25 diciembre 2025

Chocolate a la taza

Por fin había llegado su época favorita. La casa de los abuelos la recibió justo cuando los primeros copos de nieve empezaban a caer, silenciosos, como si no quisieran despertar a nadie. Sus padres la dejaban ir unos días antes de Navidad para que pudiera contarles, sin prisas, todo lo que había vivido en el colegio y con sus amigos. A los abuelos les encantaba tenerla para ellos solos, antes de que la Nochebuena llenara la casa de voces y risas alrededor de la gran mesa del comedor.

Al abrir la maleta, entre la ropa apareció un reno de peluche con la nariz roja… y encendida. La luz palpitaba suavemente, como un pequeño corazón. Casi gritó del susto. No recordaba haberlo visto nunca, y estaba segura de que su madre no lo había puesto allí. Iba a preguntarse cómo había llegado hasta ese lugar cuando un movimiento reclamó su atención.

La almohada de la cama se movía despacio, como si respirara. Se quedó muy quieta. Miró a su abuela preguntándose si ella también lo había notado, pero ella seguía doblando la ropa, ajena a todo. Luego dijo que iba a ordenar el baño y salió de la habitación.

Con el corazón latiéndole en los oídos, se acercó a la cama. Estiró la mano con cuidado y levantó la almohada. De debajo asomó una diminuta cabeza peluda, dos ojos brillantes y una nariz húmeda.

Guau —susurró el cachorro.

Ella abrió la boca, ahogando un chillido, maravillada. Los abuelos aparecieron en la puerta y se miraron sonriendo. Poco después, la cocina se llenó del aroma del chocolate caliente, ese que deja un bigote dulce en los labios. Eran días de magia y las sonrisas duraban todo el día.




Para mí, el chocolate a la taza en Navidad significa Nochebuena, después de la misa del Gallo, el 24 de diciembre. Recuerdo que los niños que hacíamos la catequesis formábamos parte de esa misa; tarde, sí, pero después nos invitaban a tomar chocolate con ensaimadas. Después de la comunión, el chocolate lo tomábamos en casa, también tarde y después de la misa del Gallo pero en casa. Ya hace tiempo que no voy a la misa del Gallo, pero sigo bebiendo chocolate, a veces con ensaimada, otras con churros y otras sin acompañamiento. 

Recuerdo a mi madre hacernos chocolate a la taza con una pastilla grande de chocolate. Ahora, hay muchas versiones en el mercado para hacerlo. Yo quería probar una versión fácil, rápida y con pocos ingredientes. Uso arrurruz para espesar, suele usarse en repostería vegana y hoy en día se encuentra fácil en herbolarios. El kuzu, también, aunque es un poco más caro. 

Lo hago de esta manera porqué los chocolates a la taza en polvo comerciales suelen llevar mucho azúcar, y espesantes como almidón de maíz o arroz, aditivos, gomas (xantana o tara) y aglomerantes que le da la textura cremosa al calentarse.

🎄 · CHOCOLATE A LA TAZA · 🎄

Ingredientes:
  • 1/2 litro de leche almendras (o la que te guste más)
  • 2 cucharadas soperas de azúcar (o cualquier endulzante que te guste más)
  • 2 cucharadas de arrurruz (o kuzu*)
  • 2 cucharadas de cacao natural en polvo

Elaboración:

Disuelve el arrurruz en dos o tres cucharadas de leche. Reserva. Pon los ingredientes restantes en un cazo al fuego. Remueve para que los ingredientes se disuelvan bien. Añade el arrurruz disuelto y sigue removiendo hasta que espese. Sirve.

*El Kuzu suele se venderse en formato granulado o trozos pequeños, que se disuelven en líquidos, en cambio el arrurruz ya se vende molido.


Relato, fotografías, vídeo y receta @catypol - Circus day blog.

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