La noche que me sucedió, había comido empanada hasta empacharme. Por estar de vacaciones, me daban permiso para leer antes de dormir, y elegí un libro de tapas muy bonitas que había en la biblioteca, uno que no había visto antes y que llevaba por título Soñar está permitido. Pensé que sería un libro de autoayuda, de esos que gustan a los mayores, pero era tan bonito que ni me lo pensé.
¡Oh, sorpresa! Cuando abrí el libro, de repente salió un bello ratoncito con tirantes por la habitación. No cabía en mí de asombro, pues detrás de él apareció una nave espacial, una casita blanca y una muñeca vestida de azul y amarillo con un espejito. Tenía la boca abierta y más se me abrió cuando, de repente, un señor con monóculo me preguntó:
—¿Has visto mi sombrero de copa? No lo encuentro por ninguna parte —dijo.
Antes de que pudiera contestarle que lo llevaba puesto encima de su cabeza, el señor desapareció dentro del libro y apareció una niña con un tarro de mermelada, mientras se escuchaba muy bajito la canción We Are the Champions. Yo estaba tan, pero tan confundida, que cerré el libro de golpe y lo solté encima de la cama, salté de ella y corrí hacia la puerta, asustada.
Mis padres seguían en el salón viendo la televisión y hablando bajito sobre no sé qué cosa del efecto Mandela. Entré casi chillando y les conté lo que había visto y en qué libro. Ellos se miraron de soslayo, tranquilizándome y diciéndome que mañana todo eso serían solo recuerdos que no habían sucedido. Me llevaron de nuevo a la cama.
En ella ya no vi el libro que había soltado precipitadamente ni ninguno de los personajes que había visto, así que creí que la cena me había sentado un poco mal y que todo era fruto de mi imaginación. Si alguien me dice que con los libros no se viaja, es que no ha leído con la barriga llena.
- 1 láminas de masa de hojaldre
- 1/2 cebolla picada y 1 ajo picado
- 1/2 brócoli pequeño
- 50 gramos de champiñones limpios y troceados
- 1 bolsa de cuatro quesos
- Sal al gusto
- 1 huevo para dar color a la masa
- Aceite para pochar
- Precalienta el horno a 180 ºC.
- Cocina el brócoli, ya sea hirviéndolo o al microondas si viene en bolsa.
- Mientras tanto, en una sartén con un poco de aceite, sofríe la cebolla, el ajo y los champiñones.
- Cuando esté todo cocinado, mezcla el brócoli (puedes cortar el brócoli en trozos más pequeños si prefieres) con la mezcla de la sartén en un cuenco.
- Salpimienta al gusto y añade la bolsa de cuatro quesos rallados. Mezcla bien.
- Sobre la mitad de una lámina de masa, esparce la mezcla preparada y cierra con la otra mitad, sellando los bordes con un tenedor.
- Pinta la masa con huevo batido.
- Hornea durante 30 minutos o hasta que la masa esté dorada.
Sirve caliente, cuando el queso esté completamente fundido.