Señoras y Señores,

Bienvenidos a Circus Day

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Hola,

Soy Caty y dirijo este circo

Foodie, diseñadora gráfica, cuentacuentos y aficionada a la fotografía es un resumen de lo que encontrarás aquí, un circo lleno de recetas, historias y espectáculo. Señoras y señores, mesdames et messieurs, ladies and gentlemen, bienvenidos a Circus day, espero que te guste el show.

Hi, I'm Caty and I lead this circus.

Foodie, graphic designer, storyteller and photography amateur is a summary of what you will find here, a circus full of recipes, stories and spectacle. Señoras y señores, mesdames et messieurs, ladies and gentlemen, welcome to Circus day, I hope you like the show.

The Show

[ENTRANCE]
Entradas
[CIRCUS RING]
Pista central
[CLOWN BREAD]
Pan-yasos
[SWEET JUGGLING]
Dulces malabares
[FESTIVAL SOMERSAULT]
Festival de piruetas
[LIQUIDS TIGHTROPE WALKERS]
Líquidos equilibristas
[MALLORCA]
Mallorca
[CHRISTMAS]
Navidad

En el blog

Empanada con crêpes

En un pequeño pueblo de la Galia hay un poco de revuelo. El druida del lugar prepara una poción que hace que los más débiles se vuelvan fuertes, y los que ya son fuertes no pueden tomarla. Por eso, por ahí anda uno gruñendo porque no le dieron a él. El bardo del pueblo anda acicalándose y preparando su lira para la gran actuación de la noche. —¿¿De la noche?? ¿Qué sucede por la noche?pregunta el galo.

El jefe de la aldea hasta se ha bajado de su escudo por la asombrosa pregunta que el galo acaba de hacer. —¿¡Cómo!? ¿No lo sabes? —le pregunta. El galo, aún más asombrado al ver que el jefe se ha bajado del escudo (y eso, señores, pasa en raras ocasiones), deduce que lo que sea que va a suceder debe ser importante. —Noooo... —responde.

El más viejo de la aldea acude raudo y veloz (todavía le dura el efecto de la pócima), va riendo: —¡Ja, ja, ja! ¡Grande y tonto! —se burla. Su mujer le riñe: —No te rías del chico —le dice con ternura—. Él se cayó en el caldero de pequeño, y por eso no estaba en la cola cuando se comentó lo de esta noche —explica dulcemente.

Su mejor amigo entonces lo coge del brazo y lo lleva a una pequeña casita de la aldea que, hasta ese momento, estaba deshabitada. —Mira, aquí empezará la fiesta esta noche —le confiesa. —¿Y a que no sabes cuál será el plato principal? —dice, muy contento. —Jabalí —sentencia el galo más grande. —¡Noooo! —niega su mejor amigo—. Esta noche, querido amigo, comeremos crêpes, de mil maneras: dulces, saladas, acompañadas o no —le va relatando. —¿¿Crêpes?? —pregunta el galo, extrañado.





Después de un día gruñendo el gran Galo se divirtió de lo lindo comiendo crêpes, no es lo mismo que un jabalí, peeerooo toda la aldea estaba reunida y había una rubita que no dejaba de mirarle, al final será que no es tan tonto, ¿no?

· EMPANADA DE CALABACÍN CON CRÊPES ·

Ingredientes (para molde 12 cm.)
Para las crêpes:
  • 75 gramos de harina
  • 200 mililitros de leche
  • 2 huevos 
  • Sal al gusto
Para el relleno:
  • 2 calabacines
  • 2 huevos 
  • 150 gramos de queso para untar o queso fresco
  • 6 huevos de codorniz cocidos
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal y pimienta al gusto
Elaboración
Para las crêpes, batir los huevos con la leche, la harina y un poco de sal. Dejar reposar mientras preparar el relleno. Para el relleno, rallar o picar el calabacín, y cocinar en una sartén con un poco de AOVE. Una vez cocinado lo dejamos drenar en un colador para eliminar el agua. En un cuenco mezclar los huevos, el queso, el calabacín y salpimentar. 

