Señoras y Señores,

Bienvenidos a Circus Day

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Hola,

Soy Caty y dirijo este circo

Foodie, diseñadora gráfica, cuentacuentos y aficionada a la fotografía es un resumen de lo que encontrarás aquí, un circo lleno de recetas, historias y espectáculo. Señoras y señores, mesdames et messieurs, ladies and gentlemen, bienvenidos a Circus day, espero que te guste el show.

Hi, I'm Caty and I lead this circus.

Foodie, graphic designer, storyteller and photography amateur is a summary of what you will find here, a circus full of recipes, stories and spectacle. Señoras y señores, mesdames et messieurs, ladies and gentlemen, welcome to Circus day, I hope you like the show.

The Show

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En el blog

Trufas de chocolate

En un rincón acogedor de la ciudad, un pequeño café llamado "Sabor a Misterio". En este lugar, las trufas de chocolate picante eran la especialidad del chef, un hombre misterioso que nunca mostraba su rostro, pero sus trufas tenían el poder de encender las chispas del amor.

Un día, Sarah, una apasionada de la búsqueda de la verdad y amante del romanticismo, decidió participar en una cita a ciegas organizada por el café. Sarah era una periodista intrépida que había viajado por todo el mundo en busca de historias emocionantes. Su último viaje la había dejado con el corazón roto, pero estaba decidida a encontrar el amor en su propia ciudad.

Esa noche, Sarah llegó al café nerviosa pero emocionada. Se encontró con un misterioso caballero, cuyo nombre era Alex, y ambos se sentaron en una mesa junto a un rincón acogedor. Alex era un aventurero amante de los viajes locos, siempre en busca de emociones nuevas.

Mientras charlaban, se dieron cuenta de que compartían una pasión por la vida y la diversión. Hablaron de sus viajes más locos, de saltar en paracaídas en Nueva Zelanda, explorar templos en Tailandia y bucear en el Gran Arrecife de Coral. A medida que compartían sus historias, la sonrisa de Sarah se volvía cada vez más amplia.

Pero lo que más sorprendió a Sarah fue el sabor de las trufas de chocolate picante. Cada bocado era una explosión de sabores en su boca, un equilibrio perfecto entre lo dulce y lo picante. La combinación de chocolate y picante era como la combinación de sus personalidades, diferentes pero complementarias.

Con el tiempo, las citas en el café se convirtieron en una tradición para Sarah y Alex. Juntos exploraron las calles de la ciudad, compartieron risas y emociones, y descubrieron que la verdad que buscaban no solo estaba en sus historias de viajes, sino también en el amor que habían encontrado el uno en el otro.

El futuro se extendía ante ellos, lleno de aventuras por vivir y misterios por descubrir. En cada viaje, en cada risa y en cada trufa de chocolate picante, encontraron la chispa del amor que tanto anhelaban. Y aunque el mundo estaba lleno de corazones rotos, ellos habían encontrado la fórmula perfecta para mantener sus sonrisas puestas y sus corazones unidos, unidos por el sabor a misterio y amor que compartían.



Por todos es conocida la mona de Pascua de chocolate, muchos pasteleros se afanan en tenerlas listas para la fecha señalada, como Escribà que presenta cada año unas monas monumentales, creo que es todo un acontecimiento para los ciudadanos y la verdad es que son impresionantes. Mi idea no es hacer una mona, para nada, ni tan siquiera hacer los perfectos huevos de chocolate que tanto nos gustan y que cada vez más tenemos a nuestro alcance. No, yo quería hacer trufas, de chocolate, eso sí, pero trufas al fin y al cabo. Pero para rizar el rizo, las trufas debían tener un "algo" diferente, porque si no aunque la mona se viste de seda, mona se queda, ¿verdad?

Los chicos de Anar de tapes, me preguntaron si estaba interesada en participar en un concurso de cocina que hacen mensualmente con temática diferente, y este mes el tema es el chocolate. Así que inspirada en un libro de Maxine Clark, me puse a ello, sólo que esta vez es una receta para apasionados del chocolate y del picante, que con un divertido packaging se ha convertido en otra receta Circus, ¿el grado del picante? lo eliges tú.

