Señoras y Señores,

Bienvenidos a Circus Day

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Hola,

Soy Caty y dirijo este circo

Foodie, diseñadora gráfica, cuentacuentos y aficionada a la fotografía es un resumen de lo que encontrarás aquí, un circo lleno de recetas, historias y espectáculo. Señoras y señores, mesdames et messieurs, ladies and gentlemen, bienvenidos a Circus day, espero que te guste el show.

Hi, I'm Caty and I lead this circus.

Foodie, graphic designer, storyteller and photography amateur is a summary of what you will find here, a circus full of recipes, stories and spectacle. Señoras y señores, mesdames et messieurs, ladies and gentlemen, welcome to Circus day, I hope you like the show.

The Show

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Entradas
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En el blog

Kürtöskalács

Había un pequeño pueblo en Hungría llamado Közép, que era famoso por su delicioso Kürtőskalács. Todos los habitantes del pueblo eran expertos en la preparación de este dulce tradicional y se enorgullecían de su habilidad para hacer los mejores Kürtőskalács de la región.

Un día, llegó al pueblo un hombre llamado Viktor, que afirmaba ser un chef famoso de la ciudad y estaba buscando nuevas ideas para su restaurante. Viktor se sorprendió al probar el Kürtőskalács de Közép y quedó impresionado por su sabor único y suave textura.

Inmediatamente, Viktor decidió llevar el Kürtőskalács a su restaurante en la ciudad y ponerlo en su menú. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que no era tan fácil replicar la receta perfecta que había probado en el pueblo de Közép.

Viktor intentó varias veces hacer los Kürtőskalács, pero siempre le faltaba algo en su sabor y textura. Desanimado, Viktor decidió volver al pueblo de Közép para aprender de los verdaderos expertos.

Los habitantes de Közép fueron muy amables y enseñaron a Viktor todos los secretos de la preparación del Kürtőskalács. Le mostraron cómo amasar la masa con el ingrediente justo, cómo enrollarla perfectamente en el cilindro y cómo cocerla a la perfección sobre las brasas.

Después de varias lecciones y mucha práctica, Viktor finalmente logró hacer el Kürtőskalács perfecto. Estaba emocionado de llevar la receta de regreso a su restaurante y presentarla a sus clientes.

Desde entonces, el Kürtőskalács de Viktor se convirtió en un gran éxito en su restaurante. Y los habitantes de Közép estaban felices de saber que su delicioso dulce tradicional había llegado a la ciudad y era apreciado por muchos.




Nos vamos a ir a la comida callejera de Hungría, a sus dulces originarios de Transilvania y que se hicieron tan populares que se extendieron a los mercados, su nombre que significa pastelillo de chimenea viene dado porque el humo atravesaba los pastelillos y salía por arriba, igual que una chimenea. El otro nombre conocido es el de Kürtöskalács, seguro que cuando paseáis por ferias o mercados se pueden ver puestecitos en los que se elaboran estos pasteles, con unos palitos de madera y cocidos a la brasa, rebozados de azúcar, canela, cacao, semillas de amapola o frutos secos.

Y esta es mi aportación al juego que nuestra querida Juana nos propone para el concurso comida callejera del mundo. Nunca he estado en Hungría, pero desde hace mucho tiempo me sentí atraída por esta elaboración aunque yo no tengo los artilugios para hacerlo igual que ellos, si tengo otra forma y resulta que salen muy bien.  

· KÜRTÖSKALÁCS ·

Ingredientes (para 6 de tamaño medio)

  • 375 gr. de harina
  • 15 gr. de levadura fresca
  • 2 cdas. azúcar
  • 1 pizca de sal
  • 3 cdas. AOVE 
  • 1 huevo grande
  • 130 ml. leche tibia
Elaboración
Mezclamos en un cuenco la leche tibia, el azúcar y la levadura, removemos hasta su disolución. En otro cuenco de la amasadora mezclamos la harina, la sal, el aceite, y el huevo. Por último mezclamos la leche con los otros componentes disueltos. Amasamos unos minutos hasta que la masa se haya integrado bien y no se pegue. Formamos una bola y la dejamos reposar hasta que doble el volumen.

Cuando tengamos la masa crecida estiramos la masa con un rodillo y con un cortador de pizza separamos una cinta larga, ¿cómo? empezamos por el exterior del círculo que habremos formado cuando hayamos estirado la masa hasta el centro. 

Precalentamos el horno a 200º C, sólo la placa de abajo y el ventilador, no hace falta la parte de arriba del horno. Formamos con papel de aluminio, un palo tan grueso o parecido al rodillo de madera, lo engrasamos igual con aceite y empezando por un extremo vamos envolviendo la masa alrededor del palo, pintamos la masa con aceite y después la hacemos rodar sobre azúcar para que se impregne bien, ponemos el palo de aluminio con la masa en vertical sobre la placa de horno y entre 5 - 10 minutos. ¡Listo!

Una vez que el pastelito está cocinado pero aún caliente, lo pasamos rodando sobre el sabor que más nos guste: cacao, canela, vainilla, semillas de amapola, frutos secos picados...







Relato y fotografías/Short story and pics @catypol - Circus day.

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