Poner una crepera al fuego o una sartén de un diámetro grande y hacemos la crêpes. A mi la primera siempre me sale mal, así que he contado 3 crêpes con esta cantidad de preparado, sin contar la primera. Pero si son lo suficientemente grandes quizás basta una crêpe para el molde. Precalentar el horno a 180º C.

Poner las crêpes en el molde, una si es grande, en mi caso he usado las 3. Poner los huevos de codorniz cocidos dentro de los crêpes y vertemos el preparado dentro, sobre los huevos. Cerramos los crêpes encima del relleno. Hornear durante 45 minutos, tapar la empanada con un papel de aluminio para que nos se nos queme. Desmoldar y comer caliente o tibia.


Relato y fotografías @catypol - Circus day

Milhojas de verduras

Todos salíamos al jardín, el tiempo había mejorado, la brisa era fresca pero los rayos de sol calentaban nuestros cuerpos. La familia y los amigos que habían venido para el evento estaban riendo y compartiendo recuerdos de antes, se respiraba un ambiente de fiesta aunque todavía no habíamos empezado con ello. La abuela sonreía de satisfacción, era vivir un sueño después de todo, y estaba orgullosa de poder reunirlos a todos. 

Esa mañana se había levantado al alba, como siempre, había cogido su cesta y se había dirigido con paso firme hacía el huerto, los tomates habían enrojecido a tiempo y sabíamos que su sabor no nos defraudaría. Esta vez las berenjenas estaban colgando como zarcillos de las ramas, estaban justo en su punto y era hora de descargarlas del joyero para llevarlas a la cocina. 

Se preparaba un festín y todos colaboramos en algo, la cocina se convirtió en una fiesta y de allí empezaron a salir lo que poco tiempo después todos comeríamos con gusto. Sentados a la mesa y compartiendo pan, agua y vino, nos servimos lo que aquella mañana la abuela había recogido del huerto y que con un poco de esto y otro poco de lo otro se había convertido en algo maravilloso, como cuando cambia el tiempo y llega el sol, calor y tiempo de de celebraciones. Bon appétit.




· MIL HOJAS DE VERDURAS ·

Ingredientes

  • 4 berenjenas
  • 500 gr. tomate troceado
  • 500 gr. cebolla
  • 2 dientes ajo
  • 4 hojas de gelatina
  • Agua fría
  • AOVE Señorios de Relleu
Ingredientes para el pesto de almendra
  • 10 gr. almendras
  • 5 hojas de albahaca
  • 1 diente de ajo
  • 50 gr. parmesano
  • 25 cl. AOVE Señorios de Relleu
Sal
Pimienta

Elaboración del mil hojas de verduras 

Lavar y secar las berenjenas. Cortar el tallo y con una mandolina hacer lonchas a lo largo de un 1 cm. de espesor. Calentar una plancha con un poco de aceite y asar las lonchas, por cada lado. Reservar.

Reblandecer las hojas de gelatina en agua fría. Pelar y picar la cebolla y el ajo. En una sartén, con 2 cucharadas de AOVE sofreír la cebolla y el ajo, cuando la cebolla transparente echar el tomate y salpimentar al gusto. Dejar cocinar la salsa unos 10 minutos a fuego suave. Apagar el fuego, probar que la salsa esté en su punto de sal y añadir las hojas de gelatina, escurridas, remover para que se deshagan y se integren bien. Si la salsa quedara muy espesa podemos añadir el agua de la gelatina también.

