Señoras y Señores,

Bienvenidos a Circus Day

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Hola,

Soy Caty y dirijo este circo

Foodie, diseñadora gráfica, cuentacuentos y aficionada a la fotografía es un resumen de lo que encontrarás aquí, un circo lleno de recetas, historias y espectáculo. Señoras y señores, mesdames et messieurs, ladies and gentlemen, bienvenidos a Circus day, espero que te guste el show.

Hi, I'm Caty and I lead this circus.

Foodie, graphic designer, storyteller and photography amateur is a summary of what you will find here, a circus full of recipes, stories and spectacle. Señoras y señores, mesdames et messieurs, ladies and gentlemen, welcome to Circus day, I hope you like the show.

The Show

[CIRCUS TENT]
La carpa
[CIRCUS RING]
Pista central
[CLOWN BREAD]
Pan-yasos
[SWEET JUGGLING]
Dulces malabares
[FESTIVAL SOMERSAULT]
Festival de piruetas
[LIQUIDS TIGHTROPE WALKERS]
Líquidos equilibristas
[MALLORCA]
Mallorca
[CHRISTMAS]
Navidad

En el blog

Mostrando entradas con la etiqueta Dulces Malabares. Mostrar todas las entradas
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Towel crepe rolls

[DESEOS]
Besos en la frente
El sonido de la lluvia
El olor después de la lluvia
Abrazos inesperados
Nada más que cielos azules
La luz de verano
Sonidos del mar
El cantar de los pájaros
Envolverse en una toalla suave y grande
Enamorarse de los detalles
Japón en primavera
Libros, té y un delicioso crepe.





· TOWEL CREPE ROLLS ·

Ingredientes
  • Fresas
  • Nata montada
  • Azúcar o eritritol
  • Obleas de arroz
  • Cacao, fresas y menta (para decorar)
Elaboración
  1. Moja las obleas de arroz en agua, no dejes que se ablanden demasiado. 
  2. Coloca encima de la mesa tres obleas superpuestas una encima de la otra por un lado. 
  3. Esparce por encima la nata montada y trozos de fresa. 
  4. Cierra las obleas enrollándolas de un lado y enrollándolas por un lado hacía el otro. 
  5. Espolvorea cacao en polvo por encima y decora con fresa y menta.


Texto y fotografías @catypol - Circus day.

Helado de almendras

En un parque soleado, Marta disfrutaba de un helado de almendra mientras observaba pasar una bicicleta roja que chirriaba con un violín desafinado. De repente, apareció un señor demasiado grande para aquel banco diminuto, que intentó sentarse sin éxito y terminó aplastando una flor con su enorme pie.—¡Perdón, perdón! —dijo el señor, apenado, mientras buscaba un lugar donde no estorbar. 

Al lado del banco, un portal pequeño apareció de la nada, justo lo suficientemente grande para que el señor pudiera entrar y desaparecer. Marta se quedó mirando, helado en mano, pensando que ese día el parque no solo tenía helados de almendra, sino también magia en miniatura y gente demasiado grande para ella.



El postre de los domingos de mis veranos infantiles eran de helado, helado de almendra que mi madre elaboraba a base de un preparado mallorquín de azúcar y almendra, o avellana. 
El postre de los domingos de mis inviernos eran flan. 
En la adolescencia se perdió todo y la nostalgia lo ha traído de nuevo, en este caso casero.

· HELADO DE ALMENDRAS ·

Ingredientes
  • 1 litro de leche de almendras, congelada en cubitos
  • 180 gramos de almendras o harina de almendras (o avellanas)
  • 250 gramos azúcar
  • La piel de 1 limón
  • 1 cucharadita de canela

Elaboración
  1. Pon todos los ingredientes en la Thermomix, menos la leche en cubitos. 
  2. Pica 20 seg velocidad progresiva 5-10.  
  3. Añade los cubitos poco a poco 1 minuto y medio velocidad 5-10. Hasta que se forme una crema espesa. 
  4. Guarda en el congelador. 
  5. Saca del congelador un tiempo antes de consumirlo.

Nota: si no tienes Thermomix hazlo con la túrmix o con un procesador de alimentos, pero que las almendras sean en harina y no enteras así será más fácil.



Relato y fotografías @catypol - Circus day.

Granola casera

A mi abuela le gustaba peinarme por la noche. Decía que mi negra cabellera la había heredado de su hija Olive, una mujer alta, exageradamente delgada y con un eterno novio marinero al que le gustaban mucho las espinacas. Aunque yo la recuerde con un casto moño —como el que lleva mi abuela— y con unos pies enormes (y eso que quede entre nosotros, pues nunca reconoceré haberlo dicho delante de ella).

Lo que me gustaba de que mi abuela estuviera en casa no era precisamente que me recordara a mi tía, sino más bien su granola. Mejor que las espinacas. Endulzada con algo que ella nunca revelaba, y a mí me daba igual, pues no iba para repostera ni cocinera. Con que me lo hiciera ella, me bastaba. Tendría que convencer a mi madre para que le dejara la receta, o un día esa maravilla desaparecería de mi vida.

Cuando la tía Olive vino una vez de visita, lo hizo sin su eterno novio. Yo todavía era pequeña y todo de ella me fascinaba. Su “Oh, dear!”, que solía decir tan frecuentemente, se me “pegó” y no paraba de repetirlo. Hasta la abuela me puso mala cara alguna vez:

—¡Qué cansino! —decía frunciendo el ceño.

Desde aquella visita que nos trastocó a todos un poco, a mamá no le hacía demasiada gracia la llegada de su cuñada. Pero si la abuela prometía que lo compensaría con su granola, la tía Olive era recibida con alfombra roja incluida.



La granola es un delicioso alimento que se ha vuelto muy popular en los últimos años. Se trata de una mezcla de ingredientes naturales, como avena, frutos secos, semillas y miel, que se hornea para obtener una textura crujiente y un sabor delicioso.

El origen de la granola se remonta al siglo XIX, cuando el médico suizo Maximilian Bircher-Benner desarrolló una receta a base de avena cruda, frutas y nueces para alimentar a sus pacientes. Esta mezcla se convirtió en un alimento energético y nutritivo, y con el tiempo evolucionó hasta convertirse en la granola que conocemos hoy en día.

Se ha vuelto muy popular debido a sus numerosos beneficios para la salud. La avena es una excelente fuente de fibra y ayuda a mantener el sistema digestivo saludable, mientras que los frutos secos y las semillas proporcionan grasas saludables, proteínas y una gran variedad de nutrientes. Además, la miel utilizada en la granola le brinda un dulzor natural y también aporta beneficios antioxidantes.

