras tostadas
- 12 pasas (pueden ser orejones)
- 1 puñado de piñones
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Pimienta negra
- Mejorana fresca o orégano fresco
- 1/2 kilo patatas
- 16 albóndigas
Elaboración
- Salpimienta los trozos de pavo (o pollo).
- Enharina con la fécula y fríe con poco aceite de oliva en una sartén para dorar un poco.
- Saca y ponlos sobre un papel absorbente.
- Reserva.
- Corta la cebolla en brunoise.
- Ralla el tomate.
- Pela un poco la cabeza de ajos.
- Pela y corta a rodajas las zanahorias.
- Corta y deshecha las puntas a las judías.
- El resto córtalas por la mitad.
- Pon el caldo a hervir.
- En una cacerola con aceite de oliva virgen extra caliente, sofríe la cebolla y la cabeza de ajos, hasta que la cebolla transparente.
- Añade el tomate, remueve y deja pochar unos minutos.
- Vierte el caldo hirviendo, el pavo, el laurel, el brandy, la zanahoria y las judías verdes.
- Añade sal al gusto y deja hervir unos 30 minutos.
- Mientras, pica la mejorana con las almendras en un mortero hasta conseguir una pasta fina.
- Añade una cucharada de caldo.
- Pela y cota las patatas a "tacos", fríelas y ponlas sobre papel absorbente.
- Fríe las albóndigas y ponlas sobre papel absorbente.
- Pasado el tiempo de cocción añade la patata, las albóndigas, las pasas, piñones y el contenido del mortero. Remueve y deja hervir 10 minutos más.
Nota: Como todos los guisos, sabe mejor si se come al día siguiente.
Relato y fotografías @catypol - Circus day.