En una fuente rectangular, un poco engrasada, cubrir el fondo con una capa de berenjenas, encima echar la mitad de la salsa, volver a cubrir con más berenjena, encima con más salsa y terminar con berenjena. Cubrir la fuente con film transparente y dejar reposar unas 10 horas o toda la noche. Si la dejas en el frigorífico, tendrás que templar antes de servirla, un poco al microondas estará bien, pero no mucho rato o se deshará. Si prefieres comerla a temperatura ambiente mejor no dejarla en el frigorífico.

Para elaborar el pesto, poner todos los ingredientes en una turmix y picar hasta formar una salsa homogénea. Servir la salsa aparte por si hubiera algún comensal que no le gusta o prefiere no comerla. Yo le puse unos hilos de chile para decorar pero puede decorarse con un poco de perejil o no decorar. Para los más pequeños igual una mil hojas es mucho, así que hice una más sencilla y que fuera más fácil de comer para ellos. 




Relato y fotografías @catypol - Circus day.

Costillas glaseadas

En las afueras de un soleado rincón de Kentucky, se alzaba el Rancho-Granja Nigella, una finca enorme donde crecían calabazas gigantes, gallinas felices y, sobre todo, una muy peculiar familia de artistas. Pintores, músicos, actores. No eran ricos, pero siempre había risas, colores, y los domingos costillar  y limonada fresca bajo un álamo. Ese domingo no era distinto. Bueno, casi.

Porque ese domingo, los adolescentes de la familia —Liam, Oliver y Noah — habían decidido grabar un video musical con el gallinero como escenario, sin avisar a nadie. Pusieron la música a todo volumen, se vistieron con trajes de lentejuelas, y empezaron a bailar entre las gallinas, que entraron en pánico y salieron corriendo como si el apocalipsis fuera en cámara lenta.

Justo en ese momento, la ropa tendida fuera salió volando por los aires, atrapada por un ventilador industrial que Liam había "tomado prestado" del granero. En la confusión, la abuela se asomó con una jarra de limonada en una mano y una brocha en la otra y gritó—¡¿QUÉ CLASE DE VIDEOCLIP ES ESTE?! __

El abuelo, más tranquilo, se sirvió su limonada, olió el costillar que se asaba en el horno y murmuró:

—Esto sí que motiva bailar, jeje__

Al final, el video se volvió viral, una gallina ganó seguidores en TikTok y la ropa tendida apareció a kilómetros del rancho vestida por una vaca del vecino. Y aunque nadie entendió del todo lo que pasó ese día, todos coincidieron en que fue el mejor domingo del año. Porque en el Rancho, nada era normal. Y eso era exactamente lo que les encantaba.






· COSTILLAS DE CERDO GLASEADAS CON BOURBON ·


  • Costillar de cerdo (unas 24 costillas)
  • 100 gramos de azúcar mascabado o panela
  • 175 mililitros de bourbon
  • 30 mililitros de salsa de soja
  • 30 mililitros de mostaza
  • 30 mililitros de salsa de tomate

Elaboración
Poner las costillas dentro de una bolsa zip. Añadir todos los ingredientes dentro de la bolsa con las costillas. Dejar marinar en la nevera toda la noche. Al día siguiente, precalentar el horno a 200º C. Sacar las costillas de la bolsa y transferirlas a una bandeja para hornear. La marinada transferirla a un cazo. Cocinar las costillas durante 1 hora dándole la vuelta a mitad de cocción. Cuando las costillas estén cocinadas hervir el marinado durante 7 minutos o hasta que espese. Cuando sirva las costillas acompáñelas de la salsa y vierta encima de ellas.


Relato y fotografías @catypol - Circus day.

Espagueti al limón

Si alguna vez contara que tuve la suerte de conocerte, nadie me creería. Nos sentábamos cerca del limonero que teníamos en el jardín, y tú me contabas las historias que vivías y que veías por el mundo. Mis ojos, llenos de admiración, brillaban de envidia y soñaban que algún día me tocaría a mí vivirlo.