· TRUFAS DE CHOCOLATE Y CHILE ·

Ingredientes para la trufa
  • 170 gr. de chocolate negro troceado
  • 25 gr. de mantequilla
  • 200 ml. nata para montar
  • 1 cdta. de chile en polvo (cayena, jalapeño, pasilla, etc.)
  • 1 cucharada de whisky (o ron, o coñac, o vodka, etc.)
Ingrediente para rebozar la trufa
  • Cacao en polvo sin azúcar
Ingredientes para el chile caramelizado
  • 200 gr. de azúcar
  • 250 ml. agua
  • 2 chiles rojos, sin semillas
Elaboración
Con una cucharilla o con las manos formamos las trufas, en este caso en forma de huevos del tamaño de los huevos de codorniz, para colocarlos dentro de la huevera. Las rebozamos con el cacao, y las ponemos sobre una bandeja, las volvemos a dejar en el frigorífico hasta que endurezcan. Después las guardamos en un recipiente o cómo yo en una huevera. Añadimos unas tiras de chile caramelizado, y ya tenemos nuestras "monas" preparadas y listas para regalo. 
Primero prepararemos los chiles caramelizados. Para ello, cortamos los chiles en tiras finas. Ponemos a hervir el azúcar y el agua en un cazo. Cuando hayan hervido durante 1 minuto le añadimos las tiras de chile, bajamos la temperatura y dejamos cocinar durante 25 minutos. Si lo hacemos por la noche, dejaremos los chiles dentro del cazo con el almíbar durante toda la noche. A la mañana siguiente, calentamos un poco el preparado y sacaremos las tiras de chile, las ponemos una a una sobre un papel para horno, y dejamos secar.

Para las trufas, también necesitamos prepararlas con bastante tiempo, por lo que mi consejo es preparar los chiles caramelizados la noche anterior, y las trufas también, pues así ambos preparados estarán toda la noche reposando.

Para las trufas, fundimos el chocolate, la mantequilla, la nata y el chile en polvo en una olla, con cuidado a no quemarlo. Cuando se haya fundido el chocolate añadimos el whisky, removemos bien y sacamos del fuego. Dejamos enfriar y lo ponemos un rato en el frigorífico hasta que enfríe. Cuando esté frío, lo sacamos del frigorífico y lo batimos con una batidora eléctrica, no subirá cómo cuando subimos la nata para montarla, pero un poco si lo hará. Lo pasamos a un recipiente con tapa o lo tapamos con film pero que toque la superficie del chocolate, que no quede aire dentro. Y lo dejamos toda la noche en el frigorífico.



No sé si están para ir al cielo, o endiabladamente buenas, o son Monas, no sé si sirven de regalo, o para un homenaje propio, sean para compartir o para uno mismo, disfruta.

Fotografías @catypol - Circus day. 

Chocolate cakes

En un pequeño pueblo situado en el bajo de las montaña donde casi nunca nevaba. Este pintoresco pueblo era famoso por sus inviernos mágicos y sus dulces caseros. Jugar a tirarnos bolas de nieve era el divertimento actual ya que rara vez nevaba y cuando lo hacía copiosamente les encantaba. Siempre había alguien que decidía que las chicas éramos el blanco perfecto y terminábamos todos mojados y rojos de la risa, eran buenos días. 

La historia de las bolas de nieve comenzó hace generaciones, cuando los antepasados del pueblo solían competir en la creación de las bolas de nieve más perfectas, cuando nevaba, y como no lo hacía nunca, cuando pasaba era una ocasión festiva. Los niños recogían nieve fresca y húmeda, la compactaban en sus manos y la hacían rodar cuesta abajo para que la nieve se adhiriera y se convirtiera en una esfera perfecta. Luego, decoraban sus bolas de nieve con pequeñas ramitas y piedras para darles personalidad. 

Después corrían a casa a tomar un chocolate bien caliente, agarrando la taza para calentar las frías manos. Ver nevar es la sensación más bonita, quedarse detrás del cristal de la ventana viendo los copos acumulándose en el suelo, en las ventanas, sobre los coches, y en todo lugar que alcanzaba.

