Señoras y Señores,

Bienvenidos a Circus Day

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Hola,

Soy Caty y dirijo este circo

Foodie, diseñadora gráfica, cuentacuentos y aficionada a la fotografía es un resumen de lo que encontrarás aquí, un circo lleno de recetas, historias y espectáculo. Señoras y señores, mesdames et messieurs, ladies and gentlemen, bienvenidos a Circus day, espero que te guste el show.

The Show

En el blog

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Coliflor a la naranja

Princesas que un día decidieron dejar de serlo. Decidieron poner otro color a su vida, soltarse el pelo… o quizá contárselo. Decidieron que no querían un príncipe azul, ni siquiera un castillo. Y así, se formaron como cocineras, empresarias o viajeras de sus propios sueños.

No quisieron un final comiendo perdices, ni vestidos de alta costura. Prefirieron correr hacia la danza y comer chocolate, antes que pasar un día sin probar bocado. Oler a margaritas, en lugar del Nº 5. Chapotear descalzas en los charcos, en vez de llevar zapatos de tacón.

¿Quién dice que todo tiene que ser como los demás dicen? ¿Seguir unas reglas o hacer lo que se espera de nosotras… si no nos apetece?




Del popular pollo a la naranja a la versión vegetal del mismo, y no decepciona ni un poquito. ¿El truco? reduce la coliflor en ramitas pequeñas, como si fueran palomitas, queda un tamaño ideal y parecido al corte que se hace del pollo.

· COLIFLOR A LA NARANJA ·

Ingredientes para 2
  • 1 coliflor pequeña cortada en ramitas pequeñas
Para la mezcla de harina
  • 1 huevo
  • 80 gramos de agua
  • 80 gramos de fécula de maíz o patata
  • 60 gramos de harina
  • 1 cucharadita de aceite
Para la base
  • 2 cucharadas de aceite
  • 3 dientes de ajo pelado y picados
  • 1 manojo de cebolletas verdes, en rodajas
  • La ralladura de una naranja + su zumo
  • 2 cucharadas de salsa de  soja
  • 2 cucharadas de  vinagre de arroz
Para la salsa de naranja
  • 60 mililitros de zumo de naranja
  • 1 cucharadita de fécula de maíz o patata
  • 1 cucharadita de  azúcar
Para acompañar
  • Arroz hervido
Elaboración
  1. Bate con la túrmix todos los ingredientes de la mezcla de harina hasta conseguir una pasta.
  2. Pon un wok con un poquito de aceite al fuego, sumerge los ramilletes de coliflor en la masa anterior, y fríe hasta que estén dorados. 
  3. Saca y deja escurrir sobre una servilleta de papel para que drene el aceite. 
  4. En una sartén caliente, sofríe con las 2 cucharadas de aceite el ajo. 
  5. Añade las cebolletas en rodajas, la ralladura de naranja y su zumo. 
  6. Cocina durante un minuto. 
  7. Añade la soja y el vinagre de arroz y lleva a ebullición. 
  8. Echa en la sartén la coliflor y mezcla. 
  9. Apaga el fuego y emplata junto el arroz. 
  10. Mientras en esa misma sartén, mezcla los ingredientes para la salsa de naranja y lleva a ebullición durante un minuto, removiendo constantemente. 
  11. Rocia sobre la coliflor con el arroz y sirve.


Texto y fotografías @catypol - Circus day

Wrap burger

Nina tenía dos pasiones en la vida, las hamburguesas y las campanas. Sí, campanas. Pequeñas, grandes, con forma de gato, de vaca o con sonido de fiesta. Tenía tantas que decidió hacer algo útil con ellas, colgarlas todas en su Vespa roja y salir a dar la vuelta al mundo.

Así arrancó su viaje, una chica, una Vespa y un lote de campanas tintineando como un carnaval ambulante. En Roma, cambió una hamburguesa casera por gasolina y tocó su campana favorita frente al Coliseo. En Marruecos, las campanas la ayudaron a espantar camellos curiosos. En Tailandia, su Vespa se quedó atrapada en un mercado nocturno, pero los vendedores, hipnotizados por el sonido de su "campanavespa", le ofrecieron ayuda.

Lo más épico ocurrió en Nueva York, cuando llegó a Times Square, aceleró de más, las campanas hicieron un escándalo glorioso y una multitud la aplaudió creyendo que era una performance artística. Un turista japonés gritó, “¡Es arte conceptual sobre ruedas!”




Casi como abrir una caja de sorpresas empezó este año, y casi diría yo que seguirá así un tiempo más, aunque hayamos pasado la mitad del mes y el tiempo no tiene a nadie que lo dirija y contemple, yo todavía me aferro a que estamos a principio de año y que no, no tengo propósitos ni planes, simplemente continuar con lo que hacía el año pasado. 

Parece que desde la última entrada estuviera de vacaciones, y nunca más lejos de la realidad, estoy sumergida más que nunca en el "mundo" de la cocina, y me gusta, debo decir que cada vez que tengo clase me siento bien, entre ollas, cuchillos y fogones, volver a la escuela de cocina me he dado cuenta que no es que me desestrese cocinar, en realidad me gusta y mucho. En estos momentos estoy experimentando, descubriendo sabores e ingredientes que me enriquece el paladar, es muy importante distinguirlo y me hace feliz conseguirlo. 

De esta receta decir que me sorprendió la salsa miso y mucho, usar miel con parte del panel fue lo más, también me encantó la mezcla de verdura, la salsa de ostras le da un sabor muy bueno, quiero probarlo con salsa de pescado a ver cuán diferente es, lo del huevo fue un extra que resultó ser indispensable porqué cuando lo probé sin huevo no me pareció lo mismo, y desde luego comerlo todo entre hojas de lechuga es una manera tan deliciosa como otra de comer una hamburguesa, así que si queréis disfrutar de una comida completa y a la vez introducir nuevos sabores en vuestro registro no dudéis en probarlo.

