21 agosto 2017

Bikini

Sor Inés y Sor Margarita eran dos monjas modernas. "Muy modernas". Tanto, que se apuntaron a un congreso de vida contemplativa… en Barcelona. Pero un error en la app de mapas las desvió por completo de su destino espiritual.

—¿Sor Inés, segura que esto es el retiro?
—Lo pone aquí: “Sala de fiestas Celestial”. ¿Será una metáfora?

Entraron. Luces de neón, música a todo volumen y un camarero que les preguntaba si querían un bikini. Ellas, un poco nerviosas, retrocedieron dos pasos… hasta que vieron que a lo que llamaba bikini era un sándwich.

—Ah… era eso —dijo Sor Margarita, sonrojada.
—Menos mal. No sabía qué pensar —murmuró Sor Inés.

Intentaron salir discretamente, pero la app insistía: “Ha llegado a su destino”. Dieron vueltas por el barrio durante una hora, pasando tres veces por el mismo limpiabotas, que ya empezaba a mirarlas ceñudo.

—Madre mía, esto no puede ser lo que el Señor tenía en mente —suspiró Sor Margarita.
—Bueno, el Señor obra por caminos misteriosos… y a veces usa Google Maps —respondió Sor Inés, resignada.

Al final, decidieron volver al convento, doce horas después, con los hábitos arrugados y un poquito enfadadas. La madre superiora les preguntó cómo había ido el viaje.

—Largo. Muy largo —dijeron al unísono.

Desde entonces, recordando aquel día, las dos monjas rezan una nueva oración para los viajes:
“Líbranos, Señor, de los errores de GPS, de los congresos engañosos y de los sándwiches con nombres confusos. Amén.”





De un sándwich llamado mixto a llamarse, en Barcelona, Bikini. Si uno viajara en el tiempo a los estadios de béisbol neoyorquinos de finales del siglo XIX, se encontraría con una muchedumbre atildada y fervorosa, que despistaba el hambre con los ham and cheese sandwiches. 

En 1953 abrió sus puertas en la Diagonal barcelonesa la Sala Bikini, que aspiraba a recrear la atmósfera propia de los locales americanos, incorporando atracciones novedosas como un minigolf, terraza y bolera. Allí fueron presentados en sociedad desde el Seat 600 a nuevos bailes, como la yenka o el twist, pero también la especialidad de la casa: el único sándwich mixto. 

Durante aquella época la represión franquista no permitía palabras extranjeras, así que empezó a llamarse El bocadillo de la casa. De ahí pasó a ser El bocadillo que hacen en la Bikini y, después, se quedó como Bikini. 

· BIKINI ·

Ingredientes
  • Jamón dulce (de York)
  • Queso en lonchas
  • Mantequilla
  • Pan de molde

Elaboración
  1. Reparte abundante mantequilla por la parte que va en el exterior del sándwich. 
  2. Echa bien de jamón y una loncha de queso. 
  3. Mete en la plancha o sandwichera durante unos minutos, cubierto con papel de hornear.


Relato, fotografías IA y vídeo @catypol - Circus day.

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