Pero lo que realmente hacía que ese pueblo fuera especial eran las bolas de chocolate. En una pequeña y acogedora cocina en el centro del pueblo, vivía una anciana llamada Abuela Agnes, la maestra chocolatera del pueblo. Todos los niños la adoraban y esperaban ansiosos su visita. Abuela Agnes era una experta en hacer bolas de chocolate, y su receta secreta era legendaria.

Cada invierno, Abuela Agnes les enseñaba a los niños su receta secreta de bolas de chocolate, asegurándose de que la tradición perdurara. Los niños, con sus delantales y gorros de chef, seguían sus pasos y se convertían en pequeños chocolateros expertos. La tradición de hacer bolas de chocolate se convirtió en una costumbre anual, esas sí llegaban cada año al pueblo.



Para hacer el bizcocho usé un molde de semiesferas de 6 cm. de diámetro cada una, tuve que hacer varias tandas pues sólo tengo uno, pero el preparado no puso objeción así que con paciencia cocinera el resultado fue el que yo quería.

· CHOCOLATE CAKES ·
· Sin gluten ·

Ingredientes 
  • 30 gr. de cacao en polvo puro
  • 35 gr. de harina de arroz
  • 5 gr. de levadura en polvo
  • Una pizca de canela
  • Una pizca de sal
  • 4 huevos tamaño grande
  • 2 cucharadas de miel o azúcar
  • 1 cucharadita de vainilla 
  • 60 ml. de aceite de oliva suave

Elaboración
Precalentar el horno a 180º C. 
Mezclar el cacao, la harina, la levadura, la canela y la sal. Añadir los huevos, la miel, la vainilla y el aceite. Batir todo con la batidora de mano. Y verter en las cavidades semicirculares del molde. Hornear unos 20 minutos o hasta que la prueba del tester salga limpia. Sacar del horno, sacar los semicírculos del molde dejándolos enfriar sobre una rejilla y repetir la operación hasta que el preparado se haya acabado. Cuando estén fríos, poner dentro de un recipiente de cristal con tapa y dejar toda la noche en el frigorífico. 

Ingredientes para el relleno
  • Mascarpone
  • Mermelada de fresa
Elaboración
Cortar la superficie más plana de las semiesferas, dejándolas así totalmente planas para su posterior relleno. Le ponemos un poco de mermelada y sobre ella el mascarpone.

Ingredientes para el chocolate para cubrir los pasteles
  • 150 gr. de chocolate para fundir, a trocitos
  • 50 gr. de mantequilla
  • 3 cdas. de leche
Elaboración
Poner los ingredientes en un cazo, a fuego suave para que no se quemen, y remover hasta su total disolución. Dejar reposar para que enfríe un poquito, cuando esté caliente/tibio, verter sobre las tartas cubriéndolas totalmente. Dejar enfriar totalmente dentro del frigorífico para que el chocolate endurezca.

Al final yo le puse un trocito de chocolate de fresa para coronarlas.




Con esta receta participo en el concurso Pasteles, pastas, galletas, merengues, tartas, panes dulces y salados, promovido por el blog cocido de sopa. 


Relato, receta y fotografías @catypol - Circus day.

Fabes con almejas

Estábamos todo el grupo reunido en la biblioteca, Enol intentaba leer una receta de un libro asturiano mientras los demás buscábamos el ingrediente misterioso que la profesora Rogers decía que llevaba una elaboración que estudiamos en la última clase. Fue una clase muy divertida, cuando entramos al aula ella estaba terminando de cocinar, olía maravillosamente bien y todos nos miramos divertidos, nos colocamos rodeando la cocina central y dejamos que ella acabara.

Nos agradeció el silencio y empezó a servirnos un cuenco de su elaboración a cada uno y nos propuso un juego, debíamos adivinar los ingredientes, ¿os atrevéis?.- nos dijo. Desplegamos todos nuestros sentidos, lo primero que vimos fueron almejas, así que apuntó en la pizarra el primer ingrediente, el sofrito ya era más difícil aunque también era evidente que llevaba tomate, y también perejil.

