Ebi Katsu Burger
La mañana en la playa de Santa Aurelia había empezado tranquila: el sol calentaba sin exagerar, las gaviotas peleaban por migas y el viejo barco pesquero Rocamar dormitaba amarrado junto al espigón, como un gato perezoso.
A pocos metros, bajo una sombrilla color crema, una mujer de unos treinta y tantos —pelo perfecto, gafas de sol y sandalias de diseñador— daba vueltas nerviosas a una hamburguesa de gambas en un plato de cartón.
—¿Va a comérsela o a interrogarla? —preguntó Yulenny, la guardia jurado encargada de vigilar la zona. Caribeña, tranquila pero con ojo de halcón, se acercó desde su caseta móvil mientras se ajustaba el cinturón.
—Perdón —dijo la mujer—. Es que estoy distraída. Me llamo Claudia Rivas. Estoy esperando una llamada importante… y, bueno, se me han perdido unas joyas. De mucho valor.
—¿Aquí?
—No estoy segura. Las llevaba conmigo, en una bolsita dentro del bolso. Me bajé del barco privado hace una hora y vine directamente a la playa a comer algo. Solo me distraje un momento…
Yulenny echó un vistazo alrededor. El único movimiento era el de un grupo de pescadores limpiando redes junto al Rocamar y un niño persiguiendo un cangrejo con un palo.
—¿Lo denunció ya? —preguntó la guardia, sin dramatismo.
—No. Preferí preguntar primero por aquí. Es algo... embarazoso. Mi familia cree que tengo todo bajo control. Pero esas joyas… eran parte del lote familiar. No la corona de Inglaterra, pero sí importantes.
—Entiendo —dijo Yulenny—. Lo que no entiendo es por qué vino sola a una playa pública con joyas de herencia.
Claudia suspiró.
—Supongo que quería un momento de libertad. Comer algo sencillo. Ver el mar. Escapar un poco de lo que esperan de mí.
Yulenny la miró un segundo y luego sonrió de lado.
—La libertad empieza por saber guardar bien el bolso. Vamos a buscar juntas, ¿le parece?
Media hora después, tras revisar la zona, un pescador se acercó con una bolsita de terciopelo en la mano.
—Esto lo encontramos en la parte trasera del barco. Justo al lado del motor. Supusimos que era de alguien importante, porque huele a perfume caro y nervios.
Claudia se ruborizó. Recuperó sus joyas con alivio y, por primera vez, le dio un mordisco a la hamburguesa de gambas.
—Está deliciosa —dijo, casi riendo—. Mucho mejor que las cenas con diez cubiertos.
—Se lo dije —respondió Yulenny—. Aquí no tenemos coronas, pero las gambas son reinas.


150 gr. panko
2 cucharadas de aceite de oliva
16 gambones
Sal y pimienta negra
100g harina {para rebozar}
3 huevos M
4 panecillos de hamburguesa
Salsa tártara
1 chalota picada en brunoise
8 pepinillos
125g mayonesa
1 cda. vino blanco
Sal y pimienta
Canónigos para acompañar
Elaboración




[English recipe]
150 gr. panko
2 tablespoons olive oil
16 large shrimp
Salt and black pepper
100g flour
3 eggs
4 burger buns
Tartar sauce
1 shallot, chopped brunoise
8 gherkins
125g mayonnaise
1 tbsp. White wine
Salt and pepper
Lamb's lettuce to accompany
Method
Qué risa con la abuela por favor, jajajaja, qué escena familiar tan entrañable y divertida!
ResponderEliminarLa hamburguesa me ha encantado, yo soy muy fan de la versión japonesa con gambas y panko y es verdad que el crujiente que se consigue es delicioso. Una hamburguesa diferente pero deliciosísima.
Un abrazo
Es una delicia, me sorprendió mucho y me pareció fácil, aunque no lo parezca en la preparación. Un beso guapa
EliminarSólo se envejece en el espejo, el espíritu es libre y ayuda a mantener la juventud en nuestra mente ;)
ResponderEliminarMe has sorprendido con estas hamburguesas, mira que he babeado cuando las vi en el IG, pero ahora viendo este paso a paso que nos has regalado, aún se me apetecen más.
Las tengo que probar que me parecen una exquisitez. Gracias mi niña. Bss.
Es verdad, a parte de la historia del inicio, que me la he inventado (ya sabes que mis historias no son 100% reales), mi abuela fue una señora moderna a su tiempo, vivió muchos años y puso rojo a más de uno. Un beso guapa
EliminarPero que abulita más moderna, jajaja, yo ya me hacía la película, y pensaba que os iba a decir que tenía novio jajajaja
ResponderEliminarReina me parece una hamburguesa ESPECTACULAR !!!
Seguro, pero seguro que la hago porque me parece una receta de 15
Que me gusta tu cocina y que me gustas tu.
Loviu ♥ ♥ ♥ ♥
Verdad? las abuelas modernas logran sorprendernos y gustarnos más, jajajajaja.
EliminarLoviuyoutube linda Cris!
Què bona, Caty. M'imagin la mossegada cruixent a la boca i em fa venir salivera. M'encanten les coses cruixents i les gambes ni et dic! precioses les fotos!
ResponderEliminarYa sabes que compartimos afición por la cocina japonesa (entre otras muchas cosas) pero esta no veo yo como veganizarla jeje me ha encantado la historia de tu abuela, sea o no cierto, acaso importa. Un besazo!!!
ResponderEliminarajaajajaja... en serio??? Y yo que no me veo haciendo pole dance a los 46! jaaja... Me ha encantado la historia!
ResponderEliminarLa hamburguesa tiene una pinta increíble... esta hay que probarla :)
besos guapa
Claro que sí!
ResponderEliminarEsas abuelas que le pegan al pole dance! Muy fan de ellas. Y de esa pedazo de hamburguesa con esa técnica tan chula para las gambas.
esa abuela, un monumento. Yo estoy deseando pasar de los 70 para sentarme en una butaca en el jardín, y fumar lo que no me dejan ahora, me veo de abuelita contando chascarrillos a mis nietos (si vienen), eso si, fumando. No me preguntes porque lo del fumar, será que ahora estoy reprimida jaaaaaaaa ¡¡¡
ResponderEliminarCaty que hamburguesa mas rica, esta tengo que hacerlas a mis hijos, bueno y para mi, que me encanta comer. ¡¡¡Así me va¡¡¡
Me parece fantástica, vamos que me ha encantado.
Bsss, guapísima, desde Almeria
Me encanta la historia de tu abuela, y me encanta esta hamburguesa es toda una delicia!!! Los camarones para mi son un vicio total.
ResponderEliminarUn abrazo enorme y mucha buena vibra mi bella!
Una receta originalísima, al menos para mí, que me encantará intentar hacer y desde luego comer!
ResponderEliminarBesos