Foodie, diseñadora gráfica, cuentacuentos y aficionada a la fotografía es un resumen de lo que encontrarás aquí, un circo lleno de recetas, historias y espectáculo. Señoras y señores, mesdames et messieurs, ladies and gentlemen, bienvenidos a Circus day, espero que te guste el show.
Hi, I'm Caty and I lead this circus.
Foodie, graphic designer, storyteller and photography amateur is a summary of what you will find here, a circus full of recipes, stories and spectacle. Señoras y señores, mesdames et messieurs, ladies and gentlemen, welcome to Circus day, I hope you like the show.
María Antonia Josefa Juana Huerta del Rey es, además de una adolescente, una chica del montón... pero no del montón normal, sino del montón de la parte de arriba, pues vive en el ático del edificio de la plaza Viuda Capeto. Guapa y con la lengua afilada, provoca que todo el bloque de pisos hable mal de ella. Bueno, lo hacen... pero ella tampoco se calla con los vecinos. Y eso trae de cabeza a sus padres. Una noche, casi, casi de cabeza en el calabozo, porque María Antonia juraba y perjuraba que el vulgo le había robado mientras subía por la escalera hacia casa, y los del edificio casi la decapitan.
¡En fin! La historia, que no es otra que la de una niña malcriada y llena de orgullo y satisfacción, no hace más que empeorar... a favor de la susodicha. Que si es una excéntrica, que si come dulces y pasteles a todas horas, que si toma té con tanto azúcar que da dolor de muelas, que si lleva joyas que claramente no puede costear —¿a ver a quién se las ha robado?, se preguntan todos—, que si esto, que si aquello...
Creo que esta historia va a acabar muy mal. Pero mientras tanto, disfrutemos de la receta de su té.
Conocido como té de algodón de azúcar, el té de María Antonieta no es más que té caliente vertido sobre algodón de azúcar colocado en una taza de té. Acurrucado en lo alto como los peinados ostentosos de “Madame Deficit” cuanto más desbaratado esté el algodón en la taza, más caprichoso será el efecto.
Puedes comprar algodón de azúcar o hacerlo en casa si tienes máquina de algodón de azúcar.
· TÉ DE ALGODÓN DE AZÚCAR ·
Ingredientes
Té (preferiblemente un té con sabor fuerte pues el azúcar lo endulza mucho)
Algodón de azúcar de colores diferentes
Las mejores tazas de té que tengas en casa
Elaboración
Coloca el algodón de azúcar en la taza de una manera "alocada" como los peinados de María Antonieta.
En lo alto de una montaña cubierta de niebla, se alzaba una casita solitaria con tejado de madera musgosa y ventanas siempre empañadas. No había caminos marcados para llegar hasta allí, salvo un sendero escondido entre pinos viejos y susurros del bosque. Los lugareños decían que en esa casa vivía un espíritu antiguo. Otros, que era solo un viejo eremita que servía café. Pero la verdad era otra.
Dentro de la casita, había un pequeño café: tres mesas, una estufa de hierro y una repisa repleta de tazas desiguales. Detrás del mostrador, el dueño, un Gumiho de ojos grises y voz suave, preparaba café con una delicadeza que rozaba lo ritual. Aquel espíritu zorro de nueve colas había renunciado a devorar almas humanas hacía siglos. Ahora solo recolectaba historias a cambio de una taza de café.
Un día, subió hasta la casita una niña de trenzas oscuras. No parecía perdida, ni asustada. Traía en brazos una marioneta de madera, tan gastada que apenas mantenía sus hilos unidos. Se sentó sin hablar, y el Gumiho le sirvió una taza.__¿Qué historia traes?__preguntó él.
La niña señaló el pozo del fondo del jardín, visible desde la ventana. No era un pozo cualquiera, su brocal estaba tallado con símbolos antiguos, y un viento helado salía de su interior, incluso en verano. __Mi madre tiró mi voz ahí__dijo la niña finalmente, con una voz que parecía prestada, como un eco traído desde otro lugar. El Gumiho la observó con cuidado. No era raro que las personas vinieran a él con dolores que no podían explicar. Pero lo de la niña era distinto.