· WRAP DE LECHUGA Y HAMBURGUESA ·

Ingredientes para la verdura
  • 1/2 col china
  • 4 zanahorias
  • 1 manojo cebollino
  • 2 dientes de ajo
  • 2 cucharadas de hojuelas de chile
  • 2 cucharadas de semillas de sésamo
  • 2 cucharadas de salsa de ostras
  • 1 cucharada de aceite de sésamo
  • 2 cucharadas de aceite vegetal
Ingredientes para la salsa miso:
  • 2 cucharadas de pasta de miso
  • 1 cucharada de zumo de lima
  • 4 cucharadas de mayonesa
  • 2 cucharaditas miel
Ingredientes hamburguesa:
  • 500 g. carne picada pollo/pavo
  • Sal y pimienta
  • Aceite de Oliva (para la plancha)
Resto de ingredientes:
  • 4 huevos
  • Aceite de oliva (para freír los huevos)
  • 8 hojas de lechuga grandes
Elaboración
  1. Para la salsa miso: Mezcla la pasta de miso con el zumo de lima, la mayonesa y la miel, remueve y reserva.
  2. Para las hamburguesas: Mezcla la carne con un poco de sal y pimienta, y forma las hamburguesas, con molde o con las manos. Reserva.
  3. Para la verdura: Corta en juliana la col china, y las zanahorias en bastoncillos. El cebollino, córtalo en 3 partes o por la mitad. Pica el ajo. 
  4. En un wok con el aceite, saltea la verdura, que quede hecha pero crujiente, añade el chile, las semillas de sésamo, la salsa de ostras y el aceite de sésamo. Remueve todo para que se impregne bien toda la verdura.
  5. Mientras en un plancha caliente con un poco de aceite de oliva cocina las hamburguesas, otra opción es hacerlas al horno o a la parrilla.
  6. Y en una sartén caliente con aceite fríe los huevos, por separado.
  7. Finalmente, cuando todos los ingredientes están cocinados, pon superpuestas dos hojas de lechuga en 4 platos, reparte la verdura dentro de las hojas de lechuga, encima pon la hamburguesa y sobre ella el huevo.
  8. Sirve junto la salsa miso que tenías reservada.
Nota: también las puedes hacer tradicionales con otra carne o vegetales, con tomate, cebolla, queso, salsas y que sean igual sin pan.



Relato y fotografías/@catypol - Circus day.

Corn Dogs

En la redacción del Daily Chronicle, Clark es el hombre más discreto del mundo. Revisa notas de prensa, corrige titulares y se pasa el día esquivando las bromas de los reporteros que creen estar salvando la democracia desde sus teclados.

Lo curioso de Clark es que nunca come con los demás. A la hora del almuerzo, se levanta sin prisa, se ajusta las gafas y se esfuma con la excusa de que “necesita aire”. Nunca dice a dónde va, pero todos sospechan, a tres manzanas de la oficina hay un carrito que vende corn dogs humeantes, con mostaza amarilla y ketchup, como un semáforo en verde.

Allí lo encuentran a veces, apoyado contra la barandilla del metro, devorando su corn dog con parsimonia. No mastica, medita. Como si cada bocado fuera un ritual secreto, un pacto silencioso con la ciudad que lo rodea.

Al regresar a la oficina, trae la corbata torcida, el pelo algo revuelto y la mirada distante. Preguntarle qué ha hecho es inútil, sonríe y vuelve a corregir comas. El patrón se repite siempre. En Nueva York hay un apagón, un incendio, una grúa caída en pleno Midtown… y justo en ese momento, Clark se ha esfumado. Alguien bromea:

—Ya verán, un día este hombre va a salir corriendo y volverá con capa.

Él, mientras tanto, abre una carpeta, anota con calma y piensa que nadie presta demasiada atención al tipo callado que desaparece en mitad del almuerzo.


(Superman fue creado por Jerry Siegel y Joe Shuster. Debutó en la historieta Action Comics el 18 de abril de 1938)



La historia dice que los inventaron en Estados Unidos en los años 40, en los 80 se popularizó en Asia a su manera, más versionado y la elaboración es un poco diferente. No me atrevo hablar muy alto pero creo que en Europa no son tan conocidos, así que entre susurros te diré, están buenísimos hechos en casa. ¡Pruébalo!


 · CORN DOGS ·

Ingredientes
  • 1 paquete de salchichas Frankfurt
  • 70 gramos de harina de maíz
  • 80 gramos de harina de trigo normal
  • 1 cucharada de azúcar
  • 2 cucharaditas de levadura en polvo
  • 4 gramos de sal
  • 1 huevo 
  • 125 miligramos de leche 
  • Aceite para freír

Elaboración
  1. Cortar las salchichas por la mitad (solo si son muy grandes, así te será más fácil manejarlas)
  2. Inserta un palito de brocheta de madera en cada salchicha (intenta que sea grueso, es mejor)
  3. En un bol grande mezcla la harina de maíz, la harina de trigo, el azúcar, la levadura o polvo de hornear, y la sal.
  4. En una taza, bate el huevo y la leche.
  5. Vierte los ingredientes húmedos sobre los ingredientes secos, y bate con la batidora
  6. Añade aceite a una sartén grande y calienta el aceite a fuego medio-alto.
  7. Sumerge cada salchicha en la mezcla de harina de maíz, hasta que esté completamente cubierta. 
  8. Para que resulte más sencillo pon la mezcla en un vaso alto.
  9. Pon la salchicha bañada en la masa en la sartén.
  10. Fríe hasta que esté dorado y crujiente, aproximadamente 3 minutos, luego pasa a un plato con papel de cocina para retirar el exceso de aceite.



Relato y fotografías @catypol - Circus day.

Sushi en tarros

Era una noche templada en Kioto, de esas en las que el aire huele a té verde y los farolillos parecen susurrar secretos. Akari, una joven aprendiz de geisha, se había escapado unos minutos del ochaya (la casa de té) para tomar aire junto al estanque. En sus manos tenía una pequeña linterna de papel, vieja pero preciosa, un regalo de Tomoe, la geisha mayor de la casa, que decía que esa linterna había escuchado más confidencias que cualquier humano. __Cuídala__ le había dicho Tomoe. Y si alguna vez haces una promesa bajo su luz, cúmplela.

Akari, un poco escéptica, solo la usaba porque le gustaba el color cálido que daba a su piel en las noches. Aquella noche, mientras observaba el estanque, un koi particularmente grande y naranja se acercó nadando bruscamente, salpicando el borde con un coletazo. Tenía una expresión tan molesta, que Akari se rió en voz alta. __¿Tú también tienes mal día?.

El pez volvió a chapotear como si hubiera entendido. En ese momento, se le ocurrió una idea divertida, hacer una promesa tonta, como cuando uno lanza una moneda a una fuente. __Prometo que si algún día llego a ser una geisha de verdad__dijo levantando la linterna, __te traeré sushi del mejor. Aunque tengas cara de que preferirías otra cosa.

Desde la sombra, Tomoe observaba. No dijo nada, solo se giró con una sonrisa resignada. Pasaron los años. Akari terminó su formación. Una noche, tras su primer evento como geisha oficial, volvió al estanque con una pequeña cajita envuelta en tela. __Lo prometido es deuda__ dijo, y dejó caer suavemente un trozo de sushi en el borde del agua. El koi, aún grande y con la misma expresión malhumorada, apareció. Olfateó el arroz con desdén, le dio un coletazo y lo dejó flotar sin tocarlo. Detrás, Tomoe apareció con dos tazas de té matcha. __Te lo dije__ dijo. __Nunca hagas promesas con testigos que no comen arroz. Se rieron. Bebieron el té en silencio. La linterna seguía colgada del árbol, iluminando la noche. No concedía deseos, pero sí guardaba momentos.