Puede ser consumida sola como un snack saludable, pero también se utiliza como ingrediente en numerosas recetas. Se puede añadir a yogures, batidos, ensaladas de frutas o espolvorear sobre postres para darles un toque crujiente y nutritivo.

Y esta es mi versión, queda decir que si quieres puedes añadirle chocolate negro aunque yo lo añadiría después de la cocción para que no se derrita o también puedes añadir a la mezcla frutas deshidratadas si te gustan, personalizable según tus gustos.



· GRANOLA ·

Ingredientes
  • 150 gramos de copos de avena 
  • 75 gramos de semillas de calabaza
  • 40 gramos de semillas de girasol 
  • 35 gramos de semillas de sésamo
  • 40 gramos de almendras laminadas
  • 40 gramos de avellanas troceadas
  • 50 gramos de coco rallado
  • 1 cucharada de sal y pimienta
  • 1 cucharada de canela molida
  • 1 cucharadita de cúrcuma
  • 75 gramos de aceite de coco derretido
  • 120 gramos de miel 
  • 1 cucharadita de vainilla líquida
Elaboración
  1. Mezcla bien y extiende todos los ingredientes sobre una bandeja de horno. 
  2. Hornea a 170 ºC durante 30 minutos o hasta que esté dorado. 
  3. Deja enfriar y rompe en trozos. 
  4. Guardar en un recipiente hermético.



Relato, fotografías y vídeo @catypol - Circus day.


Brownie en taza

Sentada sobre una chimenea del viejo centro de la ciudad, Agatha observaba el ir y venir de la gente. No sabía si le gustaba lo que veía. La evolución había hecho que, a veces, añorara aquellos tiempos sencillos: el bosque, la casita de chocolate —como ella la llamaba, pues era de color marrón—, el huerto que le suministraba alimento y una olla tan grande que, cuando la usaba, habría podido dar de comer a todo el pueblo.

Ahora vivía en la planta número 13 de un edificio. Sí, en este edificio sí existía esa planta, y ella era la única que la habitaba. Ya no usaba una olla como lo hacía cuando era joven. Ahora casi todo se podía cocinar en el microondas. Tampoco tenía huerto: el súper de debajo del edificio la proveía sin problema. Tenía un aspirador que limpiaba el suelo solo y una pantalla que le permitía leer cualquier libro de la biblioteca que quisiera.

La gente lo llamaba "comodidad". Ella no estaba tan segura de ello. Había crecido con gatos, escobas voladoras y libros de hechizos. Todo funcionaba con solo mover su dedo índice. Pensaba que eso era muy moderno… hasta que el hijo del vecino de la planta 6 le dijo que, si no tenía conexión wifi o bluetooth, era del tiempo de los dinosaurios.



Los mug cakes, o bizcochos en taza, son una opción tentadora para satisfacer antojos dulces de manera instantánea y sin complicaciones. Se cree que surgieron en la década de 2010 con la popularización de las recetas rápidas y prácticas en Internet. Inicialmente, se compartían en blogs culinarios y foros de cocina, donde los aficionados a la repostería experimentaban con diferentes combinaciones de ingredientes. Entre sus creaciones más conocidas está el brownie en taza, y por este mismo me he decidido, con un poco de helado de vainilla. Te quita el antojo de golpe. ¿No lo crees?.


· BROWNIE EN TAZA ·

Ingredientes:
  • 10 gramos de aceite de oliva
  • 30 gramos de azúcar
  • 10 gramos de leche
  • 1 huevo campero
  • 10 gramos de cacao puro sin azúcar
  • 30 gramos de harina
  • 1/4 de cucharadita de levadura en polvo
  • 1 pizca de sal
  • 1 nuez troceada (opcional)
  • Trocitos de chocolate negro (opcional)

Elaboración
  1. Bate el aceite, el azúcar y la leche. 
  2. Añade el huevo. 
  3. Añade el cacao, la harina, la levadura y la sal. 
  4. Bate. 
  5. Añade la nuez y el chocolate si los has elegido. 
  6. Pon dentro de una taza y lleva al microondas 1 minuto. 
  7. Mi microondas es de 800 W.

NOTAS:

  • Asegúrate de remover bien la mezcla y que no quede nada de harina sin integrar. 
  • No lo cocines demasiado o se secará mucho. 
  • ¡Ah! déjalo enfriar o te quemarás. 
  • Y por último, decóralo como más te guste, helado, nata, etc


Relato y fotografías @catypol - Circus day

Chocolate crinkles

Cuando una tirita formaba parte de la cura del dolor y las lágrimas duraban lo que duraba el “sana sanita”. 
Cuando en los cuentos de princesas, los príncipes salían del beso a una rana. 
Cuando la leche te dejaba bigote.
Cuando contabas me quiere, no me quiere, con los pétalos de una margarita, y si era sí, sonreías como una tonta y si era no, volvías a repetir para que saliera sí. 
Cuando las mariposas volaban en el estómago cada vez que te enamorabas. 
Cuando la primavera te hacía llorar de alegría y no de alergia. 
Cuando pedías un deseo a una estrella fugaz y te emocionabas por haberla visto y deseabas que se cumpliera. 
Cuando el chocolate te gustaba, y te sigue gustando, a porciones, a tableta, en taza, en bizcocho, en caramelo o en galleta.




Parece ser que la receta se originó en la primera mitad del siglo XX en la casa de Helen Fredell de St. Paul, Minnesota. En el “Cooky Carnival” de Betty Crocker (que presenta Molasses Crinkles), la Sra. Crocker escribe: “Cuando se sirvieron en Mrs. Fred Fredell's en St. Paul, Minnesota, estaban tan deliciosas que le supliqué la receta. Gracias a ella, miles de personas han disfrutado de estas galletas". 


·CHOCOLATE CRINKLES ·

Ingredientes
  • 60 gramos mantequilla 
  • 230 gramos chocolate semidulce o amargo, picado 
  • 85 gramos azúcar
  • 2 huevos grandes
  • 2 cucharaditas azúcar de vainilla
  • 195 gramos harina
  • 1/4 cucharadita de sal
  • 1/2 cucharadita de levadura en polvo
  • 110 gramos azúcar glass tamizado 

Elaboración
  1. Funde al baño María el chocolate con la mantequilla. 
  2. Reserva. 
  3. En la batidora, bate los huevos y el azúcar hasta que espese, se vuelva una crema blanca y esponjosa (de 3 a 5 minutos). 
  4. Añade la vainilla y seguidamente el chocolate. 
  5. Sigue batiendo hasta que se mezcle bien. 
  6. En un cuenco aparte mezcla la harina, la sal y la levadura en polvo. 
  7. Agrega los ingredientes secos con el chocolate y bate hasta que se mezcle todo bien. 
  8. Tapa con film y refrigera hasta que esté firme, desde unas horas hasta toda la noche. 
  9. Precalienta el horno a 165 ºC 
  10. En la bandeja del horno pon un papel de hornear. 
  11. Coloca el azúcar glass tamizada en un cuenco profundo. 
  12. Forma bolas de unos 2.5 cm. y hazlas rodar e impregnarse bien dentro del azúcar glass. 
  13. Tiene que quedar muy pero que muy recubierto. 
  14. Coloca en la bandeja dejando separación entre ellas (unos 5 cm.).
  15. Hornea unos 10 minutos, y deja reposar 5 sobre una rejilla. 