No pensé que mis historias serían diferentes. Ignorante de mí, tanto soñaba con las tuyas que olvidé vivir las mías propias. Entre enfadada por no ser iguales y decepcionada por la diferencia, dejé pasar un tiempo valioso que nunca más volvió.

A veces es tan simple como dejarse fascinar por los aromas de un simple limonero y quedarse en silencio escuchando madurar los limones; ese punto de acidez ya se encarga la vida de ponerlo.



El toque ácido del limón en el aliño de las ensaladas, el aroma de la piel rallada en los bizcochos, esa frase tan popular: si la vida te da limones, o esa limonada fresquita en verano que tanto nos gusta, ¿verdad qué es un fruto que puede contarnos historias? ¿qué forma parte de nuestro equipaje culinario, qué es básico y muy apreciado?. Esta vez es uno de nuestros ingredientes principales, y lo hemos convertido en un plato muy sabroso, fresco y sorprendentemente suave al paladar.

Esta es mi aportación salada al nuevo recetario de primavera verano de Cocina Prêt à porter by Kuki Square, de recetas con frutas.

· ESPAGUETIS AL LIMÓN ·

Ingredientes

  • 350 gramos de espaguetis integrales
  • 2 limones
  • 250 gramos de Parmesano rallado
  • 60 gramos de rúcula
  • 200 gramos de crème fraîche
  • Sal y pimienta negra al gusto

Elaboración
En una olla con abundante agua hirviendo con sal, cocinar la pasta según las indicaciones de la marca.
Mientras la pasta se cocina rallar la cáscara de los limones y mezclar con el parmesano rallado. Limpiar la rúcula y la picamos en trozos más o menos grandes, añadir la rúcula al parmesano y al limón. 

Exprimir el zumo de un limón y añadir a la mezcla anterior. Cuando la pasta esté cocida, colar y mezclar rápidamente con la rúcula, el parmesano y el limón, lo removemos para que se impregne la pasta y el queso se derrita y añadir la crème fraîche. Remover bien y añadir un poco de pimienta negra y sal. Servimos inmediatamente.


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Relato y fotografías @catypol - Circus day.

Trifle cake

En una fiesta clandestina de los locos años 20, bajo luces parpadeantes y jazz en la gramola, se servía un delicioso trifle cake que todos miraban con sospecha… y apetito. Al fondo, una figura envuelta en humo lanzaba un cigarrillo largo con elegancia, mientras hojeaba un libro de Agatha Christie: la invitada misteriosa del evento.

—¿Quién se atreve a probar el trifle? —susurró, mientras desplegaba un surtido de copitas de licor muy mono sobre la mesa, cada una con un color más intrigante que el anterior.

Un invitado valiente dio el primer bocado… y justo entonces se apagaron las luces. Cuando volvieron, la copa de licor había desaparecido, el trifle tenía un mordisco menos… y la invitada misteriosa sonreía, segura de que el verdadero asesinato esa noche sería… ¡el aburrimiento!



Nacida en época victoriana, nos hizo tomar té a todos los que en su momento la hemos leído. Si esa época es conocida por los cambios extraordinarios que marcaron el país, ella lo fue por su vida, se alistó en el ejército y aprendió sobre venenos y pócimas que después nos descubriría en sus textos. Describía las escenas y nos hacía involucrarnos en ellas, todos veíamos en nuestras mentes, mientras leíamos, a una señora mayor que veía todo tan claro que aún sin acabar el libro ya sabía quien era el asesino. O ese Belga y su bigotillo peculiar. Y esa pareja joven, que se conocieron en una guerra, corrieron aventuras siempre juntos y tan enamorados.

Sentémonos en una cómoda butaca, junto una taza de té inglés, un trocito de este rico pastel y disfrutemos de la intriga de un suceso que página a página nos hará olvidar en la época en que vivimos, y nos llevará a la época en que este pastel era servido en esas mesas con viandas a veces escasas, tanta guerra nos hará pasar algo de hambre, por lo que los restos de algo de fruta, de bizcocho, nata, crema, creará unos de los mejores postres que se hace en los países anglosajones y que en Circus day hemos decidido presentarlo así. 


