La mamma no dejaba de dar vueltas en la cocina. Esa mañana había ido al mercado y, entre puestos de tomates y alcachofas, había escuchado a los más chismosos hablar de un concurso de pasta con un gran premio en metálico. Y bueno… ella necesitaba reformar toda la cocina para poder dedicarse profesionalmente a lo que mejor sabía hacer: cocinar. Su sueño era servir, desde casa, a quien quisiera probar su comida.
Estaba nerviosa, inquieta, incluso más parlanchina de lo habitual, cuando el papà entró para tomarse un café. Afuera hacía un frío de mil demonios —como le gustaba decir a él—, y a media mañana solía dejar sus quehaceres para entrar en calor… aunque en realidad, lo que más le gustaba era ver trajinar a la mamma entre cazuelas. Le hacía sonreír verla tan concentrada, tan atareada, que ni se daba cuenta de su presencia. La admiraba en silencio, hasta que ella se giraba y lo encontraba allí, junto a la puerta, mudo y completamente enamorado. Entonces ella le sonreía y le lanzaba un beso al aire, que él recogía con la mano y se llevaba al corazón.
Mi fratello y yo, siempre que hablamos de eso, sentimos el corazón encogido. No creemos que vayamos a encontrar a alguien como él en nuestra vida, y eso —aunque lo digamos riendo—, nos da un poco de envidia.
A la hora de comer, estábamos todos sentados a la mesa, con la nonna presidiéndola, como siempre. Entonces la mamma desató su pasión: nos anunció que quería participar en el concurso con su receta de pasta rellena. Todos la miramos como si ya hubiera ganado, y esa confianza familiar la emocionó especialmente. En nuestra casa, la confianza es ingrediente esencial.
El papà la abrazó, la besó y le susurró algo al oído que hizo que todos pusiéramos los ojos en blanco y sonriéramos, incluso la nonna. Sabíamos que ella añoraba al nonno, y nosotros también.
Para mostrarnos su gratitud, la mamma nos cocinó su famosa pasta rellena de espinacas. Le hicimos la ola, le cantamos palabras de cariño, y disfrutamos como nunca de ese plato tan suyo, tan nuestro. Nadie podía ganarle. Porque sí, ella era única en la cocina. La mejor.
Es una pena que hace una semana Clara fuera eliminada del concurso de Master Chef, una pena porque ella era la candidata perfecta para ganarlo, de ella hay poco que decir a estas alturas. Para unos era una bloguera con la compartimos recetas, nos animó a elaborar pan para el reto Bake the World, nos retó a
concursar y a demostrar que hay más sobre la gastronomía italiana que la pizza y la pasta, en fin. Para otros ahora será la aprendiz de chef que ha elaborado el mejor ravioli del programa, en realidad es hasta ahora el mejor plato que se ha cocinado allí, y no lo dudo, ella lo hace muy bien.
· PASTA RELLENA DE MOZZARELLA, ESPINACAS Y CEBOLLA CARAMELIZADA CON SALSA DE ALBAHACA ·
Para la masa:
100 g de harina
1 huevo grande
1 cucharada de agua
Para el relleno:
1 cebolla pequeña
1 cucharadita de azúcar
1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
1 bola de mozzarella de búfala
2 puñados de espinacas frescas
Sal al gusto
Para la salsa:
100 ml de aceite de oliva virgen extra
1 cucharada de albahaca fresca picada
Preparar el relleno:- Pela, limpia y pica la cebolla en brunoise fina. Reserva.
- Lava y corta las espinacas en trozos pequeños.
- Tritura la mozzarella con una picadora o córtala en dados muy pequeños. Reserva.
- En una sartén, calienta el aceite y rehoga la cebolla hasta que esté blanda (sin que se dore).
- Añade el azúcar y remueve para que se caramelice ligeramente.
- Incorpora las espinacas y cocina hasta que reduzcan y se ablanden.
- Retira del fuego y deja enfriar por completo.
- Una vez frío, añade la mozzarella al sofrito y mezcla bien. Ajusta de sal al gusto. Reserva.
Preparar la masa:- En un bol (o en la amasadora), mezcla la harina con el huevo y el agua hasta obtener una masa uniforme.
- Amasa unos minutos hasta que la masa esté suave y sin grumos. Si es necesario, termina de amasar a mano.
- Cubre y deja reposar unos 20 minutos mientras preparas el relleno y los utensilios.
- Estira la masa con rodillo o máquina de pasta: comienza por el grosor más ancho (nº 1 o 2) y ve afinando hasta el nº 5 o 6. Cuanto más fina, mejor, pero sin que se rompa.
- Con un cortapastas o vaso, corta círculos de masa del tamaño deseado.
Formar la pasta rellena:- Coloca una cucharadita del relleno en el centro de cada círculo de masa.
- Pincela los bordes con un poco de agua.
- Dobla y presiona bien los bordes, procurando que no quede aire dentro.
- Repite con toda la masa y relleno.
Cocer la pasta y preparar la salsa:- En una olla grande con abundante agua y sal, hierve la pasta rellena durante unos 3 minutos (hasta que flote y esté al dente).
- Mientras, calienta suavemente el aceite en un cazo sin que llegue a hervir. Añade la albahaca y emulsiona con una cuchara o batidor.
- Cuando la pasta esté lista, escúrrela bien y sírvela caliente, aliñada con la salsa de albahaca por encima.
No es un ravioli invertido pero es una delicia de pasta rellena, a nosotros nos encantó, espero lo disfruten.
Relato y fotografías @catypol - Circus day.