Todo empezó cuando Teresa, la dueña del pequeño hostal “Sol y Sombra”, encontró una piña sobre el mostrador de recepción. No era parte del desayuno ni un regalo de bienvenida. Simplemente… apareció.
—¿Y esto? —preguntó en voz alta, aunque solo estaba Paco, el recepcionista, medio dormido escuchando un tango en el viejo gramófono que alguien había donado años atrás.
—Igual la trajo algún huésped —dijo Paco, encogiéndose de hombros—. O es de los del autobús que llegó esta mañana.
En la plaza, justo enfrente del hostal, la única sombra que había era la de un raquítico árbol junto a la parada de autobús. Y ahí, efectivamente, se habían bajado dos turistas, una pareja joven, cargando mochilas enormes y… una piña.
Teresa cruzó la calle con la piña en la mano como si llevara un trofeo.
—¡Oigan! ¿Esto es suyo?
Los alemanes se miraron confundidos. Luego ella, con un inglés limitado pero convincente, explicó:
—Pineapple. Reception. You left.
—Ah! No, no. Decoration for photo —dijo él, y sacó el móvil para mostrar una foto de su novia con gafas de sol, un cóctel, y la piña como atrezo.
Teresa se rindió. Volvió al hostal y colocó la piña junto el gramófono. Quedaba curiosamente bien. Esa tarde, mientras barría la entrada, vio pasar a una señora mayor, impecable, con zapatos de tacón y un andar digno de pasarela. Se detuvo, miró la piña con interés y dijo:
—¿Venden fruta aquí también?
—No, señora —respondió Teresa, suspirando—. Pero si espera al próximo autobús, igual le traen algo más exótico.
La señora sonrió, se sentó bajo la única sombra de la plaza, y esperó. Desde entonces, la piña se quedó en el hostal. Ya nadie preguntó por ella. Fue parte del mobiliario durante unas horas, al final, acabaría en la cocina, cortada a rodajas o formando parte de un plato elaborado. ¡Cómo si fuera un cerdito engordado!.
Ingredientes
- 1 piña pequeña
- 500 gramos de carne picada ternera
- La yema de 1 huevo
- 1 cucharadita de cebolla en polvo
- 1 cucharadita de ajo en polvo
- 1 cucharadita de sal y pimienta
- Pimiento verde y rojo a trocitos pequeños
- Cebolla y ajo a trocitos pequeños
- 1 cucharadita de tomate concentrado
- Enciende el horno a 200º C. (También se puede hacer con la airfryer como en el vídeo).
- Pela y quita el centro de la piña.
- Corta a rodajas, ¿el grosor? a gusto de cada uno.
- Reserva.
- Pocha en una sartén los pimientos, la cebolla y el ajo, a fuego bajo.
- Cuando empiecen a transparentar añade el tomate concentrado.
- Remueve.
- Deja pochar unos minutos más.
- Mezcla la yema, la cebolla en polvo, el ajo en polvo, y la sal y pimienta con la carne.
- Cuando el sofrito esté pochado añádelo a la carne y mezcla bien.
- Asegúrate que el círculo de la piña esté relleno de carne.
- Aplastar los extremos formando las bolas como las de la foto.
- Hornea durante 40 - 45 minutos (depende del grosor y del punto de cocción que guste a cada uno).
- Si se hace con la airfryer, cocinar a 180 ºC durante 15/20 minutos.
- Servir con la salsa agridulce por encima.
- 2 cucharadas de azúcar glasé
- 1 cucharada de fécula de maíz
- 2 cucharadas de salsa de soja
- 3 cucharadas de ketchup
- 3 cucharadas de vinagre de arroz
- 2 cucharadas de vino de arroz o vino blanco
- 100 mililitros de agua
- consume local...compra más en fruterías y pequeños establecimientos evitando las grandes cadenas que están hundiendo los precios en origen.
- cuando tu bolsillo te lo permita, compra productos de precio justo... si no puedes siempre, ayuda de vez en cuando con pequeñas compras.
- piensa que ciertos productos bio no son ni mejores ni peores para tu salud pero sí lo son para quienes los trabajan.
- si los gobiernos y organizaciones internacionales no miran por el bienestar de la personas, hazlo tú... no los condenes al olvido.
- deseo una vida más justa y más sana, como la mía... ojalá algún día, todo el mundo tenga lo que yo tengo.... ni más ni menos.











