Flan de ajos
Margarita Coloma era una pueblerina auténtica. Toda su vida había vivido en el pueblo. De allí conocía a todo el mundo y sabía perfectamente qué pasaba en cada momento. Era una mujer un tanto extraña, pero quienes la conocían sabían que era un poco bruja, o que algún ascendiente suyo lo había sido. Por eso, no dudaban en acudir a ella si necesitaban un consejo o algún remedio “mágico” para arreglar lo que fuera que necesitasen.
Pero una noche al mes, Margarita no estaba para nadie. Los pueblerinos pensaban que era porque tenía una cita con “otras como ella”, y por eso no había luz en sus ventanas. Alguien contó que una vez la vio regresar una de esas noches, manchada: las manos, la cara, hasta la ropa... parecía salida de algún aquelarre. Y bueno, eso no hizo más que alimentar su fama.
Margarita Coloma tenía una vecina muy querida por ella, Pánfila, una señora mayor que se había vuelto un poco sorda con los años, pero que era muy divertida y buena. Vivía con su hija, Amelia, y esta a veces la dejaba al cuidado de Margarita, porque sabía que era una buena mujer y se llevaba bien con su madre. Aunque, en el fondo, pensaba que tal vez algún conjuro podría devolverle el oído… pero hasta ese momento, nada había ocurrido.
Un día, de esos en que se quedó con la señora Pánfila, notó que la vieja estaba un poco inquieta.
—Pánfila, ¿se encuentra usted bien hoy? —le preguntó, chillando.
—Te vieron la otra noche llena de manchas, la noche de luna llena —contestó Pánfila.
—¡Siii! —chilló Margarita Coloma—. Salí a plantar ajos —respondió sincera y a viva voz.
—¿Tropezar refajos? —dijo Pánfila con los ojos bien abiertos—. Pues córtatelos, mujer, que tenemos modista en el pueblo —rió ella sola.
—¡Nooo! —dijo Margarita Coloma—. ¡Ajos! ¡A plantar ajos! —gritó con fuerza.
—¿Ajos? —se extrañó la señora.
Y entonces se puso a reír tanto y tan alto, que Margarita Coloma pensó que le iba a dar un pasmo. Pánfila se reía y solo repetía: “¡Ajos, ajos!”, mientras las lágrimas se le escapaban de los ojos.
Cuando por fin se tranquilizó, le dijo a Margarita con una sonrisa pícara:
—Mejor no digamos nada a nadie, o todo ese cuento de bruja se va a ir al garete.

Ingredientes para 4
- 250 ml de nata para cocinar
- 250 ml de leche
- 4 huevos
- 6–8 dientes de ajo asado (según el tamaño y tu gusto)
- Sal y pimienta al gusto
- Un poco de mantequilla para enmantecar los moldes
Precalentar el horno a 150º C.
- En una cacerola, calienta la leche con los dientes de ajo asado.
- Lleva a ebullición, baja el fuego y deja hervir suavemente durante 5 minutos.
- En un bol, bate los huevos junto con la nata, la sal y la pimienta.
- Añade la leche caliente con los ajos al batido anterior.
- Tritura con túrmix hasta que quede una mezcla fina.
- Enmanteca 4 moldes individuales (tipo flanera o ramequín) y vierte la mezcla.
- Coloca los moldes en una fuente con agua caliente (baño María), cúbrelos con papel aluminio y hornea durante 25–30 minutos, o hasta que estén cuajados (puedes comprobar con un palillo).
- Deja templar y sirve, calientes o fríos según la ocasión.

- 250 ml cooking cream
- 250 ml milk
- 4 eggs
- 6-8 cloves of roasted garlic (depending on size and taste)
- Salt and pepper to taste
- A little butter for buttering the moulds
- In a saucepan, heat the milk with the roasted garlic cloves.
- Bring to the boil, reduce the heat and simmer gently for 5 minutes.
- In a bowl, beat the eggs together with the cream, salt and pepper.
- Add the hot milk with the garlic to the previous mixture.
- Blend with a blender until smooth.
- Butter 4 individual moulds (flan or ramekins) and pour in the mixture.
- Place the moulds in a pan with hot water (bain-marie), cover with aluminium foil and bake for 25-30 minutes, or until set (you can check with a toothpick).
- Leave to cool and serve, hot or cold depending on the occasion.

Pero qué recetas tan originales nos haces siempre !!! me parece fantástico este flan.
ResponderEliminarbesos,
Gracias guapa
EliminarUna receta muy original¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
ResponderEliminarGracias Montse
EliminarMe encanta venir un lunes mañanero a que me alegres un rato :)
ResponderEliminarNo sabía yo ese dicho de los ajos! Cómo me gustan esas tradiciones :D
El ajo me apasiona aunque me suele sentar regular dependiendo de la preparación, este flan tiene una pintaza... Me pregunto si podría hacerlo también asando primero el ajo (es que me chifla sacar la pulpa del ajo asado metiendo una cabeza entera tal cual). Bueno bueno, me guardo la idea :)
Un abrazo
Sí, puedes asar primero los ajos y después hacer la mezcla igual...un abrazo guapa
Eliminarse ve delicioso! totalmente inesperado y me encanta la historia claro!
ResponderEliminarjajajaja, lo creo, beso bella
EliminarHola guapísima !!!
ResponderEliminarMe he reído con tu Margarita y tu Panfila, lo que no te imaginas Caty. Has hecho un relato grandioso y un resumen estupendo de cómo unas habladurías repercuten en la fama de una persona. De plantar ajos a ser medio bruja, hay un viaje de diferencia jaja
No creo que vaya a plantarlos, pero me ha gustado saber que cuando haya luna nueva, es mejor estarse quieta.
Y el flan, absolutamente fantástico. Muy bien no lo digiero, también es cierto, pero me gusta tanto que lo utilizo mucho en la cocina.
. . . Y esa puesta en escena, para recoger el mantel en cuatro picos cual hatillo y llevarme todo el contenido.
Besotes mi niña, feliz semana.
Es que a veces no es lo que parece y las brujas tienen mala fama pero el ajo también, jajajajaja, me alegra que te guste la receta y el relato, un beso grande
EliminarJajjjaaa qué gran relato !
ResponderEliminarEl flan también me ha encantado, en casa, salvo uno, los demás somos de ajo, de queee ??? De ajoooooo jaja...
Besinos, feliz comienzo de semana !
Gracias guapísima, me alegra que te guste, un beso
Eliminaruna lindura se ve en esas geniales fotos :-)))
ResponderEliminarUn saludito
Gracias
Eliminar¡Qué historias las tuyas!, con esos nombres tan de maricastaña, jajaja....oye, yo no sabía que los ajos no se pueden plantar con luna llena.....anda....
ResponderEliminarQué flanes tan espectaculares, los tengo que hacer...
Besos guapa
Marialuisa
Esos nombres de maricastaña son los que le da vidilla, jajajajaja...gracias guapa
EliminarInteresante y original. Me gusta mucho el sabor del ajo, sguro que para mí no es demasiado. Y seguiré tu consejo, los plantaré sin luna llena!
ResponderEliminarGracias guapa
EliminarMi querida amiga, cuanto me gusta leer esas historias que las cuentas tan bien, que las vivo totalmente, la verdad que seguro Margarita si viera estos flanes los intentaria hacer pero jamas a nadie le pueden quedar como a ti, que maravilla y que bonitos te han quedado, eres unica. Mil besicos cielo de tu amiga que te quiere
ResponderEliminarMaría, siempre tan linda, tengo pendiente venir a verte, ains!!!! pronto, lo prometo...Besos mil
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