· TRIFLE CAKE ·

Ingredientes
  • 1 naranja de zumo limpia y cortada a trocitos
  • 180 gr. Azúcar
  • 3 huevos
  • 100 gr. AOVE Señorios de Relleu
  • 1 yogur
  • 250 gr. Harina repostería
  • 1 sobre de levadura en polvo
  • 1 pellizco de sal
  • Flan o crema pastelera
  • Nata montada azucarada
  • Frambuesas
  • Grosellas
  • Mango crujiente

Elaboración
Engrasamos un molde de 20 cm. o bien con spray para ese uso o bien con mantequilla y harina. Precalentamos el horno a 180º C.

En un cuenco ponemos los trozos de naranja, el azúcar y los huevos y trituramos hasta que la masa blanquee y la naranja sea completamente puré. Le añadimos el aceite y el yogur, mezclamos con la batidora durante unos segundos. Añadimos la harina cernida, la levadura y la sal y removemos con una espátula hasta que toda la mezcla quedé sin grumos y esté bien integrada.

Rellenamos el molde con el preparado y horneamos durante 30 minutos o hasta que al insertarle un palillo, éste salga limpio.

Cuando esté frío desmoldamos. Con un cuchillo hacemos un círculo en el centro del bizcocho sin llegar al fondo (ver dibujo de arriba), solo le sacaremos una parte del centro, lo justo para rellenarlo con el flan. Antes de rellenar el centro con el flan, lo rellenamos con las frambuesas, después le añadimos el flan y sobre éste terminamos de rellenar con más frambuesas. Si el flan estuviera todavía caliente, dejaremos el bizcocho relleno dentro del frigorífico para que se enfríe todo bien.

Sobre las frambuesas, añadimos la nata montada haciendo que corone el bizcocho, y encima de la nata montada esparcimos a nuestro gusto grosellas y mango crujiente. 

Dejar en el frigorífico hasta la hora de servir.


Si en lugar de flan te decides por crema pastelera puede pasar que se hunda con el peso, el flan queda más firme, o haz lo que yo no hice, dejar más base para que aguante el peso. Y por supuesto no hace falta que diga que la fruta puede ser cambiada por la que más te guste o la que tengas en casa. 

Nota de Agatha: no hace falta que le pongas veneno, todos caerán "muertos" de gusto una vez que lo hayan probado. ¡Y recuerda! no siempre la culpa es del mayordomo, en este caso la cocinera tiene mucho que ver.

Esta es mi aportación dulce al nuevo recetario de primavera verano de Cocina Prêt à porter by Kuki Square, de recetas con frutas.


Receta y fotografías @catypol - Circus day.

Canelón de rabanitos relleno

Isabella encontró en el desván de la casa de su abuelo un antiguo libro lleno de secretos sobre las criaturas mágicas y los métodos ancestrales para volar. Con ojos brillantes y una determinación inquebrantable, comenzó a estudiar el arte de volar con la ayuda de las antiguas enseñanzas.

En un pequeño pueblo rodeado de campos verdes y un vasto cielo azul, vivía Isabella que soñaba con volar. Desde que era una niña, miraba maravillada a las aves que surcaban el cielo, deseando poder unirse a ellas algún día. Sin embargo, su familia estaba preocupada por la seguridad de sus sueños y la instaban a abandonar esas ideas fantasiosas. Pero Isabella tenía un aliado incondicional: su querido abuelo, Don Emilio. Vivía en una acogedora casa cerca del campo de rabanitos que cultivaba con amor. 

Don Emilio, al enterarse de la búsqueda de su nieta, decidió unirse a ella en su aventura. Recordando las historias que le contaban de su propia juventud, conocía algunos secretos que podrían ayudarla a cumplir su sueño. Juntos, comenzaron a experimentar con diferentes métodos, desde cometas hasta planeadores improvisados hechos con tela y palos.