__¿Y qué quieres que haga?.
__Quiero que me enseñes a hacer café__respondió. __Dicen que el tuyo trae los recuerdos de vuelta.
Durante días, la niña aprendió. Aprendió a moler los granos con ritmo lento, a medir el agua como si fuera un conjuro, y a esperar el momento exacto en que el aroma del café abría puertas invisibles. Una noche, bajo la luna llena, preparó sola su primera taza. La dejó sobre el brocal del pozo, junto a su marioneta. El vapor subió, formando figuras que danzaban como recuerdos. Y entonces, desde el fondo, una voz, su voz, subió con el humo. El Gumiho la observó sin intervenir. Solo sonrió, como lo hace quien guarda secretos y sabe que algunas heridas se curan con historias, otras con café y otras dejando ir una marioneta al fondo de un pozo.
No sé mucho sobre Corea del Sur, tampoco de sus leyendas pero lo que sí sé de ellos es que les gusta mucho el café y como no podía ser de otra forma este café que se hizo muy famoso en las redes sociales es cosa suya. ¿Lo has probado?.
· CAFÉ DALGONA ·
2 cucharadas de café soluble
2 cucharadas de azúcar
2 cucharadas de agua caliente
Leche o bebida vegetal
Hielo (opcional)
Café Dalgona.
En un recipiente, vierte el café soluble con el azúcar y el agua caliente (es muy importante que el café sea soluble y el agua esté caliente o templada para conseguir el resultado deseado).
Bate esta mezcla con unas varillas eléctricas (con las eléctricas conseguirás la espuma de café más rápido).
En un vaso, llena 3/4 partes de leche o bebida vegetal.
Si te gusta con hielo este es el momento de añadirlo.
Por último, con una cuchara, coloca la espuma de café Dalgona cuidadosamente sobre la leche y listo para saborearlo.
Aquí estamos, como en otros años deseándonos felicidad, salud y el cumplimiento riguroso de nuestros deseos. Sí, forma parte de un ritual al que nos unimos así como la Tierra gira. Son las tres de la tarde en Mallorca y Australia ya está en el año nuevo y durante la madrugada mallorquina llegará el nuevo año al continente americano.
No voy a repasar este año que dejamos pues ha habido un poco de todo en mi vida, gente que me enseñó con su sabiduría, gente que volví a ver después de 30 años, amigos nuevos, amigos de siempre que siguen y seguirán. Familia, ¡ay, la familia! [suspiro].
Seguiré pidiendo lo mismo, salud, sobretodo y para todos, sin ella, todo lo demás no vale. Felicidad, también, de la manera que sea. Y espectáculo, llena tu vida de espectáculo para seguir con el show. Señoras y señores; ¡Brindo por ustedes!.
¡FELIZ AÑO NUEVO! - ¡HAPPY NEW YEAR!
· CÓCTEL FIN DE AÑO ·
Ingredientes
30 mililitros de de vodka
60 mililitros de de zumo de frambuesa
30 mililitros de de cava o champán
Elaboración
Agita el vodka con el zumo y el hielo.
Sirve en un vaso de largo de cava y termina con cava.
Beber los vientos por ti ¡qué contrariedad! pero a mis pocos años de vida puedo hacerlo, tengo el don de ver aquello que los adultos no ven, hacer aquello que los adultos no hacen y quedar bien delante de ellos. Aún soy libre, no tengo miedo ni complejos ni inseguridades, vivo riendo o llorando, y mi vida avanza pasito a pasito.
La otra noche me bajé la luna, sí, sí, la luna, sabía a frambuesa, y me iluminaba la habitación mientras dormía, quedamos que otro día volvería a bajarla pues a ella le gustó mi cama, la respiración de mi sueño y ver desde abajo lo que tan cansadamente ve desde arriba cada noche.
El otro día intenté bajarme el sol, pero él no quiso venir, decía que me quemaría y prefería mantenerse arriba, entonces le ofrecí un refresco de naranja y aceptó, fuimos a la playa y me dejó volar con él encima del agua, acariciarla y ver a los peces nadar velozmente buscando la sombra del coral.
Cuando quise llenar mi vida de estrellas, estas se rebelaron, dicen que cuando un ángel pierde sus alas una estrella del firmamento se apaga y no quieren apagarse, luchan por seguir brillando, así que decidí no insistir por ser lo más bonito que ilumina el cielo cuando la luna está escondida, y en vez de contar ovejas, para dormir, las cuento a ellas.