Ahora pasamos al sabor y olor, ¡hum! bueno, fuimos desgranando poco a poco, al principio fue un poco al azar, ajo, cebolla, pimentón, otros fueron por recuerdos en nuestra memoria como la sal, la pimienta o agua, pero faltaba uno, ninguno pudo con ello así que lo buscábamos en la biblioteca, era nuestra tarea y la verdad es que Enol no ayudaba mucho, así que ante nuestras quejas él decidió prestarnos atención, _¿pero chicos, por qué tanto revuelo?.- nos dijo, _miren bien los ingredientes de la receta, ¿qué ingrediente le falta para que sea un buen guiso?. _CLARO.- expresamos todos, _llegarás lejos Enol, llegarás muy lejos.


Hace 20 años que tengo esta receta, en ese momento coleccionaba recetas, extraño para mi pues no andaba mucho por la cocina y era una comensal horrorosa, pero la guardé. Así que es mi primera vez que hago este plato, ya sabes que a elección (@JosinhoSilva) cocinamos una receta eligiendo un tema en común, y por temporada, tiempo y por que nos gusta se ha elegido platos que se comen con cuchara.

· FABES CON ALMEJAS · 

Ingredientes 
  • 600 gr. de fabes
  • 500 gr. de almejas
  • 2 cebollas
  • 2 dientes de ajo
  • 2 vasos de agua
  • 1 vaso de vino blanco
  • 3 tomates
  • Aceite
  • 1 cda. perejil picado
  • 1/2 cda. pimentón dulce
  • Sal y pimienta blanca

Elaboración
Poner las fabes en remojo el día anterior. Al día siguiente poner una olla con agua fría y le echamos las fabes escurridas dentro, junto con 1 tomate partido en trozos, 1 cebolla troceada, los 2 dientes de ajo pelados y cortados a trozos y un chorro de aceite. Dejamos cocer durante 1 hora y 45 minutos, tenemos que "asustar" las fabes cada vez que rompa a hervir añadiendo agua fría.

En una cazuela con un poco de aceite sofreímos la otra cebolla picada, y cuando doren añadir los tomates restantes a trocitos y el pimentón. Dejamos cocer y le añadimos las almejas lavadas, el vaso de vino, el agua, el perejil picado y salpimentamos. Cuando se abran las almejas, le añadimos las fabes escurridas. Dejamos cocer 10 minutos y servimos con la misma cazuela.




Diseño logotipo y fotografías @catypol - Circus day.

Burguer de pavo y puré

Deseo
Deseo que al soplar todo vuelva a su estado normal
Deseo que al palmear mis manos sea porqué acompañan una linda melodía
Deseo vibrar por emoción y no por miedo
Deseo ser pequeña pero con intención grande
Deseo ver a través y no dejar que la luz me ciegue
Deseo llegar tarde y llegar entera que pronto y rota
Deseo correr sin ser perseguida
Deseo amar sin ser castigada
Deseo un día de lluvia si limpia el ánimo
Deseo un día de sol si llena el alma
Deseo gritar si es de felicidad
o quedarme muda, pero sólo, si hace falta.



A estas alturas no es extraño que empiece recitando, o cuente una historia, un cuento, o una carta, Circus es así, está hecho con intención, no siempre se me ocurre, ni tengo tiempo, pero esa es una de las razones de tener el blog. Además de recetas, de todo tipo, quiero sentirme bien con el conjunto y no sólo con lo que como o fotografío.

Y de eso se trata esta entrada, de recetas sanas, que alimenten el cuerpo y para mi el alma, por qué? no tienen nada de especial el pavo y la coliflor, verdad? jajaja, no no lo tienen, pero el puré de coliflor es tan rico, fácil y sin grasas ni lácteos, y bueno el pavo igual que el pollo puede ser un poco seco dependiendo de cómo lo cocinemos, éste me encantó, por eso me sentí bien cuando probé este plato.