· SUSHI EN TARROS ·

Ingredientes
Tarros de cristal de boca ancha
1 cucharada de salsa de soja 
70 gramos de arroz cocido
120 gramos de zanahoria cortada en tiras finas
110 gramos de pepino sin semillas cortado en tiras finas
30 gramos de aguacate en rodajas
85 gramos de salmón ahumado
1/2 cucharadita de cebollino picado
1/2 cucharadita de semillas de sésamo mixtas

Elaboración
  1. Primero, agrega la salsa de soja al fondo del frasco y luego agrega el arroz cocido. 
  2. A continuación, cúbrelo con palitos de zanahoria y pepino, aguacate y luego salmón. 
  3. Espolvorear con cebollino y semillas de sésamo y luego sellar con una tapa. 
  4. Se puede refrigerar hasta por 3 días. 
 
Nota: Sirve el contenido del tarro en un bol y cómelo como si fuera un poke.



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Hamburguesa de cordero

Era una noche brillante y mágica. La luna llena colgaba en el cielo como una lámpara gigante, iluminando el jardín de la familia Pérez. Bajo esa luz plateada, se alzaba orgullosa una tienda de campaña azul, con estrellas dibujadas con rotulador. Dentro, la pequeña Sofía, de cinco años, organizaba la "expedición lunar" junto a su hermanito de dos años, Leo, que básicamente babeaba sobre una linterna.

—¡Preparados para despegar, astronautas! —anunció Sofía con voz seria, mientras colocaba sobre sus cabezas cascos hechos con coladores de cocina. Fuera de la tienda, el perro Rocky, un mestizo alegre con mucha energía, daba saltos alrededor como si la gravedad lunar ya estuviera haciendo efecto. De vez en cuando se metía en la tienda, se enredaba con los sacos y salía disparado con una zapatilla en la boca. Era el "perro explorador", según Sofía.

Pero algo faltaba en esta misión intergaláctica. —¡Los suministros espaciales! —exclamó Sofía—. ¡No podemos ir a la Luna sin hamburguesas!. Con la determinación de una astronauta con hambre, salió corriendo hacia la cocina. Minutos después regresó con tres hamburguesas, que colocó con reverencia dentro de la tienda. —Comida de astronautas —le explicó a Leo, quien aplaudió sin entender, pero claramente emocionado por la posibilidad de comer.

Los tres —Sofía, Leo y Rocky, que se sentó como un soldado esperando su ración— se lanzaron a devorar las hamburguesas bajo la luz de la linterna y la luna, entre risas, ladridos y algo de babas. Esa noche, la expedición no llegó a la Luna, pero aterrizó directamente en el corazón de los sacos de dormir y el cojín de Rocky. A la mañana siguiente, los padres encontraron la tienda completamente desordenada, una zapatilla mordida, restos de hamburguesa por todas partes y a los tres astronautas dormidos, acurrucados en una misión cumplida.



Antes de que la carnicería de Ca'n Amorós, después de cuatro generaciones, cerrara, la visitamos Tomás y yo, y como los dueños son conocidos de Tomás se vinieron a bien a contarme su receta de hamburguesa de cordero que servía a un restaurante de fama en ese momento y después de mucho pensarlo decidí que si ellos ya habían cerrado añadiría la receta porque la he probado y está deliciosa.


· HAMBURGUESA DE CORDERO DE CA'N AMORÓS ·


Ingredientes para 4 hamburguesas

  • 500 gramos de carne picada de cordero (125 gramos por hamburguesa aprox.)
  • 1 cucharadita de sal al gusto
  • 1/2 cucharadita de pimienta negra recién molida
  • 1 cucharadita de tomillo 
  • 1 cucharadita de orégano 
  • 2 dientes de ajo picados o machacados
  • 2 cucharadas de perejil fresco picado
  • 1 cucharadita de curry en polvo disuelto en 1-2 cucharadas de agua para que se integre bien
  • 4 panes de hamburguesa 
  • Queso para fundir, tomate, cebolla, pepinillo, salsa ketchup, mostaza, mayonesa...
Elaboración 
  1. Pon la carne picada en un bol grande. 
  2. Añade la sal y mezcla bien para que se distribuya. 
  3. Incorpora la pimienta negra y mezcla. 
  4. Agrega el tomillo y el orégano, mezcla de nuevo. 
  5. Añade el ajo picado y vuelve a mezclar. 
  6. Incorpora el perejil picado, mezcla. 
  7. Finalmente, añade el curry diluido y mezcla muy bien para que quede uniforme. 
  8. Luego forma las hamburguesas, con cuidado de no compactarlas demasiado, para que queden jugosas. 
  9. Cocina a la plancha o barbacoa a fuego medio-alto por cada lado, según el grosor y cómo te guste. 
  10. Preséntalas a tu gusto, con queso, tomate, cebolla, salsas...


Relato y fotografías @catypol -  Circus day.

Milhojas de verduras

Todos salíamos al jardín, el tiempo había mejorado, la brisa era fresca pero los rayos de sol calentaban nuestros cuerpos. La familia y los amigos que habían venido para el evento estaban riendo y compartiendo recuerdos de antes, se respiraba un ambiente de fiesta aunque todavía no habíamos empezado con ello. La abuela sonreía de satisfacción, era vivir un sueño después de todo, y estaba orgullosa de poder reunirlos a todos. 

Esa mañana se había levantado al alba, como siempre, había cogido su cesta y se había dirigido con paso firme hacía el huerto, los tomates habían enrojecido a tiempo y sabíamos que su sabor no nos defraudaría. Esta vez las berenjenas estaban colgando como zarcillos de las ramas, estaban justo en su punto y era hora de descargarlas del joyero para llevarlas a la cocina. 

Se preparaba un festín y todos colaboramos en algo, la cocina se convirtió en una fiesta y de allí empezaron a salir lo que poco tiempo después todos comeríamos con gusto. Sentados a la mesa y compartiendo pan, agua y vino, nos servimos lo que aquella mañana la abuela había recogido del huerto y que con un poco de esto y otro poco de lo otro se había convertido en algo maravilloso, como cuando cambia el tiempo y llega el sol, calor y tiempo de de celebraciones. Bon appétit.