A veces es difícil decir que no a los niños para que no tomen refrescos comerciales, lo mejor es agua, pero no siempre quieren, la realidad es esa, van a una fiesta, o alguien les invita y piden un refresco, bueno, no es un drama pero mejor no beber este tipo de bebidas. Otra opción es hacer refrescos con sifón con cargas de CO2, ese sifón que Ferrán Adrià puso tan de moda y que ahora muchas personas ya tenemos en casa.
Y otra opción, más fácil, en la que incluso pueden colaborar los niños, es hacerlo en casa, con fruta y agua con gas.
Nota: He usado agua de coco para el de frambuesa para darle más sabor. Le he puesto una cucharadita pequeña de Ágave por si te gusta el dulce, a mi me gusta sin azúcar así que al de naranja no le he puesto.
· REFRESCOS DE FRUTA FRESCA ·
Ingredientes
1 litro de agua con gas
2 naranjas de zumo
125 mililitros de agua de coco
90 gramos de frambuesas
1 cucharadita de Agave (opcional)
Hielo
Hierbabuena (Para decorar)
Piel de limón (Para decorar)
Naranja sanguina (Para decorar)
Limón (Para decorar)
Margaritas (Para decorar)
Elaboración
Haz zumo con las 3 naranjas.
Reserva.
En una batidora, pon las frambuesas, el agua de coco y el Ágave.
Tritura.
En cuatro vasos, cuela y reparte el zumo de naranja, añade el agua con gas, hielo, y decora con rodajas de limón y hierbabuena.
Sirve.
En cuatro vasos, cuela y reparte el zumo de la frambuesa, añade el agua con gas, hielo y decora con rodajas de naranja sanguina y hierbabuena.
Sirve.
Relato, fotografía y receta @catypol - Circus day.
Trabajar en la heladería del pueblo en verano no era cosa fácil, no por ser verano ni por la venta de helados sino por el grupo de señoras que se instalaba cada mañana en mesa central del establecimiento a tejer y a contarse sus cosas, no me podía creer que cada día tuvieran tema de conversación.
Al principio me caían bien, solían pedirme helado, café, té, y me preguntaban con simpatía sobre tal o cuál persona, pero a medida que los día iban pasando querían profundizar más, y yo, la verdad no he sido nunca buena comunicadora así que mis desaires eran muy notorios. Al final pedía a mi compañero que las sirviera él, era más agradable y eso a ellas les gustaba.
Menos el día que él libraba y ese día, me tocaba a mi servirlas, ¡Santa Paciencia!. __Chiquilla, ¿ya tienes quién te lleve al baile del pueblo?__me preguntaban, __sí, señoras, así es, tengo novio. ¡Uff! gran error, les di demasiada información. __Ah ¿siiii?, y ¿quién es?__poniendo cara de atención. Intentaba zafarme y pasar de sus preguntas pero cada vez era más difícil sin llegar a ser grosera, ellas sabían todo, todo, todo, lo que pasaba en el pueblo.
El día que la heladería tuvo que cerrar por un problema de tuberías tuve ese día de descanso, así que mi alegría fue salir al porche de casa para leer toda la mañana, y bien a gusto estaba hasta que se me ocurrió mirar hacía la casa de los vecinos, y sí, ahí estaban ellas, en el porche con sus tejidos y parloteo, __hola chiquilla__me saludaron con efusividad. Me levanté de un salto de la silla y las salude con prisa, entré en casa y me atrincheré en la cocina, el lugar más alejado de ellas, mientras escuchaba cómo se reían a carcajada limpia, ahora sabía que no me libraría de ellas.
Aclamado como el café más "instagrameado" hasta ahora lo pusieron de moda en África, Canada, Japón y Australia. Es simplemente un mix con un cono de helado, una capa de chocolate negro que hace que el café no ablande la galleta y en su interior, café, así de simple y rico, no necesitas añadirle azúcar.
· CAFÉ EN CONO ·
Ingredientes
150 gramos de chocolate para fundir
4 conos (para helado)
Café expresso
Leche (opcional)
Elaboración
Funde el chocolate en el microondas durante 2 minutos o hasta que esté disuelto, con cuidado no se queme.
Con una cucharilla esparce el chocolate dentro de los conos.
Deja los conos dentro el frigorífico unos 5 minutos.
Repite la operación una vez más.