Relato y fotografías @catypol - Circus day

Savillum

[RETO COOKING THE CHEF]

Era el siglo de oro, el que la cocina se revolucionó por el descubrimiento de nuevos productos de otras tierras, en el que ser cocinero era importante, atrás quedó el tiempo de la sobriedad, ahora las mesas se llenaban de lujuria y tentación, ellos inventaron el arte del exceso, que las guerras y la escasez nos hablan de todo lo contrario en tantas historias más cercanas a nuestro siglo, pero no en aquel siglo, que aunque solo se conociera la cuchara y el resto se comiera con las manos, atrás quedó el tiempo de lo básico para dar paso a la mesa de los poderosos, exóticas viandas.

La tarta de queso se ha convertido en el paso de los siglos, en una elaboración muy conocida y realizada alrededor del mundo, la gran conocida New York cheesecake, las variopintas tartas de queso con galletas, con mermelada, con frutas, con diferentes tipos de leche, etcétera. Y aunque ahora nada tiene que ver la que comemos o hacemos, con esta simple, básica y original tarta de queso, pienso que en aquel momento, en ese siglo debía ser un manjar de dioses, o más bien de emperadores.




El pastel de queso no sólo es uno de los postres favoritos del mundo, es también uno de los más antiguos. Se sabe que data del año 776 a.C., sin embargo, las primeras recetas de esta preparación dulce se popularizaron en el libro de Marco Porcio Catón.

Savillum es una receta romana que se encuentra en "De Agri Cultura" siglo II a.C., la obra más antigua conocida de prosa romana. Fue escrito por el político romano Catón el Viejo , un hombre conocido por su devoción por la sencillez y el amor por la vida en el campo. De acuerdo con el estilo de vida de su autor, "De Agri Cultura" es un sencillo manual de instrucciones sobre agricultura. Las recetas que aparecen son tan sencillas y rústicas como el savillum.

La receta es la siguiente:
Savillum hoc modo facito. Farinae selibram, casei P. II S una conmisceto quasi libum, mellis P. * et ovum unum. Catinum fictile oleo unguito. Ubi omnia bene conmiscueris, in catinum indito, catinum testo operito. Videto ut bene percoquas medium, ubi altissimum erit. Ubi coctum erit, catinum eximito, papaver infriato, sub testum subde paulisper, postea eximito. Ita pone cum catillo et lingula. (De Agri Cultura, 84)

Que vendría a decir algo así:
“Haz el savillum de la siguiente manera: mezcla todo junto media libra de harina, dos libras y media de queso, como para el libum, un cuarto de libra de miel y un huevo. Unta de aceite una escudilla de barro. Cuando lo hayas mezclado todo bien, échalo en la escudilla, cubre la escudilla con una tapadera de barro. Mira que lo cuezas bien por el centro, donde es más alto: cuando esté cocido, retira la escudilla, úntalo de miel, echa encima amapola molida, colócalo un poco bajo la tapadera de barro y retíralo después: sírvelo así en su escudilla y con una cuchara”
(De Agri Cultura, 84)


Las versiones online de esta receta habla de 1 huevo, de queso tipo Feta y requesón que yo no he usado, quería un pastel de queso suave no seco, eso me hizo pensar en ello que si en aquella época se lo comían con cuchara pues igual debía ser más suave que seco. También pensé que había puesto poca miel, estamos acostumbrados demasiado al azúcar pero me sorprendí, aunque si eres muy muy del dulce te sabrá a poco.
El tipo de queso que se consumía en aquel siglo era de cabra o de oveja, y elegí un feta por esa razón, por estar hecho de leche de cabra y oveja, lo del queso en crema lo hice para dar untuosidad, otras recetas usan requesón.

El resultado es delicioso, me sorprendió de verdad, no es demasiado dulce y la textura no es para nada seca en caliente, cuando se enfría si que se queda un poco seco, lo que me hace pensar que ponerle 2 huevos en lugar de 1 quizás ha ayudado, no sé, o quizás poner menos harina, si alguien lo hizo con 1 huevo ya me contarán.

Con esta receta participo en el reto de Cooking the chef de octubre: Gastronomía Íbera 

· SAVILLUM ·
  • 200 gramos de queso Feta
  • 75 gramos de queso crema
  • 2 huevos 
  • 40 gramos de harina
  • 25 gramos de miel
· Miel y semillas de amapola para decorar

Savillum.
  1. Precalentar el horno a 200º C
  2. Mezcla todos los ingredientes (yo los he mezclado con la Thermomix, sí, lo sé, tiene poco de romano pero es lo que hay, también se puede hacer bien con la túrmix, el queso feta es difícil de deshacer bien).
  3. Unta un molde de barro (el mio es muy pequeño, 16 cm. x 4 cm. "foto abajo") con un poco de aceite y esparce bien con un papel cocina. 
  4. Vierte la mezcla y hornea durante 30 minutos. 
  5. Saca y apaga el horno. 
  6. Rocia el pastel con miel y semillas de amapola y deja reposar 5 minutos dentro del horno.



Fotografías @catypol - Circus day.

Chocolate flash

Durante un tiempo fue como si el tiempo pasado fuera olvidado, los sin prisas, el poco a poco, no quieras ir tan rápido, el todo a su tiempo, y de repente nos vimos envueltos en una vorágine de corre corre que te pillo, la sensación de hastío en las colas de cualquier lugar, esa ansiedad por finalizar todo a la misma rapidez que empezamos. Hablan que la tecnología nos ha traído bienestar y, como no, esa ansiada inmediatez en aquello que hemos decidido ejecutar y lo queremos todo para ya. 

Ahora, el mundo ha parado por un tiempo, hemos visto como nuestra rápida y "acomodada" vida ha temblado y para muchos se ha desvanecido para siempre. Hemos vuelto a tener tiempo para volver a organizarnos y a tener paciencia en las colas de cualquier lugar, hemos entendido que el tiempo tiene un precio, la salud la mayor importancia, la paciencia una virtud que debemos recuperar, el contacto humano un valor altísimo y el amor todo el respeto del mundo. 