· MIL HOJAS DE VERDURAS ·

Ingredientes

  • 4 berenjenas
  • 500 gramos de tomate troceado
  • 500 gramos de cebolla
  • 2 dientes ajo
  • 4 hojas de gelatina
  • Agua fría
  • AOVE Señorios de Relleu
Ingredientes para el pesto de almendra
  • 10 gramos de almendras
  • 5 hojas de albahaca
  • 1 diente de ajo
  • 50 gramos de parmesano
  • 250 mililitros de AOVE Señorios de Relleu
  • Sal
  • Pimienta negra molida

Berenjenas.
  1. Lava y seca las berenjenas.
  2. Corta el tallo y con una mandolina haz lonchas a lo largo de un 1 centímetro de espesor.
  3. Calienta una plancha con un poco de aceite y asa las lonchas, por cada lado.
  4. Reserva.
  5. Reblandece las hojas de gelatina en agua fría.
  6. Pela y pica la cebolla y el ajo.
  7. En una sartén, con 2 cucharadas de aceite sofríe la cebolla y el ajo.
  8. Cuando la cebolla transparente echa el tomate y salpimienta al gusto.
  9. Deja cocinar la salsa unos 10 minutos a fuego bajo.
  10. Apaga el fuego, prueba que la salsa esté en su punto de sal y añade las hojas de gelatina, escurridas.
  11. Remueve para que se deshagan y se integren bien.
  12. Si la salsa quedara muy espesa puedes añadir el agua de la gelatina también.
  13. En una fuente rectangular, un poco engrasada, cubre el fondo con una capa de berenjenas, encima vierte la mitad de la salsa.
  14. Vuelve a cubrir con más berenjena, encima con más salsa y termina con berenjena.
  15. Cubre la fuente con film transparente y dejar reposar unas 10 horas o toda la noche.
  16. Si la dejas en el frigorífico, tendrás que templar antes de servirla, un poco al microondas estará bien, pero no mucho rato o se deshará.
  17. Si prefieres comerla a temperatura ambiente mejor no dejarla en el frigorífico.

Pesto.
Pon todos los ingredientes en una túrmix y pica hasta formar una salsa homogénea. 

Notas.
  1. Sirve la salsa aparte por si hubiera algún comensal que no le gusta o prefiere no comerla.
  2. Yo le puse unos hilos de chile para decorar pero puede decorarse con un poco de perejil o no decorar.
  3. Para los más pequeños igual una mil hojas es mucho, así que hice una más sencilla y que fuera más fácil de comer para ellos.




Relato y fotografías @catypol - Circus day.

Costillas glaseadas

En las afueras de un soleado rincón de Kentucky, se alzaba el Rancho-Granja Nigella, una finca enorme donde crecían calabazas gigantes, gallinas felices y, sobre todo, una muy peculiar familia de artistas. Pintores, músicos, actores. No eran ricos, pero siempre había risas, colores, y los domingos costillar  y limonada fresca bajo un álamo. Ese domingo no era distinto. Bueno, casi.

Porque ese domingo, los adolescentes de la familia —Liam, Oliver y Noah — habían decidido grabar un video musical con el gallinero como escenario, sin avisar a nadie. Pusieron la música a todo volumen, se vistieron con trajes de lentejuelas, y empezaron a bailar entre las gallinas, que entraron en pánico y salieron corriendo como si el apocalipsis fuera en cámara lenta.

Justo en ese momento, la ropa tendida fuera salió volando por los aires, atrapada por un ventilador industrial que Liam había "tomado prestado" del granero. En la confusión, la abuela se asomó con una jarra de limonada en una mano y una brocha en la otra y gritó—¡¿QUÉ CLASE DE VIDEOCLIP ES ESTE?! __

El abuelo, más tranquilo, se sirvió su limonada, olió el costillar que se asaba en el horno y murmuró:

—Esto sí que motiva bailar, jeje__

Al final, el video se volvió viral, una gallina ganó seguidores en TikTok y la ropa tendida apareció a kilómetros del rancho vestida por una vaca del vecino. Y aunque nadie entendió del todo lo que pasó ese día, todos coincidieron en que fue el mejor domingo del año. Porque en el Rancho, nada era normal. Y eso era exactamente lo que les encantaba.






· COSTILLAS DE CERDO GLASEADAS CON BOURBON ·


  • Costillar de cerdo (unas 24 costillas)
  • 100 gramos de azúcar mascabado o panela
  • 175 mililitros de bourbon
  • 30 mililitros de salsa de soja
  • 30 mililitros de mostaza
  • 30 mililitros de salsa de tomate

Elaboración
  1. Pon las costillas dentro de una bolsa zip. 
  2. Añade todos los ingredientes dentro de la bolsa con las costillas. 
  3. Deja marinar en la nevera toda la noche. 
  4. Al día siguiente, precalienta el horno a 200º C. 
  5. Saca las costillas de la bolsa y ponlas en una bandeja para hornear. 
  6. Vierte la marinada en un cazo. 
  7. Cocina las costillas durante 1 hora dándole la vuelta a mitad de cocción. 
  8. Cuando las costillas estén cocinadas hierve el marinado durante 7 minutos o hasta que espese. 
  9. Cuando sirvas las costillas acompáñalas de la salsa y vierte encima de ellas.


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Espagueti al limón

Si alguna vez contara que tuve la suerte de conocerte, nadie me creería. Nos sentábamos cerca del limonero que teníamos en el jardín, y tú me contabas las historias que vivías y que veías por el mundo. Mis ojos, llenos de admiración, brillaban de envidia y soñaban que algún día me tocaría a mí vivirlo.

No pensé que mis historias serían diferentes. Ignorante de mí, tanto soñaba con las tuyas que olvidé vivir las mías propias. Entre enfadada por no ser iguales y decepcionada por la diferencia, dejé pasar un tiempo valioso que nunca más volvió.

A veces es tan simple como dejarse fascinar por los aromas de un simple limonero y quedarse en silencio escuchando madurar los limones; ese punto de acidez ya se encarga la vida de ponerlo.



El toque ácido del limón en el aliño de las ensaladas, el aroma de la piel rallada en los bizcochos, esa frase tan popular: si la vida te da limones, o esa limonada fresquita en verano que tanto nos gusta, ¿verdad qué es un fruto que puede contarnos historias? ¿qué forma parte de nuestro equipaje culinario, qué es básico y muy apreciado?. Esta vez es uno de nuestros ingredientes principales, y lo hemos convertido en un plato muy sabroso, fresco y sorprendentemente suave al paladar.

Esta es mi aportación salada al nuevo recetario de primavera verano de Cocina Prêt à porter by Kuki Square, de recetas con frutas.

· ESPAGUETIS AL LIMÓN ·

Ingredientes

  • 350 gramos de espaguetis integrales
  • 2 limones
  • 250 gramos de Parmesano rallado
  • 60 gramos de rúcula
  • 200 gramos de crème fraîche
  • Sal y pimienta negra al gusto

Elaboración
  1. En una olla con abundante agua hirviendo con sal, cocina la pasta según las indicaciones de la marca.
  2. Mientras la pasta se cocina ralla la cáscara de los limones y mezcla con el parmesano rallado. 
  3. Limpia la rúcula y pícala en trozos más o menos grandes, añade la rúcula al parmesano y al limón. 
  4. Exprime el zumo de un limón y añade a la mezcla anterior. 
  5. Cuando la pasta esté cocida, cuela y mezcla rápidamente con la rúcula, el parmesano y el limón. 
  6. Remueve para que se impregne la pasta y el queso se derrita.
  7. Añadir la crème fraîche. 
  8. Remueve bien y añade un poco de pimienta negra y sal. 
  9. Sirve inmediatamente.