· HAMBURGUESAS DE PAVO CON PURÉ ·

Ingredientes para la hamburguesa
  • 1 bulbo de hinojo
  • 1 zanahoria mediana
  • 1 cdta. de aceite de oliva
  • 2 hojas de acelga sin pencas
  • 1 cucharadita de perejil picado
  • 500 gr. carne picada de pavo o pollo
  • 1 cda. de soja
  • Semillas de sésamo para rebozar, opcional
Ingredientes para el puré
  • 1 cebolla 
  • 2 dientes de ajo
  • 1 cda. de aceite de oliva
  • 1 coliflor
  • 250 ml. agua
  • Sal y pimienta al gusto

Elaboración de las hamburguesas
Cortar el bulbo de hinojo y la zanahoria en brunoise, sofreír con la cucharadita de aceite en una sartén a fuego medio, hasta que se ablanden un poco y doren, sin quemarlas (terminarán de cocinarse en el horno). Apartar y dejar enfriar. Picar las hojas de acelga, y mezclar con las verduras anteriores, el perejil, la carne picada y la soja. Mezclar bien y formar las hamburguesas, que no sean muy gordas (se hornean y no tiene que quedar el centro crudo) ni muy grandes (pues se rompen con facilidad). Se dejan en el frigorífico durante una hora. Calentar el horno a 200º C. Mientras en la bandeja del horno, con papel para hornear, colocar las hamburguesas, previamente las habremos pasado sobre semillas de sésamo. Hornear unos 20 minutos.

Elaboración de puré de coliflor
Cortar la cebolla en brunoise, igual con los ajos o prensar con un prensa ajos. Cortar o picar la coliflor, que quede en trocitos pequeños. Reservar la coliflor. En una olla baja sofreímos la cebolla y el ajo. Cuando se transparente añadir la coliflor y el agua. Tapar la olla y cocinar a fuego lento, dependiendo de lo pequeño que sean los trozos de coliflor, cocinar entre 10 o 20 minutos, removiendo y estando atento a que no se evapore el agua y nos quedemos sin, no hay que quemar el preparado, añadir un poco de agua si fuera necesario. Si antes de los 20 minutos la coliflor está cocinada, quitar del fuego y reducir a puré con una batidora o Túrmix. Con la consistencia del puré, salpimentar al gusto.

Servir las hamburguesas con el puré de coliflor. 



Lo dicho, para el cuerpo y alma, y para el concurso de recetas sanas del blog de Margot cosas de la vida, con la colaboración de Nútrim, Cook & World y Hoy del día.

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Relato y fotografías @catypol - Circus day.

Mont Blanc cupcakes

En un remoto pueblo de montaña en Japón, donde el otoño teñía los bosques de un cálido manto de colores, la temporada de castañas estaba en pleno apogeo. Los ancianos del pueblo, con arrugas marcadas por el tiempo y una sabiduría que solo los años podían otorgar, se reunían bajo los árboles para recoger las castañas con un cuidado meticuloso que solo podía equipararse al buen hacer de los artesanos.

En medio de esta efervescencia otoñal, se encontraba un pequeño café con una influencia inesperada de Francia. En ese acogedor establecimiento, un chef japonés talentoso y apasionado había creado un postre que se había convertido en la delicia de la temporada: el Mont Blanc. Cada porción de esta exquisita creación era una obra de arte, con montañas de puré de castañas adornadas con una fina capa de crema de castañas y merengue. Era un regalo para los sentidos, un homenaje al buen hacer japonés y una celebración de la belleza del otoño.

En las tardes, cuando el sol se ocultaba detrás de las montañas y el cielo se teñía de tonos cálidos, los lugareños se reunían en el café. Los ancianos, con sus historias y experiencias de vida, compartían sus sabidurías con los jóvenes, mientras estos últimos aportaban la energía y el entusiasmo de la juventud. La sonrisa del alma, la conexión entre generaciones, se manifestaba de manera palpable en esas reuniones, en medio del cálido ambiente del café y la nieve que comenzaba a cubrir el paisaje.

El Mont Blanc, con su sabor delicado y textura suave, se convirtió en el vínculo que unía a todos, pues todos iban allí a comerlo. Era un recordatorio de que, al igual que las estaciones cambian y la nieve cae, la vida continúa con sus ciclos naturales. En ese rincón de Japón, en medio del otoño y la montaña, el postre Mont Blanc se convirtió en un símbolo de tradición, amor, y el eterno ciclo de la vida.



Te explico el caso de cómo encontrar una boquilla llamada "spaghetti" o "césped", aunque yo creo que no son la misma, pues en otras fotografías se ve un spaghetti más grueso y en las mías no es así.