Tiene que ser lo suficientemente gruesa como para no derretirse a la primera que le echemos el café.
Prepara un buen café expresso para 4 y sirve dentro de los conos.
Nota: no te hace falta azúcar, entre la galleta de los conos y el chocolate le dan el dulzor que necesitas.
Nací en la calle General Echagüe, junto a la Parte Vieja donostiarra, pero lo cierto es que casi nunca parábamos en casa. Mis padres eran propietarios del Bodegón Alejandro, toda una institución popular en nuestra ciudad. Allí hacíamos la vida.
A mi padre, carnicero de profesión, lo conocía todo el mundo. Amaba con pasión las cosas de nuestra tierra y sabía rodearse de gente de su estilo. Pero no le gustaba la cocina, siempre estaba en el comedor, como si fuera un cliente privilegiado. Mi madre, Gabriela, andaba siempre trasegando de la cocina al comedor, atendiendo a la clientela y cuidando de nosotros.
Mi madre y mi tía María, que eran quienes gobernaban realmente la nave, intentaban quitarme las ganas de ser cocinero, decían que era una profesión muy dura, que había cosas mejores en la vida, que cualquier otro oficio me haría más feliz. Pero a cabezota no me gana nadie, así que un día me dijeron que si quería guisar comenzara a trabajar a las ocho de la mañana como todo el mundo y sin parar hasta medianoche. Y así ha sido hasta hoy. __Martín Berasategui para JotDown.
Y sí, esta es mi receta elegida del chef Martín Berasategui con la que participo en el reto Cooking the chef, una receta fácil, deliciosa y apropiada para estos días que vendrán de calor intenso, además servida en copas de cóctel la hace más cool, podrás brindar por esas noches de verano.
· GARROTÍN DE TOMATE Y VODKA ·
El garrotín de tomate:
500 gramos de tomate
22 gramos de kétchup
25 gramos de concentrado de tomate
120 gramos de hielo pile
45 gramos de aceite de oliva
20 gramos de aceite de albahaca
Hojas de albahaca
Sal y pimienta
25 gramos de vinagre de sidra
El aceite de albahaca:
3 dientes de ajo
Pimienta negra en grano
Hojas de albahaca
Aceite de oliva virgen
El granizado de vodka:
500 gramos de agua
50 gramos de azúcar
70 gramos de vodka
1 hoja de gelatina o 1 sobre gelatina de 6 gramos.
El aceite de albahaca:
Introduce todos los ingredientes en un bote de cristal, cubre con el aceite y deja macerar un mínimo de 15 días en algún lugar que no esté expuesto a la luz.
El granizado de vodka:
Calienta el agua con el azúcar, sin que hierva, y agrégale la gelatina previamente hidratada.
Agrega el vodka, mezcla bien y coloca en un recipiente.
Congela y a la hora de servir raspa con un tenedor para hacer el granizado.
El garrotín de tomate:
Corta los tomates en trozos con piel y pepitas.
Introduce dentro de un vaso de batidora y agrégale el kétchup, el tomate concentrado y el vinagre de sidra.
Mezcla durante 1-2 minutos y filtra por un colador fino.
Salpimienta y coloca de nuevo en el vaso junto al hielo pile y los dos tipos de aceite.
Tritura 1-2 minutos más y vierte en las copas para servir.
Servir en copas, coloca una buena cucharada del granizado por encima y unas hojas de albahaca frescas para decorar.
Notas:
Martín recomienda conservar el aceite de albahaca dentro de la nevera.
La gelatina en el granizado hace que aguante más tiempo sin que se convierta en agua.
La condesa vino de su viaje a Lima con alegría de cuerpo renovado, unas fiebres hicieron que su estancia allí no fuera del todo feliz, así que cuando los indígenas se mostraron de acuerdo en recibirla ella pensó que era lo último que vería en su vida, pero no solo la curaron además le regalaron el preciado producto que obró tal milagro y ella pensando en su país lo trajo para intentar que más gente se beneficiara.
Mientras aquí, en la isla mayor, había zonas en donde "las fiebres" se propagaban con más facilidad por lo que el producto fue bien recibido. Para solucionar el problema de su amargor los isleños decidieron mezclarlo con azúcares de uva, higo y algarroba y lo volvieron oscuro.