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Pasta rellena casera

La mamma no dejaba de dar vueltas en la cocina. Esa mañana había ido al mercado y, entre puestos de tomates y alcachofas, había escuchado a los más chismosos hablar de un concurso de pasta con un gran premio en metálico. Y bueno… ella necesitaba reformar toda la cocina para poder dedicarse profesionalmente a lo que mejor sabía hacer: cocinar. Su sueño era servir, desde casa, a quien quisiera probar su comida.

Estaba nerviosa, inquieta, incluso más parlanchina de lo habitual, cuando el papà entró para tomarse un café. Afuera hacía un frío de mil demonios —como le gustaba decir a él—, y a media mañana solía dejar sus quehaceres para entrar en calor… aunque en realidad, lo que más le gustaba era ver trajinar a la mamma entre cazuelas. Le hacía sonreír verla tan concentrada, tan atareada, que ni se daba cuenta de su presencia. La admiraba en silencio, hasta que ella se giraba y lo encontraba allí, junto a la puerta, mudo y completamente enamorado. Entonces ella le sonreía y le lanzaba un beso al aire, que él recogía con la mano y se llevaba al corazón.

Mi fratello y yo, siempre que hablamos de eso, sentimos el corazón encogido. No creemos que vayamos a encontrar a alguien como él en nuestra vida, y eso —aunque lo digamos riendo—, nos da un poco de envidia.

A la hora de comer, estábamos todos sentados a la mesa, con la nonna presidiéndola, como siempre. Entonces la mamma desató su pasión: nos anunció que quería participar en el concurso con su receta de pasta rellena. Todos la miramos como si ya hubiera ganado, y esa confianza familiar la emocionó especialmente. En nuestra casa, la confianza es ingrediente esencial.

El papà la abrazó, la besó y le susurró algo al oído que hizo que todos pusiéramos los ojos en blanco y sonriéramos, incluso la nonna. Sabíamos que ella añoraba al nonno, y nosotros también.

Para mostrarnos su gratitud, la mamma nos cocinó su famosa pasta rellena de espinacas. Le hicimos la ola, le cantamos palabras de cariño, y disfrutamos como nunca de ese plato tan suyo, tan nuestro. Nadie podía ganarle. Porque sí, ella era única en la cocina. La mejor.



Es una pena que hace una semana Clara fuera eliminada del concurso de Master Chef, una pena porque ella era la candidata perfecta para ganarlo, de ella hay poco que decir a estas alturas. Para unos era una bloguera con la compartimos recetas, nos animó a elaborar pan para el reto Bake the World, nos retó a concursar y a demostrar que hay más sobre la gastronomía italiana que la pizza y la pasta, en fin. Para otros ahora será la aprendiz de chef que ha elaborado el mejor ravioli del programa, en realidad es hasta ahora el mejor plato que se ha cocinado allí, y no lo dudo, ella lo hace muy bien.

· PASTA RELLENA DE MOZZARELLA, ESPINACAS Y CEBOLLA CARAMELIZADA CON SALSA DE ALBAHACA ·


Para la masa:

100 g de harina
1 huevo grande
1 cucharada de agua

Para el relleno:
1 cebolla pequeña
1 cucharadita de azúcar
1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
1 bola de mozzarella de búfala
2 puñados de espinacas frescas
Sal al gusto

Para la salsa:
100 ml de aceite de oliva virgen extra
1 cucharada de albahaca fresca picada


Preparar el relleno:
  1. Pela, limpia y pica la cebolla en brunoise fina. Reserva.
  2. Lava y corta las espinacas en trozos pequeños.
  3. Tritura la mozzarella con una picadora o córtala en dados muy pequeños. Reserva.
  4. En una sartén, calienta el aceite y rehoga la cebolla hasta que esté blanda (sin que se dore).
  5. Añade el azúcar y remueve para que se caramelice ligeramente.
  6. Incorpora las espinacas y cocina hasta que reduzcan y se ablanden.
  7. Retira del fuego y deja enfriar por completo.
  8. Una vez frío, añade la mozzarella al sofrito y mezcla bien. Ajusta de sal al gusto. Reserva.

Preparar la masa:
  1. En un bol (o en la amasadora), mezcla la harina con el huevo y el agua hasta obtener una masa uniforme.
  2. Amasa unos minutos hasta que la masa esté suave y sin grumos. Si es necesario, termina de amasar a mano.
  3. Cubre y deja reposar unos 20 minutos mientras preparas el relleno y los utensilios.
  4. Estira la masa con rodillo o máquina de pasta: comienza por el grosor más ancho (nº 1 o 2) y ve afinando hasta el nº 5 o 6. Cuanto más fina, mejor, pero sin que se rompa.
  5. Con un cortapastas o vaso, corta círculos de masa del tamaño deseado.

Formar la pasta rellena:
  1. Coloca una cucharadita del relleno en el centro de cada círculo de masa.
  2. Pincela los bordes con un poco de agua.
  3. Dobla y presiona bien los bordes, procurando que no quede aire dentro.
  4. Repite con toda la masa y relleno.

Cocer la pasta y preparar la salsa:
  1. En una olla grande con abundante agua y sal, hierve la pasta rellena durante unos 3 minutos (hasta que flote y esté al dente).
  2. Mientras, calienta suavemente el aceite en un cazo sin que llegue a hervir. Añade la albahaca y emulsiona con una cuchara o batidor.
  3. Cuando la pasta esté lista, escúrrela bien y sírvela caliente, aliñada con la salsa de albahaca por encima.




No es un ravioli invertido pero es una delicia de pasta rellena, a nosotros nos encantó, espero lo disfruten. 


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Puré de patatas

Cinco estudiantes de intercambio se perdieron en una callejuela estrecha detrás de una conocida librería de Londres. Creían estar en camino hacia el Museo Británico, pero acabaron en una especie de mercado alternativo que parecía sacado de un libro raro.

¿Esto es el callejón Diagón? —preguntó Marta, riéndose.

Sí, claro, y yo soy Harry Potter —respondió Lucas, rodando los ojos.

En una esquina, junto a una tienda de libros viejos, había un carrito de comida con un cartel que decía:
“Puré de patatas profético — gratis hasta agotar existencias.”

Gratis —dijo Sofía—. ¿Qué puede salir mal?

