Ella vivía a un par de casas de la suya. En una pequeña casa de color blanco, con persianas verdes y un pequeño jardín interior, grandes ventanas dejaban entrar toda la luz del día. Él le decía que, por la mañana, cuando hacía café, el aroma se percibía desde su casa, y eso le hacía sonreír, porque sabía que ella ya se había levantado. ¿Y ella? Ella se emocionaba cuando se lo contaba; su cara se teñía de rosa y bajaba ligeramente los párpados, un poco avergonzada. ¿Y él? A él le parecía lo más maravilloso del mundo; aún tenía un poco de galán, a pesar de que la enfermedad se alojara en una parte de su cuerpo.
Al mediodía, cuando él sabía que la cocina de ella estaría en funcionamiento, se la imaginaba con el delantal puesto, boleando albóndigas y cantando una antigua canción con su voz ronca por la emoción. Imaginaba estar sentado en la mesa de la cocina, escuchándola y mirándola con amor, como siempre hacía cuando la veía pasar delante de su casa para ir al mercado. Imaginaba ayudándola a hacer las albóndigas de pan que tan bien sabían, imaginaba estar junto a ella. Y aunque solo fuera por imaginar, la sentía cerca, a un par de casas de la suya.

Y yo participo con una fácil, sencilla y familiar receta, una receta que mi madre nos hacía de pequeños y que siempre nos ha gustado mucho. Esta receta es mi única herencia de mi abuela paterna, una gran mujer (Conquense) que yo no conocí pero que mis hermanos hablan maravillas de ella, una mujer ciega que atendía a un marido y a dos hijos. Mi madre aprendió a hacer estas albóndigas de pan según la receta de mi abuela y ella me enseñó a mi. Espero que guste mi pequeña aportación.
- 100 gramos de pan pagés (mejor pan que tenga un día o dos)
- 3 cucharadas de agua
- 2 huevos M
- 3 ajos picados
- 1 cucharada de perejil picado
- Sal
- Aceite para freír
- Quita la corteza del pan y desmenuza la miga.
- Mézclala con el agua, los huevos y el ajo picado, añade el perejil y mezcla bien.
- Salpimienta al gusto.
- Forma bolitas con dos cucharas y fríelas en aceite caliente hasta que estén doradas.
- Puedes servirlas con salsa de tomate o añadirlas a guisos.