Este 2020 no está resultando el buen año que pensaba que sería cuando despedí el 2019, este año nos ha sacudido fuerte y para muchos ha sido una bendición poder recuperar valores perdidos, para otros ha sido una mala experiencia estar recluido en casa. 
Muchos hemos experimentado haciendo pan, yo experimenté con las ensaimadas, la levadura fue un producto muy vendido en los supermercados, tanto que se agotó en algunos de ellos. Incomprensiblemente el papel de wc también, no sé el significado de ello. 
Algo que preparé también llegado el verano es helado, estaba en mi lista, ¿y en la tuya?.

· CHOCOLATE FLASH ·


Ingredientes
  • 250 mililitros de leche entera
  • 200 gramos de azúcar o eritritol 
  • Un pizca de sal
  • 1 cucharadita de kuzu
  • 50 gramos de cacao puro sin azúcar 
  • 1 cucharada o sobre de café soluble 
  • 50 gramos de chocolate 99%, a trocitos
  • 125 gramos de queso en crema
  • Zipzicles (fundas para polos flash)

Elaboración
  1. Calienta la leche, el azúcar, la sal, el kuzu, el cacao y el café soluble. 
  2. Remueve hasta que hierva. 
  3. Retira del fuego y añade el chocolate, remueve hasta fundir. 
  4. Por último añade el queso y bate con la túrmix o Thermomix. 
  5. Rellena los Zipzicles con un embudo y congela. 



Relato, receta y fotografías @catypol - Circus day

Guinness cake

Lola vivía subiendo la cuesta, en la casa rosada, en el primer piso, izquierda. No era la típica pitonisa que los famosos visitan; más bien, era del pueblo, con camisa a topos rojos y pantalón pitillo pirata, subida a sus tacones y los ojos pintados de verde esmeralda.

Cuando Javier, el vecinito universitario, le preguntaba por alguna novia, ella le ponía colorado: —Javier, cariño, si mi marío, que en paz descanse, hubiera tenido esos labios que tú tienes, la cola de mujeres que le habría rondao habría sido como de aquí al súper de la Remedios. Y Javier se iba más contento que unas castañuelas a poner morritos a las niñas.

Por la noche, una vez a la semana, la visitaba Carmen, mujerona buena donde las haya, pero con muchas bocas que alimentar. ¡Ay, con la Carmen! Quería saber el número ganador de la lotería, y ella le decía: —Carmen, mujé, primero hay que jugá pa' que te toque. Y Carmen pensaba que, si se echaba un novio lotero, igual le solucionaba lo de la papeleta.

María se iba a casar. Estaba nerviosa porque no había "catado" al novio. —¿Y si resulta que no me gusta? ¿Lo puedo devolver a su madre? —preguntó. Lola, muy seria, le decía: —¡Ay, mi niña! El novio no sé cómo será, aquí lo que importa es que sepa "tocá bien la guitarra". Que gusta, gusta. ¡Deseando que llegue el sabadete pa' celebrarlo, ea! ¡Qué te lo digo yo!

Y así Lola iba dando consejo a uno y otra, a este y a esa, sin bola, sin cartas ni letra, porque ella no era una pitonisa como las demás. Te subía el ánimo o te contaba un cuento. ¿Y si se enfadaba? ¡Aaayy!, si se enfadaba la Lola, lo veía "to" casi negro, negro, negro… como el chocolate.





Hoy día de San Patricio patrón de Irlanda en donde fue esclavo durante su adolescencia, donde encontró la fe para hacerse sacerdote y donde volvió para evangelizar la isla que lo había esclavizado. Respetó sus costumbres, les habló con un lenguaje sencillo e hizo famoso el trébol de tres hojas que es hoy en día el símbolo irlandés. 

De todos es conocido el carácter irlandés, su nivel alto de pelirrojos y por supuesto su pastel de cerveza Guinness, además del color verde del trébol que teñirá el mundo. Pero además, marzo nos ha traído el día Internacional de la Mujer, el día de las Islas Baleares y, nos traerá, la primavera. ¿No crees que marzo es un buen mes para comernos un trocito de pastel?.

· GUINNESS CAKE ·

Molde 23 cm. diámetro

El bizcocho
  • 250 mililitros de cerveza Guinness
  • 250 gramos de mantequilla
  • 75 gramos de cacao en polvo, puro sin azúcar
  • 300 gramos de azúcar
  • 140 mililitros de crème fraîche
  • 2 huevos
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla
  • 275 gramos de harina 
  • 2 ½ cucharaditas de bicarbonato 
La cobertura
  • 300 gramos de queso crema, frío
  • 150 gramos de azúcar glas, tamizado
  • 125 mililitros de nata para montar, fría
El bizcocho.
  1. Precalentar el horno a 180 ºC
  2. Unta un molde desmontable con mantequilla y espolvorea con harina o rocía spray para moldes.
  3. Pon la cerveza y la mantequilla en un cazo, y calienta hasta que se haya derretido. 
  4. Echa el cacao y el azúcar en un cuenco, y vierte la cerveza con mantequilla.
  5. Mezcla con unas varillas la nata agria, los huevos y la vainilla y échalo a la mezcla de azúcar con mantequilla y cerveza.
  6. Añade la harina y el bicarbonato (previamente tamizados), y mezcla con una espátula o un robot de cocina.
  7. Echa la masa en el molde y hornea 45 minutos o hasta que al pinchar con un palillo salga limpio.
  8. Saca del horno y deja reposar unos minutos.
  9. Desmolda hasta que esté frío sobre una rejilla.

La cobertura. 
  1. En un bol tamiza el azúcar y bate con el queso crema hasta que el azúcar haya quedado totalmente disuelto.
  2. Añade la nata y bate hasta que te quede una mezcla aireada y esponjosa como de nata montada espesa.
  3. Cuando el bizcocho esté frío pon la cobertura en el centro del bizcocho y reparte del centro hacia afuera. Tiene que quedar como si fuera la espuma de la cerveza negra.
 

Relato y fotografías @catypol - Circus day

Embutido de higo

Buscaba dentro del cajón mis ganas de juventud y no encontraba nada que me llevara a ella. En la biblioteca de casa, llena de libros del pasado, hallaba los conocimientos de otros y viajaba por su imaginación, pero tampoco la encontré. Lo sé, te preguntarás por qué buscaba algo que se supone se lleva dentro. La juventud no es un estado que empieza y termina de tal a tal año: es un estado sin número ni permanencia. “¡A lo que dé el cuerpo!”, exclaman unos; otros, resignados, ya no creen en esas milongas.