El puré estaba increíble. Cremoso, caliente y con mucha mantequilla. Mientras comían, el dueño del carrito, un señor con un sombrero gigante con forma de embudo, los observaba con una sonrisa.

¿Sabían que este puré revela cosas sobre tu futuro? —les dijo, señalando su sombrero—. Yo no adivino con cartas ni bolas de cristal.

Los estudiantes rieron, pero Marta, por curiosidad, preguntó—¿Y qué ves en nosotros?

El hombre se acercó, los miró con aire teatral y dijo —Veo que habéis perdido algo importante… como la orientación, por ejemplo.

Eso ya lo sabemos —dijo Diego.—¿Y esto? —preguntó Inés, levantando una pequeña bolsa de tela que encontró en su bolsillo. Dentro había tres monedas de oro con un mapa dibujado en relieve.

¡Eso lo dejaste en el carrito! —le dijo el hombre—. Son monedas de cambio de la tienda de libros. Si las usas bien, te dan pistas para encontrar la salida__rió el señor.




Esta es mi versión de lo que considero el mejor puré de patata que he probado, el clásico puré francés del chef Joël Robuchon, quien dedicó un libro entero a las patatas. Su secreto: mucha mantequilla fresca y remover vigorosamente el puré. Para obtener un buen puré de patata, necesitas saber dos cosas: primero, la calidad de las patatas. Elige patatas amarillas con almidón, para un puré cremoso y suave, ya que tienen más humedad. El segundo consejo es nunca procesar las patatas. Usa un prensapatatas o un pasapurés manual. Ambas opciones trituran las patatas sin que queden pegajosas. Si procesas las patatas con una batidora de mano o un procesador de alimentos, el procesamiento libera más gluten y hace que el puré quede como pegamento. #diadelpuredepatatas


· PURÉ DE PATATAS ·

  • 500 gramos de patatas
  • 85 gramos de mantequilla, fría cortada a trozos pequeños
  • 235 mililitros de leche
  • 60 mililitros de nata
  • Sal al gusto

Elaboración
  1. Lava bien las patatas y córtalas por la mitad horizontalmente. Las mitades deben ser muy similares para que se cocinen uniformemente. 
  2. Colócalas en una olla grande y cúbrelas con agua fría, dejando unos 2,5 cm por encima de las patata. Añade media cucharada de sal gruesa por cada cuarto de agua de la olla. 
  3. Una vez que el agua alcance el punto de ebullición, baja el fuego a medio bajo y cocina a fuego lento las patatas sin tapar durante unos 20 minutos o hasta que la hoja de un cuchillo insertado en la patata la atraviese fácilmente.
  4. Trabaja rápidamente con las patatas aún calientes. 
  5. Escurre las patatas, pélalas y pásalas por el pasa purés o el prensapatatas. 
  6. Ponlas una sartén a fuego medio y remueve enérgicamente durante 4 minutos con una espátula de madera, dejando que se evapore el exceso de agua. 
  7. Empieza a añadir los trocitos de mantequilla fría, poco a poco, integrándolos bien y removiendo enérgicamente. 
  8. Hierve la leche y la nata y añádelas a la mezcla de patatas, en un chorro, hasta que se absorban por completo. 
  9. Dependiendo del nivel de humedad de las patatas, podría ser necesario ajustar la cantidad de leche, no querrás un puré sólido ni líquido. 
  10. Así que ve poco a poco al final para asegurarte de obtener la consistencia adecuada. 
  11. Si necesita añadir más leche, hazlo en caliente. 
  12. Prueba de sal y sirve.







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Crema de zanahoria morada

Cuando la vi me pareció perfecta, preciosa, me enamoré, sí, estoy hablando de una receta, aunque podría hablar de una criatura, también, o de varias pues hoy es el día propicio para ello. Hoy es un día especial para los papis, recordemos aquellos maravillosos tiempos en los que nos armábamos de paciencia y le dábamos a nuestros bebes las primeras cremas, papillas, purés, y nos soplaban con la boca llena y terminábamos del color de la verdura de turno.

O cuando íbamos a alguna reunión y nos damos cuenta que teníamos una mancha, intentábamos camuflarla si podíamos con la chaqueta, para terminar sacando una foto de la cartera, ahora del móvil, y enseñar la foto, mi bebé__ nos justificamos. O cuando vamos a la compra, la criaturita en el carro y le da por llorar a viva voz, mocos, llanto, ruido, la gente te mira como si hubieras apaleado a la criatura, y tú sonríes, jeje tiene sueño__ replicas.

Nuestras pupilas destilan amor, puro, incomprensible, insomne amor. Nuestro vocabulario parece haber vuelto al paleolítico, es más gutural, y la ridiculez la dejamos plantada en la puerta de casa, pues cuando cruzamos el umbral nos convertimos en monos, cantantes, aviadores, princesas, modelos...y seguimos radiando amor, por que a pesar de todo nuestro cari, peque, rey, cuqui, moni...sabe perfectamente que a quién le cae la baba no es a él, sino a los papis, verdad?

Esta por papá...


· CREMA DE ZANAHORIA MORADA ·

Ingredientes
  • 500 gr. zanahoria morada
  • 1 cebolla grande
  • 2 patatas medianas
  • 1/2 litro de caldo de pollo o verduras (un poco más por si tuvieramos que añadir)
  • Aceite de oliva
  • Sal
  • 1 pizca de chile en polvo
  • 1 cdta. de curry en polvo
  • Queso de cabra
  • Pipas de girasol
  • Pipas de calabaza

Elaboración
Pica la cebolla y rehoga con un poco de aceite en una olla. 
Añade las zanahorias moradas, limpias, peladas y cortadas en trozos pequeños. 
Añade también las patatas, peladas y cortadas a trozos del mismo tamaño que las zanahorias. 
Sala. 
Añade el chile y el curry, prueba y correge si fuera necesario, mezcla bien. 
Rehoga unos cinco minutos y añade el caldo. 
Deja cocer a fuego lento durante 30 minutos, o hasta que al pinchar la verdura esté cocida. 
Retira del fuego y tritura. 
Si el puré es muy espeso añade un poco más de caldo y mezcla o tritura.
Sirve en cuencos o platos con un poco de queso de cabra y una cucharada de pipas.




Con zanahoria morada también tenemos un bizcocho en este enlace.



· Feliz día del padre ·




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Fabes con almejas

En el norte, donde la bruma lo mismo te abriga que te desorienta, vivía Berto, un pescador que había visto de todo… excepto su sentido de la orientación, que había perdido en 1997. Aquella mañana, salió al mar con su pequeña lancha a motor, buscando almejas para las faves, que tanto gustaban a su mujer. Lástima que en medio del mar se desató una niebla espesa, y Berto se perdió. 