El Mont Blanc es un postre tanto francés cómo italiano (Monte Bianco), pero también muy popular en Japón. Compuesto de una crema de castañas, tapando una bola de chantilly sobre una base de bizcocho. Cada país nombrado le da una textura diferente, el país Nippon hasta le cambian las castañas por calabaza o batata morada.

· MONT BLANC CUPCAKES ·

Ingredientes para las magdalenas
  • 210 gr. de harina de repostería
  • 250 gr. de azúcar
  • 2 cdtas. levadura en polvo
  • 1/2 cdta. sal
  • 250 ml. leche 
  • 2 huevos grandes, a temperatura ambiente
  • 100 gr. de mantequilla, a temperatura ambiente

Ingredientes para el chantilly
  • 200 ml. nata para montar muy fría
  • 2 cdas. azúcar glas
  • 1 cdta. azúcar avainillado, opcional

Ingredientes para el frosting de castañas
  • 250 gr. de crema de castañas
  • 200 gr. de mantequilla, temperatura ambiente
  • 1 cdta. azúcar avainillado

Elaboración
Precalentamos el horno a 180º C. Tamizamos y mezclamos los ingredientes secos de la magdalena. Aparte, batimos hasta blanquear los huevos, y le vamos añadiendo poco a poco los ingredientes secos, intercalando con la leche, finalmente le añadimos la mantequilla y batimos hasta que se convierta en una crema espesa.
Vertemos la masa resultante en cápsulas para magdalenas o cupcakes, hasta 3/4 partes de la cápsula. Llevamos a hornear durante 20 minutos, o hasta que al pinchar la masa con un tester, éste salga limpio. Dejamos enfriar.

Mientras montamos la nata bien fría, con el azúcar. Una vez montada, llevamos por una hora al congelador.

Para el frosting. Batimos la crema de castañas con la mantequilla y el azúcar avainillado hasta conseguir una crema espesa. Pondremos la crema conseguida en una manga pastelera a la que hemos puesto con anterioridad una boquilla "spaghetti" o "césped".

Montaje
Vaciamos un poco el centro de la magdalena, con una cuchara o manga pastelera ponemos una bola de nata, en ese centro vacío de la magdalena. Con la manga pastelera que contiene el frosting formamos una montaña rodeando y tapando el centro de nata. Así lo hacemos con todos los cupcakes. Terminamos la montaña con un poquito de nata montada, para aparentar la nieve que hay en el Mont Blanc.



Relato y fotografías @catypol - Circus day.

Ñoquis de espelta y calabaza

En Italia, el término "gnocchi" se usa para señalar a una cantidad de pastas bastante amplia, aunque los más frecuentes son los de patata. Otros son preparados "alla romana", con sémola e incluso harina de maíz del tipo maicena, existiendo variaciones regionales y locales. Un antecedente de los ñoquis fueron los zanzarelli (‘mosquitos’) que se preparaban para los banquetes de la Lombardía renacentista, con una masa en la cual se mezclaban miga de pan, leche y almendras trituradas. En el Seicento (siglo XVII) los zanzarelli sufrieron un leve cambio en el nombre y la preparación. Se les llamó malfatti (‘mal-hechos’) y en lugar de las almendras y la miga de pan se usaba una masa simple de harina, agua y huevo.

Para cada variedad de zanzarelli existían por su parte variedades coloreadas, por ejemplo existían los zanzarelli verdes empastados con remolacha y espinaca, predominando para el color verde, la espinaca, así como los zanzarelli amarillos realizados con una mixtura de azafrán y calabaza. Luego aparecieron los malfatti blancos empastados con carne de pollo siendo su ingrediente principal la zanahoria. 

Los signori (señores feudales) solían ser los dueños de los molinos en donde los contadini (campesinos) molían el trigo para hacer harina de frumento (trigo) con la cual preparaban sus pastas, en cierto momento los signori decidieron aumentar las tasas de los precios que los contadini pagaban para poder moler el trigo. Ante el repentino encarecimiento de la harina de trigo, los campesinos italianos experimentaron exitosamente con un substituto de la harina; el puré de patatas.

