Siempre que llegaba al final de un año no lo sentía así. Sí, se decía, de acuerdo, es lo que piensa la mayoría, pero en realidad, pensaba ella, mi año se acaba un día antes de mi cumpleaños. El año que termina para todos no es especial, ni el primer día del año es diferente, sino una continuación de lo mismo.
En cambio, "mi año" comienza con un beso de mi familia, un —¡Levántate que hoy es tu día!—, un desayuno especial con tortitas, una fiesta con mi tribu, soplando velas, cantando “Feliz cumpleaños” y regalándome —¡Sí, cariño!— todo el día, hasta que me vuelvo a la cama y guardo como un tesoro ese día, con fotos, con dibujos, con recuerdos que, aunque pasen los días, siempre me hacen sonreír.
Ese, ese es mi principio de año, el que no lleva etiquetas, ni propósitos de dietas ni la promesa de que el año que viene será mejor, el que celebro con más amor.
Y para ti, ¿cuándo empieza tu año?.
- 240 mililitros de leche
- 2 porciones de espinacas congeladas
- 1 huevo
- 180 gramos de harina de garbanzo
- 1 cucharadita de levadura en polvo
- 1/2 cucharadita de bicarbonato
- 1/2 cucharadita de sal
- 2 cucharadas de Aceite de oliva virgen extra
- Pon la leche y las espinacas en una batidora. Yo lo he hecho con la Thermomix. Bate hasta obtener una mezcla líquida sin grumos.
- Añade los demás ingredientes y vuelve a batir hasta que la masa sea más espesa y también sin grumos.
- Calienta una sartén con un poco de aceite. Cuando esté caliente, vierte un cucharón de masa. Ten cuidado de no calentar demasiado la sartén para que las tortitas queden verdes y no se pongan marrones al cocinarlas.
- Cocina las tortitas una a una, dándoles la vuelta y dejando que se hagan unos minutos por cada lado.
- Sirve con lo que más te guste.