Boloñesa de lentejas
La mamma había estado cocinando todo el día. Las lentejas estaban preparadas para despedir el año, y esta vez sabíamos que decir adiós al pasado nos haría felices. No había sido un buen año, aunque mamá solía decirnos: —¡Podría haber sido peor!. Pero yo no me lo creía.
Mirar hacia el futuro con esperanza es lo que todos hacemos en algún momento de la vida, y en nuestra familia nos levantábamos con esa ilusión cada día. Pero pasar página este año, y hacerlo con dignidad, era la mayor recompensa. La Nonna nos había dejado ese mismo año, y desde que no estaba, parecía que la familia iba a la deriva.
Mi hermano mayor había decidido dar clases de salsa. —¿De verdad? —le preguntó mi madre. —¡Claro, corasón! —le contestó muy serio. Después nos enteramos de que tenía una novia caribeña y nos quedamos tranquilos. Él tenía aspecto de ejecutivo agresivo, y más de una vez habíamos pensado que estaba metido en La Cosa Nostra, así que no pudimos evitar respirar aliviados.
Mi tía abuela iba por su cuarto matrimonio. Bueno, ya era viuda de su cuarto marido, por eso no nos sorprendió que durante el funeral de la Nonna encontrara al quinto novio, y quizás futuro marido, en el cementerio. No, no dentro de una tumba —si es lo que piensas—, sino entre los enterradores. Exactamente, un señor mayor… Lo de "mayor" lo digo por ser amable; hubo un momento en que pensamos que se alojaba en algún panteón. Ella, entre reír y llorar, no desentonaba con él.
Mi hermana pequeña decidió quedarse embarazada. No supimos muy bien por qué. Un año quiso ser enfermera, pero al ver la sangre se desmayó. Se dio cuenta de que si tenía que ver sangre a menudo, no le alcanzaría la vida para curarse todos los chichones de la cabeza. Lo siguiente que quiso ser fue profesora de autoescuela, aunque no tenía carnet de conducir. —¡Pero si no conduciré yo! —nos decía muy resuelta.
No la hicimos cambiar de idea. Ella misma se dio cuenta cuando descubrió que en su lado del coche también había pedales, y que de tanto frenar, se golpeaba la cabeza con el salpicadero. Así que todos pensamos que tanto golpe le debió afectar de algún modo. Mi madre solo le comentó el dolor de cabeza que producen los hijos y no se habló más del tema.
Y el párroco… Que no, no era de la familia, pero como si lo fuera. Había oficiado todos los sacramentos de la familia, por lo que nos conocía bien. Normalmente lo hacía con resignación y humor, sobre todo cuando se trataba de mi tía abuela. Nosotros, a cambio, lo invitábamos a comer después del oficio del domingo. Ese día también estaba allí, cuando mi madre había cocinado lentejas para desearnos un próspero año. Le preguntamos cómo creía que nos trataría el año nuevo. Él nos contestó: —Comiendo muchas lentejas, familia… comiendo muchas lentejas.

Ingredientes para 4
- 1 zanahoria grande
- 1 cebolla grande
- 3 dientes de ajo
- Sal y pimienta al gusto
- 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 2 cucharadas de orégano y albahaca
- 200 gramos lentejas crudas (en remojo la noche anterior) o 1 bote de lentejas ya cocinadas
- 100 mililitros de vino tinto
- 200 gramos tomates triturados
- 200 ml. caldo de verduras o agua (si hiciera falta)
- 2 cucharadas de vinagre
- 350g capellini
- 6 hojas de albahaca picadas
- Queso parmesano rallado

- 1 large carrot
- 1 large onion
- 3 cloves of garlic
- Salt and pepper to taste
- 4 tablespoons extra virgin olive oil
- 2 tablespoons of oregano and basil
- 200 grams raw lentils (soaked the night before) or 1 jar of cooked lentils
- 100 milliliters of red wine
- 200 grams of crushed tomatoes
- 200 ml. vegetable broth or water (if necessary)
- 2 spoonfuls of vinegar
- 350 grams capellini
- 6 chopped basil leaves
- Grated Parmesan cheese

Que buen platito de pasta.
ResponderEliminarTus fotos siempre tan chulas :-))
Un saludito
Gracias Mijú!!
EliminarSiempre adorables tus relatos y esa recete está diciendo "hazme ya" pero deberé dejarlo por un tiempo: Javier volvió ayer de pasar una semana en Roma y, desde el aeropuerto, me mandaba un wasap diciéndome la hora de llegada y aclarándome que durante un tiempo no quería comer pasta o pizza ;-)
ResponderEliminarOh! yo creo que Javier tiene toda la razón, a mi me pasaría lo mismo si viniera de Roma, jeje, guárdalo para otros meses. Besos
EliminarMe encanta la boloñesa de lentejas, de verdad, es una alternativa genial a la de soja y a la de carne (que cada vez como menos). Y oye, que encontrar novio en el cementerio, fuera de la tumba xD es un puntazo cuando le presentas, sólo por eso ya merece el viaje.
ResponderEliminarYo también cada vez como menos carne...la vida y el amor puede sorprender en cualquier rincón, incluso en el cementerio, jajajaja. Besos
EliminarNunca habia visto una boloñesa de lentejas, pero que delicia! Esta ya en mis prendientes, tengo que hacerla! Me encanta leer como siempre tus relatos y que bueno estar de vuelta tambien para desearte un muy feliz año!
ResponderEliminarBs
Feliz año Diana, guapa!!! un beso grande
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