La familia seguía preocupada, pero cada día Isabella y su abuelo se sumergían más en su búsqueda compartida. Pasaban horas entre risas y desafíos, explorando las maravillas del campo de rabanitos mientras perfeccionaban sus creaciones. Los días se convirtieron en una mezcla de magia y aprendizaje, con el abuelo alentándola a seguir sus instintos y a no tener miedo de caer.

Finalmente, después de muchas pruebas y errores, llegó el día en que Isabella sintió que estaba lista para volar. Con un artefacto peculiar, una mezcla de ingenio y magia, se elevó en el cielo junto a las aves que tanto admiraba. El abuelo, desde abajo, aplaudió con lágrimas en los ojos al ver el éxito de su nieta.

A partir de ese día, Isabella se convirtió en la leyenda del pueblo, una joven que desafió la gravedad y encontró la libertad en el cielo. La familia, inicialmente preocupada, comenzó a comprender la importancia de seguir los sueños y permitir que cada individuo experimente la vida a su manera.

La historia de Isabella se convirtió en un cuento que los abuelos del pueblo contaban a sus nietos antes de dormir, recordándoles la importancia de la determinación, el amor y la libertad para perseguir sus sueños, incluso cuando parecían imposibles. Y en el campo de rabanitos, donde Isabella aprendió a volar, las risas y el amor perduraron en cada rincón, contagiando la magia de un sueño que se hizo realidad.




Descubrimientos simples que me hacen vibrar de emoción tanto como las recetas antiguas, experimentando después en mi cocina para ver si el descubrimiento es posible en las cocinas de todos, o solamente es posible en las cocinas de algunos, y es evidente que en este caso vale la pena, el resultado me gustó mucho, y el descubrimiento viene de la mano del chef Wylie Dufresne y funciona. 

Uno de mis platos preferido es"s'arròs sec", y bueno, recuerdo que los domingos (todos) eran día de arroz, y en tiempo de rabanitos lo acompañábamos con los mismos. Pues bien, cuando descubrí que fácilmente podía hacer una plancha de rabanitos gracias a la gelatina, ¡ya ves qué fácil! no tuve duda de que los rellenaría. Pero en esta entrada la importancia no la tiene el arroz, en esta entrada lo que de verdad importa es la simplicidad de unos ingredientes para llegar a un sorprendente resultado. 

· CANELONES DE RABANITOS RELLENOS ·

Plancha de rabanitos
  • Rabanitos
  • 2 g de Agar agar
  • 150 ml agua

Utensilios
  • Mandolina
  • Pinzas o palillos
  • Papel de horno

Para el relleno
  • "Arròs sec" de verduras

Elaboración
Cortar con una mandolina en rodajas muy muy finas los rabanitos, si no las cortamos tan finas la gelatina no nos hará de pegamento. Diluir el Agar agar en el agua, en frío, y llevar a ebullición, cuando hierva sacar del fuego, con unas pinzas o palillos, introducir rodajas de rabanitos dentro de la gelatina, remojarlas bien, sacarlas e ir colocándolas superpuestas sobre papel de hornear formando un rectángulo. Trabajar rápido con la gelatina, a medida que se enfría no podemos usarla. Además de todo esto yo he terminado pincelando un poco de gelatina sobre la plancha.
Una vez que la plancha de rabanitos se ha solidificado bien podemos cortar a medida para hacer el canelón que queramos para rellenar.




Ahora podré experimentar con otros vegetales, imagino con esa remolacha tan linda o con zanahorias, o también con frutas, por qué no? ya que estamos se abren muchas variantes deliciosas y muy sanas. En esta para darle más sabor, le puse unas gotas de limón al agua del Agar agar, para darle el toque que le solemos dar al arroz, así hacer el plato completo.

