María cruzaba silenciosamente toda la casa para llegar desde su habitación a la cocina, siempre a la misma hora, las seis de la mañana. Su ritual, después de asearse en su habitación, era el de hacer café mientras ella terminaba con sus cosas. Y cuando el aroma inundaba la casa todos nos poníamos en funcionamiento como si fuéramos muñecos automatizados y respondiéramos a una llamada... se escuchaba caer el agua en el baño, a los niños correr por los pasillos, y a María organizarnos el desayuno igual que una maestra de ceremonias que quisiese que todos disfrutamos con su espectáculo matutino.
Seguramente recordáis a María en esta entrada que hice hace un tiempo, en ella nos presentaba un plato de la cocina mallorquina antigua. Yo espero contaros más cosas sobre ella, es un poco recelosa con su vida pero creo que si lo hago con la delicadeza que se merece pronto sabremos más.
Seguramente recordáis a María en esta entrada que hice hace un tiempo, en ella nos presentaba un plato de la cocina mallorquina antigua. Yo espero contaros más cosas sobre ella, es un poco recelosa con su vida pero creo que si lo hago con la delicadeza que se merece pronto sabremos más.
Como está cerca el día de las vírgenes y en Mallorca se celebraba con serenatas, buñuelos y Mistela, "desterramos" otra receta que ella seguro haría con mimo. En esta ocasión pertenece a una cuarta edición de 1915 aunque la primera edición que yo vi sea de 1874.
Cuando te relacionas con los demás, aunque sea sin interactuar, y con eso no me refiero a cuando te cruzas con alguien en la calle, no, me refiero cuando te encuentras con desconocidos en eventos sociales, por ejemplo, pero hay tanta gente que no hablas con todos, o simplemente acudes algún lugar y cruzas unas pocas palabras con alguien, o visitas un bar y hay personas sentadas tan cerca de ti que puedes escuchar sus conversaciones, incluso algunas muy íntimas. Esa percepción de lo que pasa a tu alrededor se quedará en la mente, te habrás relacionado interactuando o no, y alguien un día te sorprenderá contándote algo sobre como te vio sin que tú te hubieras dado cuenta.
Esta es la primera historia, de cómo una persona con la que me encontré una vez y tuve un breve contacto, me describió en su blog, totalmente sorprendente para mi que suelo pasar desapercibida, ella que se llama Laura trabaja en una biblioteca a la que yo fui a documentarme. Así tuve dos sorpresas, una fue la receta y la otra una entrada dedicada a Circus day, mi blog que aunque de cocina y en su título no lo pone por lo que cuesta encontrarlo, es mallorquín de nacimiento, alma y corazón.
Aquí mi versión de Robiols de llet (buñuelos de leche)
· ROBIOLS DE LLET DE 1915 ·
Ingredientes
- 125 g. harina de trigo
- 80 g. manteca de cerdo
- 250 ml. leche
- 3 huevos L
Aceite para freír
Azúcar para servir con los buñuelos
Elaboración
En una cacerola fundir la manteca, seguidamente añadir la leche, remover en todo momento y añadir la harina, se formará una masa más compacta. Me aseguro que la harina se ha integrado bien y no han quedado grumos, además dejo que se cocine bien. Apagar el fuego y dejar enfriar un poco, cuando no te queme al tocar la masa le vas añadiendo los huevos, uno a uno e integrándose bien antes de añadir el otro. Reservar la masa.
Calentar en una sartén aceite, bajar un poco el fuego ya que el aceite no se tiene que quemar y tiene que freír los buñuelos por dentro. Formar, con dos cucharas o con manga pastelera (yo lo probé con la manga y no me gustó el resultado por lo que para mi comodidad es mejor con dos cucharas), los buñuelos los freí en tandas de cuatro o cinco (para controlarlos mejor y no se quemen).
Una vez fritos sacar y poner sobre papel de cocina para absorber el exceso de aceite que tengan.
He aquí las historias de una receta, de un libro, de dos personas a las que conocí y con las que me relacioné de diferente manera. Y también de María, pero con ella la historia seguirá para descubrirnos más sobre la gastronomía antigua mallorquina.
Calentar en una sartén aceite, bajar un poco el fuego ya que el aceite no se tiene que quemar y tiene que freír los buñuelos por dentro. Formar, con dos cucharas o con manga pastelera (yo lo probé con la manga y no me gustó el resultado por lo que para mi comodidad es mejor con dos cucharas), los buñuelos los freí en tandas de cuatro o cinco (para controlarlos mejor y no se quemen).
Una vez fritos sacar y poner sobre papel de cocina para absorber el exceso de aceite que tengan.
"Con esta receta participo en el concurso por el 4º cumpleblog de Rezetas de Carmen PonUnLibroEnTuCocina"
Relato y fotografías @catypol - Circus day