Señoras y Señores,

Bienvenidos a Circus Day

image
Hola,

Soy Caty y dirijo este circo

Foodie, diseñadora gráfica, cuentacuentos y aficionada a la fotografía es un resumen de lo que encontrarás aquí, un circo lleno de recetas, historias y espectáculo. Señoras y señores, mesdames et messieurs, ladies and gentlemen, bienvenidos a Circus day, espero que te guste el show.

Hi, I'm Caty and I lead this circus.

Foodie, graphic designer, storyteller and photography amateur is a summary of what you will find here, a circus full of recipes, stories and spectacle. Señoras y señores, mesdames et messieurs, ladies and gentlemen, welcome to Circus day, I hope you like the show.

The Show

[ENTRANCE]
Entradas
[CIRCUS RING]
Pista central
[CLOWN BREAD]
Pan-yasos
[SWEET JUGGLING]
Dulces malabares
[FESTIVAL SOMERSAULT]
Festival de piruetas
[LIQUIDS TIGHTROPE WALKERS]
Líquidos equilibristas
[MALLORCA]
Mallorca
[CHRISTMAS]
Navidad

En el blog

Kasutera

El barco había zarpado rumbo a las Indias orientales, dentro un puñado de marineros curtidos por el sol y el mar y unos cuantos monjes que iban de misiones. Llevaban, además de su palabra algunos productos que no sabían si allí encontrarían, el capitán les había dicho que no aguantarían tanto tiempo en la bodega en buen estado, pero el superior les había ordenado llevarlos, y ellos acataron lo que el buen señor decía.

Si había alguien que no le sentara bien la travesía era advertido que cuando había mala mar no subieran a cubierta, había riesgo que una gran ola le hiciera desaparecer y los marineros no eran los cuidadores de nadie, ellos sabían de los riesgos y debían cuidar su propio culo, no lo harían con nadie más, bastante que ese viaje lo hacían para pagar algún que otro favor que debían y no les apetecía recorrer medio mundo para perderse en sus mares.

Los monjes aguantaron como campeones, hablaban poco, comían menos y no se marearon a pesar de las grandes olas mar abierto, aunque se acercaba una tempestad, una de las grandes, esperaban aguantar así hasta llegar a puerto. Y el puerto no llegó, los vientos y el agua zarandearon el barco como si fuera de juguete hasta terminar chocando con la costa. ¿Dónde estaban?¿habían llegado a su destino?¿estarían todos vivos?.

Cuando la tempestad pasó, hubo recuento de personas, pocos marineros estaban vivos y solo los monjes se contaban todos. La mercancía había desaparecido junto a la gran parte del barco, por lo que nada pudo hacerse para curar o alimentar a los que allí estaban. Supongo que la curiosidad hizo que salieran de su escondite los lugareños, primero les observaban de lejos, acercándose temerosos, después arrinconándolos les hablaron en una lengua extraña, como enfadados por su presencia allí, terminaron entendiendo que lo que les había pasado no era su culpa y los ayudaron con las heridas y el hambre. No les ofrecieron ningún pastel de bienvenida pero lo que comieron les supo a gloria, fuera lo que fuera, no estaban en casa pero estaban agradecidos. 



Ya he repetido en otras ocasiones que me gusta la comida asiática, especialmente la japonesa, bueno en realidad de Japón hay muchas cosas que me gustan, (tengo un haori de seda japonés que creo es la prenda que más me gusta de mi armario y la que en menos ocasiones me he puesto), su ropa tradicional me parece preciosa, me encantan los mil y un cacharritos que tienen para decorar la comida, pero reconozco que entre tanta delicadeza en sus jardines, su comida, o sus rituales, y todo tan pequeñito, y minimalista, el sumo me descoloca.

La historia sobre este bizcocho cuenta que su origen es portugués, y de como estos lo introdujeron a través de Nagasaki cuando llegaron a Japón en el siglo XVI. Llamado también Castella o pan de Castilla, es un bizcocho elaborado con huevo, azúcar, harina y miel, y como siempre pasa ahora ya cuenta con variedades de chocolate, o con té Matcha. 

Desde su introducción, la kasutera pasó de ser un dulce nanban, un postre importado del extranjero, a convertirse en wagashi, un dulce tradicional japonés. Se consideraba wagashi por las técnicas utilizadas para mezclar los huevos y principalmente por la incorporación de mizuame, un jarabe de almidón local, que le da al pastel su textura húmeda y ligeramente masticable y que aquí le ponemos miel.

Es increíble como un bizcocho de origen Europeo vuelve de la "mano" de los japoneses a nuestro conocimiento, parece como si necesitáramos de Internet para saber el origen de muchos productos. Y a ti ¿qué bizcochos te han sorprendido?.

· KASUTERA CAKE ·


Ingredientes {para un molde de 20 cm.}
  • 2 tazas de azúcar glasé
  • 3 cdas. de leche entera
  • 1/4 taza de miel
  • 8 huevos
  • 2 tazas de harina con levadura para repostería, tamizada

Elaboración
Precalentamos el horno a 180º C. Untamos mantequilla en el molde y lo forramos con papel de hornear dejando que el papel sobresalga del molde (este bizcocho es muy alto por lo que subirá mucho), Untamos con mantequilla sobre el papel y espolvoreamos azúcar glasé.

En un cazo, mezclamos la leche y la miel, la cocinamos a fuego lento, removiendo hasta mezclar bien. Retirar del fuego y reservar. Batimos los huevos en una batidora durante 1 minuto, añadimos el azúcar, batir hasta triplicar el tamaño. Agregar poco a poco la mezcla de miel y leche. Batir 3 minutos, y por último a velocidad media añadir la harina poco a poco. Seguir batiendo hasta que convertir en una masa espesa.

Verter la mezcla en el molde. Hornear 10 minutos. Pasados los minutos bajar la temperatura del horno a 160º C y dejar que hornee 1 hora o hasta que al comprobar el tester salga limpio. Dejamos reposar 10 minutos dentro del horno con la puerta entreabierta. Sacamos del horno, desmoldamos y le quitamos el papel.

Recortamos los lados del bizcocho para exponer la miga y servimos caliente. Para guardar, tapar con film para preservar la humedad.


Relato y fotografías @catypol - Circus day.

¿Estás buscando algo en especial?

Contacta conmigo