Horas después, divisó una silueta sobre el agua. Se acercó con esperanzas… y descubrió algo que desafiaba la lógica: un velomar y encima, un hombre caña en mano, y una radio portátil.

—¿¡Qué haces tú aquí, en medio del mar con un velomar!? —gritó Berto.

¡Pescando! —respondió el hombre—.

Era Tino, el tío raro del pueblo. Y por si el surrealismo no fuera suficiente, de pronto se oyó una voz potente, desentonada y decididamente entusiasta: —♪ “Oye cómo vaaaa, mi ritmooo…” . Era Suso, el sordo del pueblo, que se acercaba en una barca oxidada, cantando una serenata a todo pulmón con auriculares puestos, creyendo que estaba afinado como Pavarotti. Berto ya no sabía si estaba en la ría o había cámaras ocultas en algún lado. 


Hace 20 años que tengo esta receta, en ese momento coleccionaba recetas, extraño para mi pues no andaba mucho por la cocina y era una comensal horrorosa, pero la guardé. Así que es mi primera vez que hago este plato, ya sabes que a elección (@JosinhoSilva) cocinamos una receta eligiendo un tema en común, y por temporada, tiempo y por que nos gusta se ha elegido platos que se comen con cuchara.

· FABES CON ALMEJAS · 

Ingredientes 
  • 600 gr. de fabes
  • 500 gr. de almejas
  • 2 cebollas
  • 2 dientes de ajo
  • 2 vasos de agua
  • 1 vaso de vino blanco
  • 3 tomates
  • Aceite
  • 1 cda. perejil picado
  • 1/2 cda. pimentón dulce
  • Sal y pimienta blanca

Elaboración
  1. Pon las fabes en remojo el día anterior. 
  2. Al día siguiente pone una olla con agua fría y echa las fabes escurridas dentro, junto con 1 tomate partido en trozos, 1 cebolla troceada, los 2 dientes de ajo pelados y cortados a trozos y un chorro de aceite. 
  3. Deja cocer durante 1 hora y 45 minutos. 
  4. Tienes que "asustar" las fabes cada vez que rompa a hervir añadiendo agua fría.
  5. En una cazuela con un poco de aceite sofríe la otra cebolla picada, y cuando se dore añade los tomates restantes a trocitos y el pimentón. 
  6. Deja cocer y añade las almejas lavadas, el vaso de vino, el agua, el perejil picado y salpimienta. 
  7. Cuando se abran las almejas, añade las fabes escurridas. 
  8. Deja cocer 10 minutos y sirve en la misma cazuela.




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Burguer de pavo y puré

En pleno febrero, con el viento frío y esa luz grisácea que parece querer entrar por las rendijas de las ventanas, don Manuel se paseaba por el barrio con su bicicleta roja. Pero no era una bicicleta cualquiera, tenía el manillar tan pulido que reflejaba los pocos rayos de sol que asomaban y una caja de cartón, vieja y remendada, con publicidad de hamburguesas, atada con una cuerda en la parte trasera.

Don Manuel era fácil de reconocer. Su gran bigote, espeso y orgulloso. Caminaba despacio, con esa solemnidad de quien sabe que su bigote era observado.

La caja de cartón, por su parte, contenía lo que para don Manuel era un tesoro, ¡cientos de cromos! Algunos viejos, arrugados, otros nuevos, como si acabaran de salir de la tienda. Todos ellos iban destinados a los niños del parque, que esperaban ansiosos el paseo semanal del señor del bigote.

Aquella tarde de febrero, mientras atravesaba la plaza, una ráfaga de viento hizo que la caja se moviera y, de repente, algunos cromos salieron volando como pequeñas mariposas de papel. Don Manuel, sin perder la compostura, soltó una carcajada profunda y dejó que los cromos volaran a donde fuera, él tenía destino.




· HAMBURGUESAS DE PAVO CON PURÉ ·

Ingredientes para la hamburguesa
  • 1 bulbo de hinojo
  • 1 zanahoria mediana
  • 1 cdta. de aceite de oliva
  • 2 hojas de acelga sin pencas
  • 1 cucharadita de perejil picado
  • 500 gr. carne picada de pavo o pollo
  • 1 cda. de soja
  • Semillas de sésamo para rebozar, opcional
Ingredientes para el puré
  • 1 cebolla 
  • 2 dientes de ajo
  • 1 cda. de aceite de oliva
  • 1 coliflor
  • 250 ml. agua
  • Sal y pimienta al gusto
Para las hamburguesas:
Preparar las verduras:
  1. Lava y corta en trozos pequeños el bulbo de hinojo y la zanahoria.
  2. En una sartén, calienta una cucharadita de aceite de oliva y saltea el hinojo y la zanahoria durante unos 5-7 minutos, hasta que estén tiernos. Reserva y deja enfriar.
Preparar la acelga:
  1. Limpia las hojas de acelga, retirando las pencas más duras. Pícalas finamente.
Mezclar la carne:
  1. En un bol grande, mezcla la carne picada de pavo o pollo con el hinojo y la zanahoria salteados, la acelga picada, el perejil picado y la cucharada de salsa de soja.
Formar las hamburguesas:
  1. Mezcla bien todos los ingredientes hasta que estén integrados. Forma bolas con la mezcla y aplánalas ligeramente para dar forma de hamburguesa.
Rebozar:
  1. Si quieres, rebózalas ligeramente en semillas de sésamo para aportar textura y sabor.
Cocinar:
  1. Cocina las hamburguesas en una sartén antiadherente a fuego medio durante unos 5-6 minutos por cada lado, o hasta que estén bien cocidas y doradas por fuera.
Para el puré:
Preparar las verduras:
  1. Pela y pica la cebolla y los dientes de ajo.
Sofreír:
  1. En una olla, calienta una cucharada de aceite de oliva y sofríe la cebolla y el ajo hasta que estén transparentes y fragantes.
Cocinar el coliflor:
  1. Añade la coliflor cortada en ramilletes a la olla, junto con el agua, la sal y la pimienta al gusto. Cocina a fuego medio hasta que la coliflor esté tierna, aproximadamente 15-20 minutos.
Triturar:
  1. Una vez cocida la coliflor, tritura todo con una batidora hasta obtener un puré suave y cremoso.


Presentación:
Sirve las hamburguesas de pavo acompañadas con el puré de coliflor caliente. Puedes decorar con un poco de perejil fresco picado o unas semillas de sésamo por encima para dar un toque especial.



Lo dicho, para el cuerpo y alma, y para el concurso de recetas sanas del blog de Margot cosas de la vida, con la colaboración de Nútrim, Cook & World y Hoy del día.