Pero duraba poco, fermentaba rápido, así que era mucho trabajo para tan poca vida, por lo que terminaron añadiéndole alcohol y dando a la isla el nacimiento de un licor muy estimado, tanto que tiene denominación geográfica y que a los mallorquines nos gusta tomarlo como aperitivo, o nos gustaba, ya que durante un periodo de tiempo dejó paso a otras bebidas pero que hoy en día volvemos a recuperar y son cada vez más los establecimientos que lo ofrecen para deleite de muchos.
Así que cuando Cristina me invitó al evento HEMC#68 que ésta vez trata sobre bebidas, no lo dudé aquí el "combinado" mallorquín, que se puede tomar solo, con hielo o con sifón, me gusta participar en este evento siempre que puedo, y este mes reza así: Agita, mezcla!!
· PALO AMB SIFÓ ·
Ingredientes
Licor de palo
Sifón
*A mi me gusta con hielo.
Elaboración
En un vaso mezcla el licor de palo con el sifón.
¿Cantidad? pues depende si te gusta muy fuerte o más suave.
Cada vez que llegaba Halloween, mis niños se volvían loquitos. El mayor no tanto: la adolescencia nos había llegado este año y estaba un poco pasota. Pero si quería asistir al concierto de Slipknot, debía acompañar a sus hermanos al paseo-recoge-chuches. ¡Es lo que hay!
Mi amor de madre no podía con tanto. Iban los tres tan bien vestidos que daban ganas de hacerles un reportaje fotográfico… y casi lo hago, si no fuera porque el mayor se estaba impacientando y la niña quería salir corriendo para enseñarle a sus amigas que, este año, la había dejado disfrazarse de novia cadáver. Me costó asimilarlo, no por lo de "cadáver" —que bueno, vale, está bien—, sino por lo de "novia". ¡Es que ella no está en edad todavía! Y ya anda buscando novio como loca. ¡Es lo que hay!
Mi bebé todavía me dejaba ponerle lo que yo quisiera, así que lo vestí de calabacita. ¡Ains! Mi hijo e hija mayores no pudieron evitar poner cara de asquito cuando lo vieron.
—¡Mamá! ¿De verdad? —me dijo mi hija, avergonzada.
—¡Mamá! ¿Tengo que salir con él? —mi hijo se lo estaba pensando.
—Jeje, ¡siiiií! ¡Pero si va moníiisimo! —exclamé yo, feliz, mientras mi bebé caminaba decidido hacia la puerta.
Y ahí van los tres, con sus bolsitas recoge-chuches, listos para el truco o trato. Esperaré a que sean más grandes para enseñarles a convertirse en murciélagos. Mientras tanto, me tomaré un chupito de sangre a su salud.
¡Feliz Halloween!
Esta es un receta tan fácil que más que receta diría yo que es casi todo packaging.
Mira si es fácil que solo tienes que comprar los zumos que más te gusten, con algún refresco o agua con gas, hacer la mezcla y rellenar estas bolsitas para "sangre".
Refrigerar y servir cuando vengan los monstruitos, vampiros o seres de ultratumba.
Si quieres que sea para adultos siempre puedes añadir un poco de alcohol que más te guste.
¡Mira el vídeo!
Las bolsitas para sangre las encuentras en Internet fácil, pon en el buscador bolsitas para sangre de Halloween y podrás elegir.
Relato, receta, fotografías y vídeo @catypol - Circus day.
Estaba doña Asunta sentada en el primer banco de la iglesia, con abanico en mano y tapada hasta las orejas, aunque estábamos en pleno verano y a mediodía, cuando el calor apretaba más. Pero ella ni lo notaba. Blanca como las velas que donan los feligreses para dar gracias, destacaba no solo por eso, sino también por su atuendo. Lo del atuendo, si desconcertó a alguien, nadie lo comentó.
Don Laureano —que así se llama el párroco— la miraba de hito en hito mientras recitaba el sermón. Debía estar pensando lo mismo que todos: como nos descuidemos, doña Asunta se nos cae redonda de lo blanca que está. Al finalizar la misa, don Laureano se dirigió a toda prisa hacia ella, se sentó a su lado, le agarró la mano y le preguntó si se encontraba bien. Ella, algo desorientada por la pregunta, respondió que sí, y que por qué lo preguntaba. Eso, a su vez, desorientó al párroco.