¿Y qué haces con los rabanitos que nos queden?, ¿esos trocitos que nos sobren?. A mi me gustan mucho en ensaladas, encurtidos o naturales, no me importa, son deliciosos. Yo lo puse en vinagre para la ensaladas, solo tuve que hervir un poco de vinagre de manzana, unos 100 ml, 200 ml de agua, no le puse bolitas de pimienta negra ya que no tenía y después lo añadí junto con los trocitos de rabanito en un bote esterilizado.


























Fotografías @catypol - Circus day.

Tarta salada

Antonia es enfermera en el centro de salud de Lorena. Tiene mucho carácter, algo muy notable cuando se enfada, aunque es más conocida como Santa Paciencia, porque la tiene. Es paciente cuando don Felipe la señala con el dedo tras haberse equivocado de día y acudir a la cita médica un día antes de lo que le tocaba. —¡Ah, Santa Paciencia!

O cuando Luis se resfría por haber estado esperando bajo la lluvia a que su novia le perdonara por llegar tarde a la cita del sábado. Entonces, Luis le llora las penas a Antonia mientras espera que el médico lo atienda. —¡Ah, Santa Paciencia!. Ella deja escapar una risita tonta, cosa que desconcierta a Luis.

Antonia es bajita, rubia, con ojos azules, mejillas sonrosadas y siempre lleva los labios pintados de rojo pasión. Suspira a menudo. Cuando la sala de espera está vacía, es lo único que se oye. Suponemos que esos suspiros son su manera de gestionar las palabras que no dice, pero que sí piensa. El doctor Manuel la anima a que no se reprima, y ella deja escapar una risita tonta cuando él se lo propone, cosa que desconcierta al doctor.

Cada domingo, después de misa, acude al bar del pueblo a comer un trocito de tarta salada y una copa de vino. Allí se encuentra con muchos de los pacientes que, en algún momento de sus vidas, han ido —y siguen yendo— a verla. Saben que no deben molestarla en su día libre. Creen que deja la Santa Paciencia en el centro de salud y que no tiene paciencia para gritar a quien la interrumpa mientras come. Eso desconcierta a los lugareños… y ella deja escapar una risita tonta.



Por mi parte diré que es una receta muy fácil, que puedo comer en mi dieta por que cuando la hago adapto el peso de los ingredientes, evidentemente Tomás y yo no nos comemos una tarta de 18 cm. de diámetro pero si compartimos una de 12 cm. de diámetro, y que está tan rica que voy a pasarme experimentando con otros rellenos, ya me entenderás.


· TARTA SALADA CON PATATAS ·

Ingredientes 
  • 500 gr patatas
  • 200 gr acelgas (o espinacas)
  • 1 manojo cebolletas
  • 4 huevos 
  • 250 gr queso fresco batido desnatado
  • 100 gr queso Gorgonzola
  • Ralladura de 1 limón
  • 1 cucharada AOVE Señorios de Relleu (usar para saltear la verdura)
  • Sal y Pimienta negra
  • Mantequilla para el molde
  • Molde desmontable de 18 centímetros de diámetro
Elaboración:
Pelar las patatas, cortarlas con mandolina o sin ella a unos 3-4 milímetros de grosor. Ponlas en una bandeja de horno y hornea 10 minutos a 180º C. Mientras, limpia la verdura y quita las pencas de las acelgas y córtalas en tiras. Trocea en brunoise las cebolletas. Rehoga en una sartén con aceite de oliva las cebolletas primero y después añade las espinacas. Salpimienta. En un cuenco, bate los huevos, el queso y la ralladura del limón, salpimienta. 
Unta de mantequilla el molde y coloca las patatas como base. Añade las verduras pochadas a cuenco de crema de huevo y queso. Mezcla y vierte en el molde encima de las patatas. Hornea 40 minutos a 180º C.







Fotografías y vídeo @catypol - Circus day.

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