Croquetas de botifarró
Subíamos al desván con María. Allí guardábamos todos esos objetos que no cabían abajo, que ya no usábamos o que eran el recuerdo de alguien. Y el baúl más grande y bonito era el suyo. Siempre le preguntábamos si podíamos fisgar en él, y siempre obteníamos una negativa por respuesta. No sé qué cambió esa vez, cuando dijo que sí.
Recuerdo con demasiada inquietud —y también con muchas ganas— el momento en que esperábamos que abriera el candado que cerraba el baúl. Cuando por fin lo hizo, nos dejó a todos con la boca abierta. Dentro había vestidos de otra época, bellos y coloridos; collares, plumas, libros y perfume. También había un atado de cartas, todas con el nombre de María escrito en el sobre.
No quisimos tocarlas, aunque moríamos de ganas por leerlas. María nos explicó que eran de un pretendiente que se fue a la guerra y deseaba volver para casarse con ella. Pero él no regresó. Y nos sonrió con esa manera suya que significaba que todo estaba bien.
—¿Y dónde lo conociste, María? —le pregunté, inocente. —Cuando trabajaba en la cocina —me respondió, acariciándome el pelo. —¿Y era guapo? —insistí. —No, pero tenía buen apetito —rió ella. —¿Y eso te gustó? —la miré, asombrada. —Él quedó prendado nada más servirle mis croquetas —dijo, divertida. —¡Ah! Pues deberías enseñarme a cocinarlas... no vaya a ser que algún día las necesite —me reí yo también, para espanto de ella.
- 4 botifarrones picantes
- 50 mililitros de aceite de oliva
- 1 cebolla pequeña
- 95 gramos de harina
- 400 mililitros de leche
- Sal y pimienta negra al gusto
- Huevo
- Pan rallado
- Retira la piel de los botifarrones y pícalos finamente, ya sea con una picadora o con un cuchillo.
- Reserva.
- En una sartén, calienta el aceite de oliva y rehoga la cebolla picada hasta que empiece a tomar color.
- Añade el botifarrón picado y cocina un par de minutos más.
- Incorpora la harina y tuéstala durante 1 o 2 minutos removiendo.
- Vierte la leche poco a poco, salpimienta al gusto y mezcla hasta obtener una bechamel espesa pero cremosa.
- Al remover con la espátula, debe despegarse de las paredes de la sartén.
- Reserva la bechamel en el frigorífico durante un mínimo de 4 horas (mejor si es de un día para otro).
- Una vez fría, forma las croquetas y rebózalas, primero pasándolas por huevo batido y después por pan rallado.
- En este punto, puedes congelarlas o freírlas directamente para consumirlas al momento.
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