—Doña Asunta, está usted muy pálida… casi tan blanca como la Virgen María colgada en el altar —le dijo. —¡Ah! Eso es por las tres gotas de agua bendita —especificó ella, dejando a don Laureano aún más confundido. —¿Tres gotas de agua bendita? —preguntó.
Los feligreses que estábamos sentados cerca los observábamos sin respirar, para no perdernos ni una palabra.
—Sí, padre, sí. Tres gotas de agua bendita —repitió—. Me he tomado un zumo de sangría que tiene mi hija en el frigorífico, y le he añadido tres gotitas. Y me he venío pa’ la misa —explicó—. Se ve que añadirle agua bendita al zumo no es lo suyo… y lo he desestructurado —suspiró.
—Deconstruido —corrigió el párroco.
—¿De qué?.
—¡Da igual! ¿Sabe usted qué es la sangría?.
Esta vez suspiró él.
—Siiii, zumo de color rojo sangre, como lo que toma usted aquí. Está bueno el jodío… pero el agua no debí ponérsela. Así de blanca me he quedado —rió ella por lo bajini.
—¡Mmm! Mejor la acompaño a casa a dormir la mona. Seguro que su hija lo entenderá. Por ahora, no le daré más agua bendita, y deje de tomar zumo de sangría cuando tenga que venir a misa. O mejor aún: no tome zumo de sangría en absoluto. Nos gusta verla con su color natural… la hace más joven y más bonita —sentenció.
Los ojos de doña Asunta brillaron, y asintió. Y así la vimos salir de la iglesia, agarrada al brazo de don Laureano, blanca como la nieve y vestida como para disfrutarla.
José Antonio está de aniversario, 3 años cumple su blog, él es un gaditano muy majo que vive en Mallorca. Y como es un habitual de nuestras cenas blogueras, y nos encanta, voy a celebrar su cumpleblog, y yo para anunciarlo como es debido he elegido una de sus recetas y la he elaborado en casa, y aunque tienes muchísimas y riquísimas recetas en su blog (verdad, verdadera), pero me he decidido por esta, primero porque no tengo ninguna receta de este cóctel y me gusta mucho, segundo tampoco tengo muchas recetas de bebidas en mi blog y José Antonio tiene un montón. Y tercero porque estamos en verano y apetece mucho, es muy muy española y sabe de maravilla, así que esta es mi versión de su receta.
¡chinchín! 🥂 🎉 🥳 José Antonio, que con pan y postre cumpla muchos años más.
La sangría se ha convertido desde hace muchos años en la bebida refrescante más típica e internacional del verano y aunque este cóctel veraniego es ya conocido en todo el mundo y se bebe durante todo el año, la sangría tiene su origen en España por lo que legalmente la sangría es ibérica, y así lo formalizó el Parlamento Europeo en 2004 cuando estableció el uso de la denominación de origen “sangría” exclusivamente a aquella producida en España y Portugal, aunque la historia diga que la inventaron los ingleses.
· SANGRÍA ·
Ingredientes para 2 personas
50 gramos de azúcar (70 mililitros de agua)
1 botella de vino tinto
1 chupito de moscatel
1 naranja en rodajas finas
1 limón en rodajas finas
2 melocotones en trocitos
1 manzana en trocitos
1 melón en trocitos
1 palito de canela
330 mililitros de refresco de naranja
Hielo
Elaboración
Disuelve el azúcar en 70 ml de agua caliente para formar un almíbar y lo que facilitará su disolución en el vino. Deja enfriar. En un recipiente amplio o un bol grande, pon el vino, el moscatel y el almíbar.
Lava las frutas y córtalas en trozos pequeños, lo que facilitará su posterior maceración. Echa todos los pedazos de fruta al bol con el vino y un palito de canela, dejando que repose entre dos y tres horas para su maceración.
Una vez haya macerado, se vuelca a una jarra de cristal y se sirve la sangría acompañada de hielo. Añade el refresco de naranja, aunque conviene añadirlo en el momento de servir para que conserven su gas y no al principio porque ralentiza la maceración.
Notas:
Usa un buen vino, no hace falta que se carísimo o reserva, sino bueno, que te guste.
La maceración es importante para que se impregne bien el vino y la fruta.
Mejor la maceración en el frigorífico, así se enfriará más rápido y el hielo tardará en derretirse.
Sobre las frutas, totalmente adaptable a las que más te gusten.
