Señoras y Señores,

Bienvenidos a Circus Day

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Hola,

Soy Caty y dirijo este circo

Foodie, diseñadora gráfica, cuentacuentos y aficionada a la fotografía es un resumen de lo que encontrarás aquí, un circo lleno de recetas, historias y espectáculo. Señoras y señores, mesdames et messieurs, ladies and gentlemen, bienvenidos a Circus day, espero que te guste el show.

Hi, I'm Caty and I lead this circus.

Foodie, graphic designer, storyteller and photography amateur is a summary of what you will find here, a circus full of recipes, stories and spectacle. Señoras y señores, mesdames et messieurs, ladies and gentlemen, welcome to Circus day, I hope you like the show.

The Show

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Entradas
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En el blog

Funnel cakes

En algún lugar del oeste donde las cabras daban la vuelta del susto y el polvo era más persistente que el mal humor de un sheriff sin siesta, el saloon reconvertido en cafetería vegana de funnel cakes vivía su momento de mayor gloria. Se llamaba “El Cactus Crujiente”, y servía dulces tan grasientos que ni el sol se atrevía a derretirlos. Una mañana particularmente calurosa, entró tropezando un vaquero despeinado, con las botas llenas de barro y cara de haber discutido con un cactus. Lo más notable: había perdido su gorra, lo que lo hacía parecer menos Clint Eastwood y más espantapájaros confundido.

—¡A ver si alguien ha visto mi sombrero! ¡O un mapa del oro! ¡O una monja, que también la he perdido! —gritó, mientras los clientes dejaban caer los tenedores.

De una mesa del fondo se levantó una monja desorientada, que sostenía una funnel cake como si fuera una reliquia sagrada.

—¡Este rosco frito es el demonio! —gritó sor Enriqueta—. ¡Y ese caballo tuyo me ha dejado en mitad del desierto para irse a coquetear con una yegua!

—¡No es mi culpa si el caballo cojo se cree Casanova! —respondió el vaquero, tirándose en una silla con el dramatismo de una novela barata.

Entonces entró un buscador de oro cabreado, con una pala al hombro y restos de tierra hasta en las orejas.

—¡¿Quién ha cambiado el cartel del viejo saloon?! ¡Aquí se jugaban partidas de póker por pepitas, no se servían pasteles con azúcar en polvo!

La situación escaló con rapidez: la monja lanzó su funnel cake como un frisbee bendito, el buscador de oro exigía duelos por “la dignidad del oro perdido”, y el vaquero buscaba su gorra debajo de las mesas mientras murmuraba amenazas de venganza contra los mapaches. Al final, el dueño del local —un antiguo forajido reconvertido en repostero zen— subió al mostrador y, agitando una espátula, gritó:

—¡Aquí no se dispara, no se reza en voz alta y no se cabalga dentro! ¡Comed, hablad o largaos, pero los funnel cakes no se insultan!

Hubo un silencio. Luego, como si fuera lo más normal del mundo, todos se sentaron de nuevo. La monja pidió otra porción (“por si acaso el demonio tenía segunda forma”), el buscador de oro se apuntó a un taller de repostería, y el vaquero encontró su gorra… puesta como nido por una paloma en el baño. Desde entonces, el Cactus Crujiente fue famoso no solo por sus dulces, sino también por su política de “No caballos cojos en el interior” y la leyenda del día en que el salvaje oeste fue derrotado por una funnel cake bien frita.



Funnel cakes o pastel de embudo, típico en ferias, carnavales y eventos en América del Norte fue para mí un agradable descubrimiento, es una masa parecida al pancake pero con diferencia a la hora de cocinarla, ya que se usa literalmente un embudo, aunque yo he usado un biberón de cocina con un agujero grande y me ha ido igual de bien. 

La historia cuenta que están vinculados a los holandeses de Pensilvania de ascendencia alemana, y al ser una zona en la que viven los Amish se les relacionó con este postre, siendo un postre que se disfrutaba en los festivales de la cosecha y días festivos. Después se fue extendiendo y ahora es un postre popular del país. También guardan relación con otros postres parecidos como flancati (Eslovenia), tippaleipä (Finlandia) o strauben (Austria).

· FUNNEL CAKES ·

Ingredientes para 6 unidades
  • 230 gr. de harina 
  • 50 gr. de azúcar
  • Una pizca de sal
  • 2 huevos grandes
  • 230 ml. leche
  • 2 cdas. aceite
  • 1 cdta. extracto de vainilla
  • Aceite para freír
  • Azúcar glasé para espolvorear por encima

Topping (opcional)
  • Fresas
  • Nata montada
Elaboración
Mezclar la harina tamizada, el azúcar, la sal. Por otro lado mezclar y batir los huevos, la leche, el aceite y la vainilla. Mezclar con varillas los ingredientes líquidos con los sólidos hasta formar una masa homogénea y sin grumos. Poner en un biberón de cocina con agujero grande, si no tienes biberón puedes usar un embudo.

Poner abundante aceite para freír en un sartén pequeña, y cuando esté bien caliente ir formando los cakes dando una forma irregular como se ve en la fotografía. Cuando esté dorado, dar la vuelta y dorar el otro lado. Sacar y ponerlo sobre papel de cocina para drenar el aceite sobrante. 

Espolvorea azúcar glasé por encima como se hace en el tradicional si lo prefieres o puedes prepararlo como yo, con nata y fresas.

Presentación (opcional):
Cortar fresas a rodajas y montar la nata (si es el caso) o usar una nata montada.
Poner la nata sobre el cake, y encima poner las rodajas de fresas. 



Con esta receta participo en el concurso de recetas norteamericanas de La cocina de Tesa. ¡Feliz primer aniversario del blog, Teresa!




Fotografías @catypol - Circus day.

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