
- 1 paquete de pasta fillo
- 750 gr calabacines
- 3 patatas
- 2 cebollas
- sal
- 1 cda. pan rallado
- 400 gr queso feta
- nuez moscada
- Pimienta
- Aceite de oliva
- 1 huevo (para pintar)


Foodie, diseñadora gráfica, cuentacuentos y aficionada a la fotografía es un resumen de lo que encontrarás aquí, un circo lleno de recetas, historias y espectáculo. Señoras y señores, mesdames et messieurs, ladies and gentlemen, bienvenidos a Circus day, espero que te guste el show.
Hi, I'm Caty and I lead this circus.
Foodie, graphic designer, storyteller and photography amateur is a summary of what you will find here, a circus full of recipes, stories and spectacle. Señoras y señores, mesdames et messieurs, ladies and gentlemen, welcome to Circus day, I hope you like the show.
Una noche cualquiera, las chicas decidieron organizar una pijamada en el piso de Bella, que vivía encima de una librería-cafetería con wifi rápido y sofá cómodo. "¿Quién trae las palomitas?", gritó Bella desde la cocina, con un libro bajo el brazo y las gafas torcidas. "¡Yo traigo ensalada!", dijo Ariel, que llegó en bici eléctrica, aún con gorro de nadadora y olor a cloro. "¿De verdad?", preguntó asombrada Moana. "¡Era mejor un poke bowl!", sonrió con inocencia.
"¿Quién ha dejado otro zapato en el ascensor?", preguntó Jasmín levantando una sandalia rosa con brillantes. "Ups, creo que es mío", dijo Cenicienta, entrando en calcetines, con una pantufla colgando de su mochila. Rapunzel fue la última en llegar, atascada en la puerta porque su melena se había enrollado en su pie. "¿De verdad no quieres cortarte ni las puntas?", le susurró Aurora mientras intentaba ayudarla medio dormida, dejando a Rapunzel horrorizada.
Jasmín, por su parte, no paraba de frotar lámparas. Cada vez que veía una, le brillaban los ojos y decía: "¿Y si sale un genio?". Todas las chicas ponían los ojos en blanco. A las dos de la mañana, ya nadie veía la película. Ariel hacía estiramientos tipo sirena, Bella organizaba libros por orden, y Cenicienta jugaba a emparejar zapatos como si fuera Tinder. De pronto, Aurora roncó tan fuerte que el altavoz inteligente de la sala pensó que era un comando de voz. "¿Deseas pedir una pizza?", preguntó Siri. "¡Sí!", gritaron todas. Al final no hubo peli. Ni orden. Ni zapatos emparejados. Pero hubo risas, hojas verdes en sitios inesperados y un momento en que todas gritaron al ver que la lámpara de Jasmín se encendía, aunque solo porque estaba enchufada.