Puedes sustituir el moscatel por otro licor dulce, Cointreau, Licor 43, hierbas dulces o vermut dulce.
Puedes sustituir la naranjada por limonada o gaseosa.
Suele servirse con una cuchara de madera (en la jarra) para evitar que caiga la fruta en el vaso.
El pirata Fortunato no tenía suerte. Tenía un dolor de muelas tan fuerte que hablaba con acento raro. Una mañana, su barca agujereada empezó a hacer blup blup blup, y antes de que pudiera decir “¡socorro!”, ya estaba flotando con media pierna dentro del agua. Logró llegar a una isla desierta. Mientras maldecía su destino y buscaba algo masticable que no fuera arena, escuchó un ruidito. Splotch… splotch… En medio de la playa, brillando bajo el sol como un tesoro gomoso, había un cuenco de gelatina. Y al lado, con los ojos brillando de emoción, estaba un pequeño dragón verde, adorable, de escamas suaves y mirada soñadora.
__¿Es tuya?__preguntó Fortunato señalando la gelatina. El dragón negó con la cabeza y se acercó dando pasitos tímidos. Sacó la lengua. Tocó la gelatina. La gelatina tembló. El dragón tembló más. ¡Iba a comérsela!. Pero justo entonces, un pulpo enorme salió del agua, lento, silencioso… y se metió directamente en la barca de Fortunato.__¡Eh! ¡Esa es mi barca, cefalópodo entrometido!__gritó Fortunato, olvidando por un segundo su muela.
El pulpo, sin decir nada, se enroscó cuidadosamente alrededor del casco y tapó el agujero con su cuerpo viscoso. Luego se quedó ahí, como si nada, flotando tranquilamente, como si fuera su trabajo. Fortunato, y el dragón lo miraron confundidos. El dragón se acercó a la gelatina, pero tropezó y cayó de boca. PLAF.
Gelatina por todas partes. En su cara, en la arena, en las alas. Y entonces, por primera vez... el dragón echó una mini chispa. ¡POP! __¡Funcionó!__gritó Fortunato, aunque se llevó la mano a la muela enseguida.
El dragón sonrió, cubierto de gelatina. Y así zarparon: el pirata dolorido, el dragón emocionado y el pulpo convertido en tapón oficial. El mar estaba en calma, la gelatina sabía a frambuesa, y Fortunato, con la boca hinchada, pensaba: “No es el mejor día... pero al menos no estoy solo.”
Había una vez un barquito chiquitito... Un barquito, el mar, color, sabor, una fiesta, una reunión, un lugar, todo cabe en este mes de agosto, para los watermelon jello shotsusé vodka pero para estos barquitos no, estos son más divertidos pero para niños, con unas naranjas exprimidas. Tómate el zumo, limpia las cáscaras y haz la gelatina que más te guste. Rellena las cáscaras de gelatina y déjalas en el frigorífico. Una vez frías y cuajadas córtalas con un cuchillo bien afilado en cuñas y ponles unas velas de verano o de piratas o de pulpos o de dragones, las que te pidan los niños, es divertido y a ellos les gusta mucho.
Lauren vive a tres casas de la mía. La conocí un día que salía a tirar la basura y ella regaba sus cactus con una regadera en forma de flamenco. Me saludó con una sonrisa torcida y un “hola” que parecía salido de una película indie. Desde entonces, nos saludamos con una familiaridad extraña, como si nos conociéramos de antes.
Hace dos semanas me confesó que quería ser bartender. Lo dijo así, sin rodeos, mientras me ofrecía una rodaja de sandía helada.
—Quiero ser bartender. De verdad. Mezclar cosas, inventar cócteles, hacer trucos con las botellas. ¿Me prestas tu licuadora? —preguntó, como si eso fuera parte del trato.
Me reí y le dije que sí, y que si necesitaba un conejillo de Indias para sus experimentos etílicos, yo me ofrecía voluntaria. Alguien tenía que sufrir los errores para que otros disfrutaran los aciertos. Esa misma noche llegó a mi casa con una sandía entera, una botella de vodka y un entusiasmo que daba miedo.
—Hoy probamos “La Sandía Cósmica” —anunció, como si presentara un nuevo planeta.