María me relataba cómo ella se hizo fuerte, cómo hay que seguir mirando hacia delante. Pero la juventud… a ratos se le veía en los ojos, en los gestos, en las palabras. Y esos ratos eran justo lo que yo buscaba.

—¿Cuál es tu comida preferida? —le preguntaba yo.
—¡Mmm! Un poco de pan, aceite de oliva del bueno y tres higos secos —me respondía ella.
—¿De verdad? —pregunté yo, asombrada.

Ella se reía. —¡Y sí! Puede que creas que debería decir otro alimento, pero ese es mi secreto. Es lo que me sienta bien, lo que me hace feliz cuando lo como. No es un elixir de la juventud, ni espero que me lleve a vivir muchísimos años… pero cada vez que lo como, me siento bien. Y eso, al fin y al cabo, también forma parte de la juventud, ¿no crees? —me dijo, dejándome con la boca abierta.






Dice María Zannia sobre los higos en Grecia, "desde la antigüedad los higos caseros se esparcían sobre las tejas de las casas y se secaban al sol para poder disfrutar de su sabor y sus propiedades durante todo el año"

Yo crecí entre cañizos llenos de higos, al final de verano, para que se secaran y poder disfrutar de ellos, como María en Grecia, todo el año. Creo que es una delicia que los mediterráneos disfrutamos no solo de hacer sino también de comer. Aquí los higos secos acompañan elaboraciones, o forman parte de ellas. Son los preferidos de mi madre y hubo un tiempo pasado que también míos.

Esta receta es parecida a la del pan de higo, lo que en lugar de ser alargado como un embutido es redondo como un pan.

· EMBUTIDO DE HIGO ·

Tiempo de elaboración: 15 minutos + 1 noche mínimo en frío
Ingredientes
  • 500 gramos de higos secos (sin harinas)
  • 80 gramos de almendras peladas, tostadas y picadas en trozos.
  • 1 cucharadita de sésamo
  • 1/2 cucharadita de canela
  • 1/2 cucharadita de nuez moscada
  • 1/2 cucharada de pimentón ahumado
  • 1/2 cucharada de pimentón picante
  • 1 pizca de clavo molido
  • 2 cucharadas Moscatel
  • Harina tamizada
En Thermomix.
  1. Primero corta a trocitos los higos secos a cuchillo (yo lo probé sin cortar y la Thermomix no los trituró, así que los corté en trocitos pequeños y no hubo problema). 
  2. Pon los trocitos en la Thermomix junto con las especias y el moscatel. 
  3. Tritura velocidad 10. 
  4. Saca y pon la masa en un cuenco.
  5. Añade las almendras picadas y el sésamo, y amasa.
  6. Echa la harina suficiente en una superficie limpia. 
  7. Coge una bola de masa para enrollarla sobre la fécula.
  8. Quita el exceso de fécula y ponla sobre film transparente.
  9. Haz un cilindro con la masa y envuelve con el film dándole forma de embutido.
  10. Retuerce los extremos del film, para cerrarlo, termina con un hilo en cada extremo para asegurar que no se abra. 
  11. Deja en el frigorífico mínimo toda la noche o hasta el momento de servir. 
  12. Es una delicia si se acompaña de queso curado de oveja o cabra o queso azul.




Relato, vídeo y fotografía @catypol - Circus day

Cinnamon rolls muffins

Clara era una bailarina apasionada, aunque con una curiosidad que a veces la metía en líos. Tenía un gato llamado Canela, que más que gato parecía detective, siempre observando todo con ojo crítico. Una tarde, Clara decidió ver Buscando a Nemo para relajarse después de un ensayo agotador. Pero Canela tenía otros planes. Cada vez que aparecía un pez en la pantalla, Canela saltaba hacia la tele, confundido. —¡Canela, deja eso! —le decía Clara—. Ya sabemos que tienes memoria de pez, pero no necesitas perseguirlos todos. El gato, sin embargo, olvidaba al instante y volvía a intentarlo una y otra vez, moviendo la cola con entusiasmo.



Me encantan los rolls de canela, pero no tengo tiempo de hacerlos, el tiempo del levado se me hace largo, así que para quitarme las ganas de comerlos en casa hacer unos muffins de canela es lo más que se le parecen, verdad, verdadera. Los dibujos de las cápsulas de los muffins los pinté yo 

· CINNAMON "ROLLS" MUFFINS ·

Ingredientes
  • 300 gramos de harina
  • 1 sobre de levadura en polvo
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 100 gramos de azúcar
  • 3 cucharadas de mantequilla derretida y enfriada
  • 1 huevo
  • 250 mililitros de leche
Cobertura y relleno
  • 200 gramos de azúcar moreno o panela
  • 3 cucharaditas de canela molida
  • 3 cucharaditas de mantequilla derretida
Glaseado
  • 60 gramos de queso en crema ablandado
  • 120 gramos de azúcar en polvo
  • 1 cucharada de leche
  • Pizca de vainilla
Elaboración
  1. Precalienta el horno a 200 ºC
  2. Prepara el molde para los muffins.
  3. En un cuenco grande tamiza los ingredientes secos. 
  4. En un cuenco aparte mezcla los ingredientes húmedos. 
  5. Haz un hueco en medio de los ingredientes secos y vierte los húmedos hasta que se mezclen bien.
  6. Mezcla todos los ingredientes de la cobertura y relleno.
  7. Incorpora la mitad de la mezcla de cobertura y relleno a la masa de muffins.
  8. Vierte la masa de muffins en cada molde. 
  9. Cúbrelos con el resto de cobertura y relleno.
  10. Hornea durante 12/15 minutos (o hasta que los muffins recuperen su forma original al presionarlos ligeramente).
  11. Retira del horno y deja enfriar. 
  12. Transfiere a una rejilla.
  13. Bate todos los ingredientes del glaseado y vierte sobre los muffins.



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Bizcocho de manzana

Entré en la habitación que, en otras épocas, había estado tan llena. El aparador de la abuela seguía junto a la puerta, la chimenea presidía la estancia y aquel viejo sofá, que tantas veces nos había acogido entre sus brazos, estaba ya desteñido y sin fuerza.

Acaricié el aparador que siempre me había gustado tanto. Abrí el primer cajón, y dentro seguía allí el reloj que le habíamos regalado a papá una Navidad. El reloj estaba parado a las diez, la hora en que todos debíamos estar en la cama y él se sentaba frente a la chimenea, leyendo su libro, hasta que el sueño lo vencía y sus ojos se cerraban.

Al lado del reloj estaba la bola sorpresa de mamá, aquella que habíamos conseguido en unos recreativos y que llevaba como premio un anillo dentro. Ella lo había lucido con orgullo; parecía un anillo de princesa, con un diamante grande y rosa. Se lo ponía después de cocinar para todos un bizcocho sencillo, el postre de la comida de Navidad. Mi padre y ella presidían la mesa, uno a cada lado: él con su reloj, ella con su anillo.

