Señoras y Señores,

Bienvenidos a Circus Day

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Hola,

Soy Caty y dirijo este circo

Foodie, diseñadora gráfica, cuentacuentos y aficionada a la fotografía es un resumen de lo que encontrarás aquí, un circo lleno de recetas, historias y espectáculo. Señoras y señores, mesdames et messieurs, ladies and gentlemen, bienvenidos a Circus day, espero que te guste el show.

Hi, I'm Caty and I lead this circus.

Foodie, graphic designer, storyteller and photography amateur is a summary of what you will find here, a circus full of recipes, stories and spectacle. Señoras y señores, mesdames et messieurs, ladies and gentlemen, welcome to Circus day, I hope you like the show.

The Show

[ENTRANCE]
Entradas
[CIRCUS RING]
Pista central
[CLOWN BREAD]
Pan-yasos
[SWEET JUGGLING]
Dulces malabares
[FESTIVAL SOMERSAULT]
Festival de piruetas
[LIQUIDS TIGHTROPE WALKERS]
Líquidos equilibristas
[MALLORCA]
Mallorca
[CHRISTMAS]
Navidad

En el blog

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Barquitos de gelatina

El pirata Fortunato no tenía suerte. Tenía un dolor de muelas tan fuerte que hablaba con acento raro. Una mañana, su barca agujereada empezó a hacer blup blup blup, y antes de que pudiera decir “¡socorro!”, ya estaba flotando con media pierna dentro del agua. Logró llegar a una isla desierta. Mientras maldecía su destino y buscaba algo masticable que no fuera arena, escuchó un ruidito. Splotch… splotch… En medio de la playa, brillando bajo el sol como un tesoro gomoso, había un cuenco de gelatina. Y al lado, con los ojos brillando de emoción, estaba un pequeño dragón verde, adorable, de escamas suaves y mirada soñadora.

__¿Es tuya?__preguntó Fortunato señalando la gelatina. El dragón negó con la cabeza y se acercó dando pasitos tímidos. Sacó la lengua. Tocó la gelatina. La gelatina tembló. El dragón tembló más. ¡Iba a comérsela!. Pero justo entonces, un pulpo enorme salió del agua, lento, silencioso… y se metió directamente en la barca de Fortunato.__¡Eh! ¡Esa es mi barca, cefalópodo entrometido!__gritó Fortunato, olvidando por un segundo su muela.

El pulpo, sin decir nada, se enroscó cuidadosamente alrededor del casco y tapó el agujero con su cuerpo viscoso. Luego se quedó ahí, como si nada, flotando tranquilamente, como si fuera su trabajo. Fortunato, y el dragón lo miraron confundidos. El dragón se acercó a la gelatina, pero tropezó y cayó de boca. PLAF.
Gelatina por todas partes. En su cara, en la arena, en las alas. Y entonces, por primera vez... el dragón echó una mini chispa. ¡POP! __¡Funcionó!__gritó Fortunato, aunque se llevó la mano a la muela enseguida.

El dragón sonrió, cubierto de gelatina. Y así zarparon: el pirata dolorido, el dragón emocionado y el pulpo convertido en tapón oficial. El mar estaba en calma, la gelatina sabía a frambuesa, y Fortunato, con la boca hinchada, pensaba: “No es el mejor día... pero al menos no estoy solo.”



Había una vez un barquito chiquitito... Un barquito, el mar, color, sabor, una fiesta, una reunión, un lugar, todo cabe en este mes de agosto, para los watermelon jello shots usé vodka pero para estos barquitos no, estos son más divertidos pero para niños, con unas naranjas, las exprimimos y nos tomamos el zumo, limpiamos las cáscaras y hacemos la gelatina que más nos guste, rellenamos las cáscaras de gelatina y las dejamos en el frigorífico, una vez frías y cuajadas las cortamos con un cuchillo bien afilado en cuñas y les ponemos unas velas de verano o de piratas o de sirenas, las que nos pidan los niños, es divertido y a ellos les gusta mucho.

Un poco de decoración para la presentación hecha a mano, es una receta muy fácil y habitual en las webs infantiles, la primera vez que la hice fue en el primer cumpleaños de mi hijo pequeño, y mi hijo mayor al que le gusta mucho la gelatina creo que se los comió casi todos. Y aunque Circus day normalmente es espectáculo y versione la tradición a su manera, esta vez el espectáculo es sencillo pero para mi; muy a mi gusto, que aunque a veces sirva los platos con alguna bonita historia otras veces los platos no tienen mejor historia que la que se ve en las fotografías.


Fotografías @catypol - Circus day.

Chupitos de sandía

Lauren vive a tres casas de la mía. La conocí un día que salía a tirar la basura y ella regaba sus cactus con una regadera en forma de flamenco. Me saludó con una sonrisa torcida y un “hola” que parecía salido de una película indie. Desde entonces, nos saludamos con una familiaridad extraña, como si nos conociéramos de antes.

Hace dos semanas me confesó que quería ser bartender. Lo dijo así, sin rodeos, mientras me ofrecía una rodaja de sandía helada.