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Ñoquis de espelta

En Italia, el término "gnocchi" se usa para señalar a una cantidad de pastas bastante amplia, aunque los más frecuentes son los de patata. Otros son preparados "alla romana", con sémola e incluso harina de maíz del tipo maicena, existiendo variaciones regionales y locales. Un antecedente de los ñoquis fueron los zanzarelli (‘mosquitos’) que se preparaban para los banquetes de la Lombardía renacentista, con una masa en la cual se mezclaban miga de pan, leche y almendras trituradas. En el Seicento (siglo XVII) los zanzarelli sufrieron un leve cambio en el nombre y la preparación. Se les llamó malfatti (‘mal-hechos’) y en lugar de las almendras y la miga de pan se usaba una masa simple de harina, agua y huevo.

Para cada variedad de zanzarelli existían por su parte variedades coloreadas, por ejemplo existían los zanzarelli verdes empastados con remolacha y espinaca, predominando para el color verde, la espinaca, así como los zanzarelli amarillos realizados con una mixtura de azafrán y calabaza. Luego aparecieron los malfatti blancos empastados con carne de pollo siendo su ingrediente principal la zanahoria. 

Los signori (señores feudales) solían ser los dueños de los molinos en donde los contadini (campesinos) molían el trigo para hacer harina de frumento (trigo) con la cual preparaban sus pastas, en cierto momento los signori decidieron aumentar las tasas de los precios que los contadini pagaban para poder moler el trigo. Ante el repentino encarecimiento de la harina de trigo, los campesinos italianos experimentaron exitosamente con un substituto de la harina; el puré de patatas.

Usualmente el puré de patata para ñoquis se prepara con añadido de leche e incluso manteca y una cantidad adecuada de harina de trigo (la mínima suficiente como para asegurar la cohesión del puré durante el hervor), más raramente con huevos. Este puré suele ser realizado con un elemento llamado prensapuré que hace más homogéneo y fino al puré sin necesidad de añadirle demasiada agua o leche (el puré para los ñoquis debe tener bastante consistencia), luego se hacen con esta «masa-puré» pequeños bollos (gnocchi) de casi una pulgada (se sabe que los ñoquis poseen la consistencia adecuada si al amasarlos no se pegan en las manos ni en la mesa o mesada ni se desarman en el agua), para facilitar su cocción homogénea en el agua hirviente a la cual deben ser arrojados.

Previamente se les producen unas pequeñas acanaladuras con un tenedor (aunque también existe un pequeño y sencillo instrumento de madera que produce tales acanaladuras al deslizar por encima la masa). Como se ha indicado, los ñoquis se arrojan en agua hirviendo y se retiran, mediante un colador grande, cuando estos flotan en el agua. En el área de la Toscana de Italia se suele ingerir con queso de ricota y espinacas, a esta variante la denominan strozzapreti, o ‘estrangulador de curas’.




· ÑOQUIS DE CALABAZA Y HARINA DE ESPELTA CON SALSA PESTO DE BROCOLI · 


Para los ñoquis:
500 g de calabaza (puede ser asada o cocida y escurrida)
200-250 g de harina de espelta (aproximadamente)
1 huevo (opcional, para dar más consistencia)
Sal al gusto
Nuez moscada (una pizca, opcional)

Para la salsa pesto de brócoli:
200 g de brócoli (solo las flores)
50 g de nueces o piñones
1 diente de ajo pequeño
50 g de queso parmesano rallado (puedes usar levadura nutricional para versión vegana)
100 ml de aceite de oliva virgen extra
Sal y pimienta al gusto


Preparar la calabaza:
  1. Pela la calabaza y córtala en trozos.
  2. Cocina la calabaza al vapor o ásala en horno a 180 °C durante 20-30 minutos hasta que esté tierna.
  3. Tritura la calabaza con un tenedor o procesador hasta obtener un puré fino. Déjala enfriar.

Hacer la masa de ñoquis
  1. En un bol grande, mezcla el puré de calabaza con el huevo (si lo usas), la sal y la nuez moscada.
  2. Añade la harina de espelta poco a poco mientras mezclas con las manos o una espátula.
  3. Amasa ligeramente hasta obtener una masa suave, que no se pegue a las manos.
  4. Si la masa queda demasiado pegajosa, añade un poco más de harina, con cuidado de no excederte para que los ñoquis queden tiernos.
Formar los ñoquis
  1. Divide la masa en porciones pequeñas.
  2. Sobre una superficie enharinada, haz rollos largos con la masa y córtalos en trozos de 2 cm aproximadamente.
  3. Si quieres, marca cada ñoqui con un tenedor para crear las clásicas rayas que ayudan a agarrar la salsa.
Cocinar los ñoquis
  1. Pon a hervir una olla grande con agua con sal.
  2. Cocina los ñoquis en tandas pequeñas. Estarán listos cuando floten en la superficie (unos 2-3 minutos).
  3. Retíralos con una espumadera y resérvalos en un recipiente.
Preparar la salsa pesto de brócoli
  1. Blanquea el brócoli en agua hirviendo con sal durante 2-3 minutos hasta que esté verde brillante y tierno.
  2. Escurre y enfría rápidamente en agua con hielo para mantener el color.
  3. En un procesador de alimentos, añade el brócoli, las nueces/piñones, el ajo, el queso parmesano, sal y pimienta.
  4. Tritura mientras añades el aceite de oliva poco a poco hasta obtener una salsa cremosa y homogénea. Ajusta de sal y pimienta al gusto.
Montaje
  1. Mezcla los ñoquis ya cocidos con la salsa pesto de brócoli, calentando ligeramente si hace falta.
  2. Sirve con un poco más de queso rallado por encima y unas hojas frescas de albahaca o perejil para decorar.




Rediseño del logo hecho @catypol - Circus day

Chuletas a la bechamel

[RETO TIA ALIA]
Algo que me gusta mucho de éste reto mensual es el libre albedrío a la hora de hacer la receta, no hay que pesar ingredientes, a veces muy genérico y siempre divertido. En el caso de éste mes, pasa lo mismo, nos habla de chuletas, pero chuletas ¿de qué? ¿de cerdo? ¿de cordero?, ninguna cantidad específica por lo que en mi caso poca cantidad y de cordero, y servir acompañado, ¿sí o no?, por eso es la entrada más gustosa, y la hago como se hacía antes, sin peso, sin cantidades y a ojo, esa licencia me la permito en este reto y me gusta mucho. 



Las recetas escritas a máquina me recuerdan a cuando yo aprendí a escribir a máquina, usábamos una Olivetti línea 98, nos tapaban las teclas y debíamos seguir el texto de un libro de texto, no podíamos usar corrector y no debíamos mirar el texto que íbamos escribiendo, se notaba un montón la fuerza de algunos dedos y la debilidad de otros. ¿Y el ruido? tac, tac, tac...no puedo evitar remontarme a tiempos pasados cuando llega este reto, y es que las recetas de un tiempo pasado también forman parte de un presente estén escritas a máquina o no. 




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