Al fondo del cajón había una caja metálica antigua, llena de fotos de cuando la casa hablaba, de cuando latían corazones dentro, de cuando su música eran las risas y los gritos por la llegada de Papá Noel. Abracé todo lo encontrado fuertemente contra mi pecho, que en esos momentos latía con fuerza. Sonreí, porque los buenos recuerdos hay que sonreírlos.




Yo soy muy de bizcochos, simples, aromáticos y fáciles, sobretodo fáciles,  crecí comiéndolos, así que éste no me decepcionó, su sabor suave y muy jugoso.

· BIZCOCHO DE MANZANA ·

Ingredientes
  • 1 manzana
  • 140 gramos de mantequilla, pomada
  • 280 gramos de azúcar moreno
  • 1 cucharada de esencia de vainilla
  • 4 huevos 
  • 125 gramos leche
  • 280 gramos de harina
  • 1 cucharadita de canela en polvo
  • 1 sobre de levadura en polvo
  • Una pizca de sal
  • Molde de 20 cm. de diámetro

Elaboración
  1. Precalienta el horno a 180 ºC
  2. Pela y corta a dados pequeños la manzana. 
  3. Pon en un cuenco y añade una cucharada de harina. 
  4. Mezcla y reserva.
  5. Pon la mantequilla en una batidora de varillas a velocidad media. 
  6. Pasados unos 2 minutos incorpora poco a poco el azúcar. 
  7. Añade al final la esencia de vainilla. 
  8. Sin parar la batidora, incorpora uno a uno los huevos. 
  9. Añade la leche y bate 10 segundos. 
  10. Para la batidora y vierte la harina, la levadura, la canela y la sal. 
  11. Bate velocidad media/alta unos 30 segundos. 
  12. Vierte la manzana a dados y mezcla con la espátula. 
  13. Echa la mezcla en el molde, previamente engrasado, dando unos pequeños golpecitos. 
  14. Allana la superficie con la espátula. 
  15. Coloca el molde sobre la rejilla del horno, no la bandeja.
  16. Hornea 30 minutos a 180 ºC y 10 minutos más a 16 ºC
  17. Saca fuera del horno y espera 5 minutos dentro del molde. 
  18. Desmolda sobre una rejilla hasta que se enfríe.


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Pomadas cupcakes

Felipe estaba sentado detrás de su mesa de escritorio, había pasado gran parte de la mañana resolviendo los pequeños problemas que surgieron mientras estaba de viaje, dejar al cargo a su secretaria Emma mientras tanto al parecer no fue una gran idea pero el abuelo le convenció para que lo hiciera y no podía negarse a él, Emma tampoco estaba convencida de ello, se lo explicó pero al final aceptó.

Menorca fue como esperaba, los proveedores le abrieron un mundo de posibilidades y había aprendido mucho sobre el nuevo producto, esperaba que el mercado también lo viera de esa manera o el tiempo invertido habría sido en vano, bueno, no del todo, conocer a Rosa le añadió un plus al viaje, le había gustado todo de ella y le había prometido visitarle temprano, eso le hizo sonreír.

Al levantar la cabeza del escritorio se percató que no había tocado la merienda que Emma tan cuidadosamente le había preparado para disculparse, de pronto tenía hambre y aunque hacía horas que había pasado la hora de merendar no le importaba comérselo enseguida. El que pareciera un cóctel le llamó la atención, Emma sabía que a esas horas no bebía alcohol, entonces, ¿qué era aquello?.

En ese momento entró su secretaria para ver si ya había acabado y lo encontró con el ceño fruncido mirando el cupcake como si quisiera amonestarlo, y no pudo evitar reír, cosa que molestó a Felipe que pasó de mirar ceñudo el plato a mirarla ceñudo a ella, ¿todavía estaría enfadado por la fiesta que hizo en casa cuando él no estaba?, ¿de verdad?, pensó que él lo entendería, solo eran unos pocos vecinos y el abuelo estaba también.

__Emma, se supone que debo pensar que me quieres enfermo haciendo que tome alcohol__le dijo prestando atención al plato otra vez. __¿Por que piensas eso?, __¿por la pomada?___le contestó ella, __¿el qué?__dijo él mirándola, __sí, la pomada, es menorquina__dijo ella, __¿pomada?__preguntó él, _-¡mmm! Felipe, ¿piensas que te intoxicaría con alcohol?, ¿de verdad?__contestó sonriendo, __a veces no hace falta irse lejos para descubrir algo nuevo, a veces "jefe" está todo más cerca de lo que crees y también sabe a triunfo, ¡es genial!.





La pomada es el típico gin-lemon menorquín, la ginebra que se hace en Menorca se llama Gin Xoriguer y se complementa muy bien con refresco de limón, una deliciosa bebida muy refrescante que he convertido en pequeños cupcakes. No te vas a emborrachar y podrás comértela entre horas como Felipe. ¿Te apetece?


· POMADAS CUPCAKES ·


12 Cápsulas de magdalenas de unos 4.5 cm. de diámetro
Gominolas de limón (decorar)
Sombrillitas (decorar)

Para las magdalenas
  • 2 huevos 
  • 150 gramos de azúcar
  • 5 cucharadas de Gin Xoriguer (ginebra)
  • Unas gotas de esencia de limón
  • 180 gramos de aceite 
  • Una pizca de sal
  • 200 gramos de harina 
  • 1 sobre de levadura en polvo
Para crema
  • 50 gramos de queso mascarpone
  • 90 gramos mantequilla pomada
  • 2 cucharada de Gin Xoriguer (ginebra)
  • 150 gramos de azúcar glasé

Elaboración
  1. Precalienta el horno a 180º C.
  2. Bate los huevos con el azúcar hasta que forme una crema blanquecina. 
  3. Seguidamente añade la ginebra y la esencia, después el aceite. 
  4. Bate. 
  5. Añade la pizca de sal. 
  6. Y mientras sigue batiendo ves añadiendo la harina tamizada con la levadura. 
  7. Bate hasta que la mezcle quede bien integrada. 
  8. Rellena las cápsulas de magdalenas y llévalas al horno. 
  9. Hornea 15 minutos o hasta que al pinchar con un palillo salga limpio. 
  10. Saca y deja enfriar.

Preparación de la crema
  1. Bate el queso, la mantequilla y la ginebra, poco a poco añade el azúcar, al estar bien mezclado ponlo
  2. en una manga para decorar. 
  3. Deja un poco en el frigorífico para que se enfríe la crema y quede más solida.