—Quiero ser bartender. De verdad. Mezclar cosas, inventar cócteles, hacer trucos con las botellas. ¿Me prestas tu licuadora? —preguntó, como si eso fuera parte del trato.

Me reí y le dije que sí, y que si necesitaba un conejillo de Indias para sus experimentos etílicos, yo me ofrecía voluntaria. Alguien tenía que sufrir los errores para que otros disfrutaran los aciertos. Esa misma noche llegó a mi casa con una sandía entera, una botella de vodka y un entusiasmo que daba miedo.

—Hoy probamos “La Sandía Cósmica” —anunció, como si presentara un nuevo planeta.

Cortó la sandía, vació parte de su pulpa en la licuadora, añadió un chorro generoso de vodka —muy generoso— y hielo. Lo sirvió en copas de vino porque “no tengo vasos de cóctel todavía”. El resultado era rosa, espeso y peligrosamente delicioso.

—¿Y? —preguntó, observándome como un químico que espera que su fórmula no explote.

—Es como verano en la boca, pero con intenciones oscuras —respondí, ya medio mareada tras el segundo trago.

Desde entonces, cada viernes es “noche de prueba”. Ya hemos pasado por combinaciones con pepino, jengibre, e incluso un experimento fallido con pimiento rojo que juramos olvidar. Lauren apunta todo en una libreta azul con dibujos de cócteles. Dice que un día abrirá su propio bar y que habrá un cóctel en el menú llamado “El Conejillo”, en mi honor. Tendrá vodka, sandía y un poco de locura. Y yo, claro, estaré en la primera mesa, brindando con una sonrisa torcida.



Si bien en la adolescencia me "moría" por ir a la disco a medida que crecí eso también fue cambiando. Llegado el momento me interesó más las reuniones con los amigos en espacios menos concurridos. Las fiestas particulares también son un buen lugar para divertirse, es más tranquilo y tiene sus ventajas, o inconvenientes, según se mire, hay que invitar siempre a los vecinos, así nos ahorramos las llamadas de atención de los mismos o a la policía y si están en la fiesta pues no se queja nadie.

Bueno la cosa es que, a todos nos gustan las fiestas, si es en verano mejor, por eso de que solemos tener más tiempo libre y las fiestas nos saben bien, muy bien, sobretodo si elegimos servir la bebida de una manera diferente. Se acabó el tiempo de allí me colé y en tu fiesta me planté, ahora todos invitados ¿te apuntas?. Si quieres la versión sin alcohol haz clic aquí.



Dos versiones para sorprender: con gelatina o con fruta natural
Pequeños, refrescantes, y con un puntito travieso. Estos chupitos de sandía servidos en cáscaras de lima son mini cócteles comestibles que se comen de un bocado… ¡y se quedan en la memoria!
Te traigo dos versiones: una con gelatina sabor sandía (súper fácil y rápida), y otra con sandía natural (perfecta si estás en temporada y quieres un toque más fresco y real).

· CHUPITOS DE SANDÍA ·


Versión 1: con gelatina de sandía
  • 10 limas
  • 1 sobre de gelatina sabor sandía
  • 250 mililitros de agua hirviendo
  • 250 mililitros de vodka
  • Semillas de sésamo negro (para decorar)
Paso a paso:
Corta las limas por la mitad, exprímelas y vacía bien las cáscaras. Límpialas por dentro y déjalas secar boca abajo. Hierve 250 ml de agua en un cazo. Retira del fuego y disuelve el sobre de gelatina, removiendo bien hasta que no queden grumos. Añade el vodka, vuelve a mezclar y reparte el líquido dentro de las cáscaras de lima, llenándolas hasta el borde. Mete las limas en el frigorífico hasta que la gelatina cuaje (unas 2–3 horas). Una vez firmes, corta cada mitad en cuñas con un cuchillo bien afilado y decora con unas semillas de sésamo negro.



Versión 2: con sandía natural (en temporada)
  • 6 limas
  • 120 mililitros de zumo de sandía (licuado natural)
  • 30 mililitros de vodka
  • 2 gramos de agar-agar
  • Semillas de sésamo negro
Tip: unas gotas de colorante rojo si quieres un tono más intenso

Paso a paso:
Igual que en la versión anterior: corta las limas por la mitad, exprímelas y limpia las cáscaras por dentro. Déjalas secar. En un cazo, mezcla el zumo de sandía con el agar-agar y lleva a ebullición a fuego bajo. Remueve durante 4 minutos para que active. Retira del fuego, añade el vodka y mezcla bien. Rellena las cáscaras con esta mezcla y deja cuajar en la nevera. Corta en cuñas y termina con un toque de sésamo negro.

✦ Para fiestas, pícnics o simplemente porque sí...

Son ideales para servir en una tabla bonita, como entrada divertida en una cena de verano o como broche final en una comida informal. Puedes hacerlos sin alcohol si lo prefieres, usando solo zumo o agua con sabor.

🌱 Variación sin alcohol: sustituye el vodka por agua de coco, zumo de lima o infusión fría de hibisco.





Relato, vídeo y fotografías @catypol - Circus day.

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