Usualmente el puré de patata para ñoquis se prepara con añadido de leche e incluso manteca y una cantidad adecuada de harina de trigo (la mínima suficiente como para asegurar la cohesión del puré durante el hervor), más raramente con huevos. Este puré suele ser realizado con un elemento llamado prensapuré que hace más homogéneo y fino al puré sin necesidad de añadirle demasiada agua o leche (el puré para los ñoquis debe tener bastante consistencia), luego se hacen con esta «masa-puré» pequeños bollos (gnocchi) de casi una pulgada (se sabe que los ñoquis poseen la consistencia adecuada si al amasarlos no se pegan en las manos ni en la mesa o mesada ni se desarman en el agua), para facilitar su cocción homogénea en el agua hirviente a la cual deben ser arrojados.

Previamente se les producen unas pequeñas acanaladuras con un tenedor (aunque también existe un pequeño y sencillo instrumento de madera que produce tales acanaladuras al deslizar por encima la masa). Como se ha indicado, los ñoquis se arrojan en agua hirviendo y se retiran, mediante un colador grande, cuando estos flotan en el agua. En el área de la Toscana de Italia se suele ingerir con queso de ricota y espinacas, a esta variante la denominan strozzapreti, o ‘estrangulador de curas’.




· ÑOQUIS DE CALABAZA Y HARINA DE ESPELTA CON SALSA PESTO DE BROCOLI · 

Ingredientes para los gnocchis
  • 240 gr. de puré de calabaza (cocida al horno o al vapor o hervida, pero bien escurrida y fría)
  • 70 gr. de harina de espelta o trigo sarraceno, si quieres sin gluten
  • 1/2 cdta. de sal y pimienta
Ingredientes para la salsa pesto de brócoli
  • 1/2 brócoli
  • 1 puñado de piñones
  • 1 cda. de parmesano
  • Unas hojas de albahaca
  • 10 ml. aceite de oliva
  • 100 ml. de nata para cocinar

Elaboración
Mezclar el puré con la sal y la harina. Vamos mezclando la harina con la calabaza, tiene que quedar una masa no pegajosa para trabajarla. 
Una vez la masa conseguida, formar unos rollos de 1´5 cm de espesor (más o menos), y estos a la vez cortar en 1,5 cm de largo, quedando unos cuadradillos que rodaremos sobre la encimera y le sacaremos forma con un tenedor, o sin forma al gusto de cada uno. Poner en una placa y dejar refrigerar media hora en el frigorífico.

Poner agua a hervir, mientras hacemos la salsa. Picar en la picadora todos los ingredientes de la salsa menos la nata. La nata la ponemos a cocinar. Reservar un poco de salsa de brócoli sin nata, y el resto lo mezclamos con la nata para que termine de cocinarse. Hervir los gnocchis 3 o 4 minutos y colar, servir los gnocchis con la salsa con nata y el resto de la salsa del brócoli, y un poco más de parmesano.





Rediseño del logo hecho @catypol - Circus day

Chuletas a la bechamel

[RETO TIA ALIA]
Algo que me gusta mucho de éste reto mensual es el libre albedrío a la hora de hacer la receta, no hay que pesar ingredientes, a veces muy genérico y siempre divertido. En el caso de éste mes, pasa lo mismo, nos habla de chuletas, pero chuletas ¿de qué? ¿de cerdo? ¿de cordero?, ninguna cantidad específica por lo que en mi caso poca cantidad y de cordero, y servir acompañado, ¿sí o no?, por eso es la entrada más gustosa, y la hago como se hacía antes, sin peso, sin cantidades y a ojo, esa licencia me la permito en este reto y me gusta mucho. 



Las recetas escritas a máquina me recuerdan a cuando yo aprendí a escribir a máquina, usábamos una Olivetti línea 98, nos tapaban las teclas y debíamos seguir el texto de un libro de texto, no podíamos usar corrector y no debíamos mirar el texto que íbamos escribiendo, se notaba un montón la fuerza de algunos dedos y la debilidad de otros. ¿Y el ruido? tac, tac, tac...no puedo evitar remontarme a tiempos pasados cuando llega este reto, y es que las recetas de un tiempo pasado también forman parte de un presente estén escritas a máquina o no. 




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