Decora las magdalenas con la crema y encima poner las sombrillitas con la gominola de limón.




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Mini bizcochos carpa

La culpa siempre es del mayordomo, así lo dicen en el mundillo de la novela negra pero yo me resisto a creerlo, ese hombre no podía haber matado ni a una mosca, mi abuela confiaba ciegamente en él y a mi no me quedaba otra que creerlo, no por ella, sino por el aspecto que tenía el sujeto.

Un hombre muy mayor no lo exculpa de haber envenenado a la sra. Reiko, pero su poca habilidad para recordar al personal de servicio así lo dicen, le temblaban las manos, no recordaba que había hecho al levantarse y aunque iba vestido impoluto llevaba los zapatos al revés. Mi abuela no podía despedirlo, el día que iba hacerlo él lo adivinó y se puso a llorar, no quería dejar de trabajar ¿qué haría él sin esa rutina?, y mi abuela decidió que podía seguir en casa.

Cuando invitamos a la sra. Reiko a tomar el té nunca pensamos que sería la última vez, habíamos preparado unos mini bizcochos y mi abuela se preparaba para pasar una hermosa tarde en compañía de su amiga. Todo iba bien, escuchábamos sus risas desde la sala y su parloteo absurdo hasta que de repente, la abuela chilló, eso no era buena señal.

Y allí estaba la sra. Reiko, tendida en el suelo, mi abuela desmayada en su silla y el mayordomo gritando __la culpa no ha sido mía, la culpa no ha sido mía__.




La idea viene de Japón, una mamá hizo estos “mini bizcochos carpa” y me encantó. Adoro a los Japan Koi por su significado y por su belleza. La leyenda dice que los peces que conseguían nadar río arriba hasta la cascada y remontarla se transformaban en dragones como recompensa al esfuerzo. Estos bizcochos no tienen mucho esfuerzo así que no nos convertirán en dragones pero nos sacarán una sonrisa.

· MINI BIZCOCHOS CARPA ·


Ingredientes
  • 3 huevos L
  • 1 yogur griego natural
  • 1/2 vasito (del yogur que he usado) de aceite de oliva
  • El zumo de 1 limón
  • La ralladura del limón
  • 3/4 del vasito de yogur de eritritol o 1 vasito de yogur de azúcar
  • 1 sobre de levadura en polvo
  • 2 vasos y medio de harina 

Elaboración
Precalienta el horno a 180º C.
Mezcla con batidora los huevos, el yogur, el aceite y el limón, o mezcla con varillas. 
Añade el resto de ingredientes y bate hasta tener una masa homogénea. 
Vierte la mezcla en los moldes "Koi". 
Hornea 25 minutos o hasta que la masa esté dorada. 
Decora con glasa y chocolate como se ve en las fotos o vídeo.



Relato, video y fotografías @catypol - Circus day.

Pantxineta

Se sentaba sobre mis rodillas y me contaba cómo había sido su día. Normalmente, había jugado con tal o cual niño o niña, y había comido su merienda favorita: hojaldre con crema pastelera. Yo le acariciaba el pelo mientras tanto y la miraba como si cada historia fuera una sorprendente aventura. Me reía con sus gestos; adoraba ese momento loco e infantil.

Así fue pasando el tiempo, entre sentarse sobre mis rodillas y descubrir nuevos sabores de la vida. Pero sus gestos seguían siendo míos, como si viera a un pequeño director de orquesta guiando a sus músicos. De vez en cuando, cuando bajaba la temperatura, nos tumbábamos en la hamaca a ver pasar las nubes: unas eran elefantes, corazones o algún castillo, y otras, cuando no tenían forma, simplemente nubes de algodón.

Siempre que nos acercábamos a la piscina, metía primero su piececito y lo sacaba riendo y chillando por lo fría que estaba el agua, hasta que, de pronto, se lanzaba en bomba para pasar ese mal trago y dejar de tiritar. Ya después, todo eran volteretas submarinas, intentando ver si, aunque solo fuera una piscina, aparecía el hada de las sirenas. Lucía le había dicho que existía, que ella la había visto… aunque ese verano no vino a visitarla.

Y, con la vuelta a la rutina, la felicidad no decaía. Eso es lo que me gusta de los niños: echaba de menos a sus amigos y volvía con ilusión a verlos. Yo echaría de menos que se sentara sobre mis rodillas y me contara sus aventuras.





La pantxineta tiene una historia bien documentada que se remonta a los años 30. Y es que, durante la Primera Guerra Mundial, muchos chefs, cocineros y sirvientes se refugiaron en España y, con los años, se quedaron a vivir en San Sebastián, trabajando en restaurantes y pastelerías como Casa Otaegui. Poco después estalló la Guerra Civil Española, lo que provocó la escasez de alimentos y la precariedad. Estas dos circunstancias fueron clave en la creación de la pantxineta. Y es que, tal y como explica María Otaegui: “la pantxineta nació realmente por necesidad. En la pastelería teníamos huevos y harina, y a partir de esos ingredientes, sumados a la influencia de los pasteleros internacionales, surgió la pantxineta”. El éxito fue inmediato. Hoy, más de 80 años después, en los fines de semana más concurridos, Casa Otaegui llega a vender más de 1.000 pantxinetas.__fuente Donostia San Sebastian blog.

· PANTXINETA ·


Ingredientes para 8 personas
  • 2 láminas de hojaldre
  • 150 gr de almendras
  • 1 yema de huevo
  • 3 cucharadas de azúcar glas
  • Para la crema pastelera:
  • 1 l de leche
  • 5 claras de huevo
  • 150 gr de azúcar
  • 70 gr de maizena
  • 10 gr de mantequilla
  • unos trozos de cáscara de limón
  • unos trozos de cáscara de naranja
  • 1 rama de canela
Precalentar el horno a 160º C.

La crema pastelera.
  1. Calienta la leche con unos trocitos de cáscara de naranja y de limón, una rama de canela y la mantequilla. 
  2. Reserva. 
  3. Coloca un poco de la leche infusionada en un bol. 
  4. Añade el azúcar y maizena. 
  5. Remueve bien con la varilla. 
  6. Incorpora la clara de huevo y sigue removiendo. 
  7. Vuelca la leche sobre el bol, mezcla bien y pasa todo a la cazuela. 
  8. Remueve enérgicamente y cuando empiece a hervir, cocínala a fuego suave hasta que coja consistencia. Deja que se enfríe en un bol. 
  9. El resultado es una crema pastelera que parece cortada en lugar de cremosa, pero tiene que ser así por el horneado.