Cortó la sandía, vació parte de su pulpa en la licuadora, añadió un chorro generoso de vodka —muy generoso— y hielo. Lo sirvió en copas de vino porque “no tengo vasos de cóctel todavía”. El resultado era rosa, espeso y peligrosamente delicioso.
—¿Y? —preguntó, observándome como un químico que espera que su fórmula no explote.
—Es como verano en la boca, pero con intenciones oscuras —respondí, ya medio mareada tras el segundo trago.
Desde entonces, cada viernes es “noche de prueba”. Ya hemos pasado por combinaciones con pepino, jengibre e incluso un experimento fallido con pimiento rojo que juramos olvidar. Lauren apunta todo en una libreta azul con dibujos de cócteles. Dice que un día abrirá su propio bar y que habrá un cóctel en el menú llamado “El Conejillo”, en mi honor. Llevará vodka, sandía y un poco de locura. Y yo, claro, estaré en la primera mesa, brindando con una sonrisa torcida.
Si bien en la adolescencia me "moría" por ir a la disco a medida que crecí eso también fue cambiando. Llegado el momento me interesó más las reuniones con los amigos en espacios menos concurridos. Las fiestas particulares también son un buen lugar para divertirse, es más tranquilo y tiene sus ventajas, o inconvenientes, según se mire, hay que invitar siempre a los vecinos, así nos ahorramos las llamadas de atención de los mismos o a la policía y si están en la fiesta pues no se queja nadie.
Bueno la cosa es que, a todos nos gustan las fiestas, si es en verano mejor, por eso de que solemos tener más tiempo libre y las fiestas nos saben bien, muy bien, sobretodo si elegimos servir la bebida de una manera diferente. Se acabó el tiempo de allí me colé y en tu fiesta me planté, ahora todos invitados ¿te apuntas?. Si quieres la versión sin alcohol haz clic aquí.
Dos versiones para sorprender: con gelatina o con fruta natural
Pequeños, refrescantes, y con un puntito travieso. Estos chupitos de sandía servidos en cáscaras de lima son mini cócteles comestibles que se comen de un bocado… ¡y se quedan en la memoria!
Te traigo dos versiones: una con gelatina sabor sandía (súper fácil y rápida), y otra con sandía natural (perfecta si estás en temporada y quieres un toque más fresco y real).
· CHUPITOS DE SANDÍA ·
Versión 1: con gelatina de sandía
10 limas
1 sobre de gelatina sabor sandía
250 mililitros de agua hirviendo
250 mililitros de vodka
Semillas de sésamo negro (para decorar)
Paso a paso:
Corta las limas por la mitad, exprímelas y vacía bien las cáscaras.
Límpialas por dentro y déjalas secar boca abajo.
Hierve 250 ml de agua en un cazo.
Retira del fuego y disuelve el sobre de gelatina, removiendo bien hasta que no queden grumos.
Añade el vodka, vuelve a mezclar y reparte el líquido dentro de las cáscaras de lima, llenándolas hasta el borde.
Mete las limas en el frigorífico hasta que la gelatina cuaje (unas 2–3 horas).
Una vez firmes, corta cada mitad en cuñas con un cuchillo bien afilado y decora con unas semillas de sésamo negro.
Versión 2: con sandía natural (en temporada)
6 limas
120 mililitros de zumo de sandía (licuado natural)
30 mililitros de vodka
2 gramos de agar-agar
Semillas de sésamo negro
Tip: unas gotas de colorante rojo si quieres un tono más intenso
Paso a paso: Igual que en la versión anterior:
corta las limas por la mitad, exprímelas y limpia las cáscaras por dentro.
Déjalas secar.
En un cazo, mezcla el zumo de sandía con el agar-agar y lleva a ebullición a fuego bajo.
Remueve durante 4 minutos para que active.
Retira del fuego, añade el vodka y mezcla bien.
Rellena las cáscaras con esta mezcla y deja cuajar en la nevera.
Corta en cuñas y termina con un toque de sésamo negro.
✦ Para fiestas, pícnics o simplemente porque sí...
Son ideales para servir en una tabla bonita, como entrada divertida en una cena de verano o como broche final en una comida informal. Puedes hacerlos sin alcohol si lo prefieres, usando solo zumo o agua con sabor.
🌱 Variación sin alcohol: sustituye el vodka por agua de coco, zumo de lima o infusión fría de hibisco.
Relato, vídeo y fotografías @catypol - Circus day.