Montaje.
  1. Pon una lámina de hojaldre sobre una bandeja de horno cubierta con papel de hornear. 
  2. Unta los bordes con la yema de huevo mezclada con un poco de agua. 
  3. Extiende la crema pastelera sobre el hojaldre. 
  4. Cubre con la otra lámina, cierra bien los bordes y pinta de nuevo la superficie con la yema. 
  5. Esparce las almendras laminadas sobre la tarta, espolvoréala con la mitad de azúcar glas y hornéala a 160 ºC durante 40 minutos. 
  6. Espolvoréala con el resto de azúcar glas. 
  7. Sirve la pantxineta templada.



Relato y fotografías @catypol - Circus day.

Tarta nido de abeja

Vivir en un edificio con patio de luces era lo que ahora llaman redes sociales, pero en vivo y en directo. Uso exclusivo de seguidores, sin invitación ni ná. Si les gusta lo que haces, te lo dicen; y si no, también. Te dan más o menos visibilidad según les da, sin necesidad de códigos ni etiquetas. Es tan chiquito el patio de luces que nos vemos como si estuviéramos frente a una pantalla, y eso, como pasa en las redes, te quita toda la privacidad.

La cosa es que la del segundo es el centro de operaciones: te pone al corriente de todo y de todos. La del quinto es la que le gusta todo de todos, da igual el qué, el cómo o el cuándo. La del primero no está nunca, por lo que es, por supuesto, la más criticada. La del ático nos informa de las ofertas del supermercado, la mercería e incluso la joyería de la plaza mayor. ¿Y los nuevos? Unos malasios que no nos entienden —ni creo que tengan mucho interés en hacerlo—. Los han dejado "en espera", a ver si se les acepta en la comunidad o no.

Como ha llegado el buen tiempo, han decidido organizar un evento con todos los vecinos y han escrito una notita, muy mona, que han dejado en los buzones. Ahora están haciendo sus cábalas: quién vendrá seguro, quién es probable y, por supuesto, quién no vendrá ni harto de vino. En ese saco han metido a la del primero. A los malasios los han dejado en interrogante; no es seguro que hayan entendido la notita, pero igual, por el dibujito, se han enterao un poco... y capaz que se presentan con una tarta. Así los incluyen, por fin, en el grupo.

La del quinto, seguro que va. La del segundo, también —que tiene que tomar nota y fotos para documentar después, no vaya a ser que algo se le escape—. La del ático, negociando con el supermercado a ver si nos hace un buen precio por las bebidas, porque, ¡oiga! somos mogollón, hace calor y vamos a consumir mucho, mucho, mucho. Así que... hazme una rebajita, guapi.

”Tarta

”Honeycomb

La tarta nido de abeja es originaria de Malasia (kek sarang semut), aunque tiene una "hermana" vietnamita (Bánh Bò), que se diferencia por su sabor, mientras la primera tiene sabor a caramelo, la segunda sabe a coco. Su nombre viene dado por los agujeros del interior de la tarta como si fuera una colmena (foto de abajo). 

Es una tarta deliciosa, jugosa y sorprendente, no podrás parar de comerla. Y si tienes un evento de la comunidad, llévala, que seguro te dan muchos corazones.

· TARTA NIDO DE ABEJA ·

Ingredientes
  • 100 gramos de mantequilla sin sal
  • 180 gramos de leche condensada
  • 240 ml. agua
  • 150 gramos de panela
  • 4 huevos
  • 130 gramos de harina
  • 10 gramos de bicarbonato de sodio
  • Molde de 20 cm. redondo o 18x18 cm. cuadrado
Precalienta el horno a 180 ª C.

Elaboración
  1. Añade la mantequilla, leche condensada, agua y panela en una cazo. 
  2. Pon el cazo a fuego alto y sin dejar de remover hasta que la mantequilla se haya derretido y la panela se haya disuelto. 
  3. Quita el cazo del fuego y deja enfriar. 
  4. No cocines la mezcla durante mucho tiempo, el líquido no debe evaporarse, lo que puede afectar la textura de la tarta.
  5. Bate los huevos en un bol. 
  6. Añade 1/3 de la mezcla anterior en los huevos batidos. 
  7. Tamiza la harina en el bol, bate bien hasta incorporar toda la harina y que no queden grumos. 
  8. Vierte lentamente el resto de la mezcla mientras bates simultáneamente la masa. 
  9. Bate hasta que todos los ingredientes estén bien incorporados. 
  10. Deja la masa en reposo durante 15 minutos. 
  11. Prepara el molde con papel de hornear.
  12. Después de 15 minutos de reposo, tamiza el bicarbonato de sodio en la masa y mezcla bien. 
  13. Vierte la mezcla por un tamiz y en el molde.
  14. Pon el molde en el cuarto estante del horno.
  15. Hornea 180 ºC durante 20 minutos. 
  16. La tarta se volverá de un color marrón oscuro, reduce el calor a 160 ºC y hornea otros 20 o 25 minutos. Comprueba que al hacer la prueba del palillo sale limpio. 
  17. Saca y enfría.

Notas: La panela se puede sustituir por azúcar moreno. Se puede usar batidora pero a la velocidad más baja. A veces pasa que no se forman los agujeros del nido de abeja, y sale un pastel muy denso, puede ser debido a la temperatura del horno demasiado elevada o demasiado baja.


”Collage


[English recipe]

· HONEYCOMB CAKE ·

Ingredients
100 grams unsalted butter
180 grams condensed milk
240 ml. Water
150 grams of panela
4 eggs
130 grams of flour
10 grams of sodium bicarbonate

Mold of 20 cm. round or 18x18 cm. square

Method
Add the butter, condensed milk, water and panela in a saucepan. Put the saucepan over high heat and continue stirring until the butter has melted and the pan has dissolved. Remove the saucepan from the heat and let it cool. Do not cook the mixture for a long time, we do not want all the liquid to evaporate, which can affect the texture of the cake.

Beat the eggs in a bowl. Add 1/3 of the above mixture to beaten eggs. Sieve the flour into the bowl, beat well to incorporate all the flour and no lumps. Slowly pour the rest of the mixture while simultaneously baking the dough. Beat until all ingredients are well incorporated. Leave the dough to rest for 15 minutes.

Preheat the oven to 180 ° C. And prepare the pan with baking paper.

After 15 minutes of rest, sieve the baking soda in the dough and mix well. Pour the mixture through a sieve and into the mold.

Put the mold in the fourth rack of the oven, bake 180º C for 20 minutes. The cake will turn a dark brown color, reduce the heat to 160º C and bake another 20 or 25 minutes. Check that the tester is clean. Remove and cool.

Notes: The panela can be substituted for brown sugar. Blender can be used but at the lowest speed. Sometimes it happens that the honeycomb holes are not formed, and a very dense cake comes out, it can be due to the oven temperature too high or too low.

”Honeycomb

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